Bryan Hoch, el reportero designado por la MLB (Mayor League Baseball), escribió que “el accesorio más codiciado dentro del grupo de viajantes de los Yanquis es un cinturón extragrande de cuero y color azul, adornado con tres placas doradas que identifican a su dueño como ‘el jugador del partido’. Por años, este artefacto ha sido utilizado para reconocer las grandes actuaciones en el dugout (camerino)”.
Esta introducción para hablar de un pelotero colombiano que está escribiendo una historia soberbia en el béisbol de Estados Unidos: Giovanny Urshela.
“Cuando los Yanquis sostuvieron su ceremonia de presentación después del juego 2 de la serie del comodín de la Liga Americana, ya en la madrugada de jueves, el consenso era unánime acerca de quién lo merecía más: Gio Urshela, quien disparó un grand slam y ejecutó una doble matanza salvadora en la victoria de los Bombarderos por 10-9 sobre los Indios”, apuntó en la página de las Mayores, para luego remachar con esta perla: “Sin el aporte del colombiano, existe una buena probabilidad de que los Yanquis no estarían empacando sus maletas para medirse a los Rays en el sur de California en su serie divisional, la cual arranca el lunes en San Diego”.
Que la crónica especializada de EE. UU. elogie de tal forma a Urshela no es gratuito ni menos fortuito. Y así lo reconoce el pelotero, quien en efecto fue la pieza que condujo a los Mulos del Bronx a la victoria que, hasta el último inning, perdía 9-8. En él, el cartagenero de 28 años, pegó un sencillo que ayudó a dejar la mesa servida para la remontada final. “Este fue uno de los mejores partidos que he jugado en mi vida”, dijo Urshela en rueda de prensa de la MLB.
Ya en el cuarto episodio y con las bases congestionadas había pegado cuadrangular para voltear una diferencia en contra de 1-4 a 5-4. “Gio fue probablemente la estrella del juego, entre muchas actuaciones claves”, sentenció el manager del escuadrón yanqui, Aaron Boone.
Fuera de serie
Pero no solo fue esa actuación que los medios estadounidenses tildan de asombrosa, sino porque, además, marca hitos tanto para la novena de la manzana como para él y el béisbol criollo. Veamos:
1. El grand slam que pegó fue el primero de un antesalista (tercera base) de los Yanquis en la historia de esa franquicia que lleva 117 años (fundada en 1903).
2. Tercer pelotero yanqui, al lado de Gil McDougald (1951) y Tino Martínez (1998), en batear un grand slam en una etapa de postemporada.
3. Es el primero que pega en las tres postemporadas que lleva (una con Indios en 2017 y dos con Yanquis, 2019 y 2020) y el segundo de su carrera, pues este mismo año había sacado la pelota del terreno en idénticas circunstancias en la campaña regular, el 2 de agosto pasado, ante los Medias Rojas de Boston.
4. Es el primer colombiano en impulsar cuatro carreras en un partido de play offs.
5. Completa 3 cuadrangulares en fases posteriores a la campaña regular (2 el año pasado). Y, además, a la defensiva hace méritos, por estadística, para ser candidato al Guante de Oro, premio que se otorga en las Grandes Ligas al final de cada campeonato al jugador que sea defensivamente excepcional en su posición.
Y como si todo esto fuera poco, ayer amaneció líder de la estadística de la MLB en carreras empujadas en esta ronda (5 en 9 turnos al bate). “Me siento bien diferente ahora. Soy un jugador diferente, una mentalidad diferente”, insistió el cartagenero. “Pero la pelota sigue siendo la misma”, manifestó en la cita de prensa del portal de las Mayores.
En playoffs, la labor del colombiano se resume así: 16 partidos disputados (en tres presencias: 2017, 19 y 20), 54 veces al bate, 7 carreras anotadas, 23 impulsadas, un doble, 4 jonrones (un grand slam), 8 carreras impulsadas y un promedio de efectividad de .241. Sencillamente ¡impresionante!