En Arabia Saudita abrió los ojos por primera vez y descubrió el gusto por la natación, pero fue en Medellín donde consolidó su talento en el agua. Tiffany Murillo Jinete, de 17 años, es la deportista más laureada de los Juegos Nacionales Juveniles que terminarán este jueves en el Eje Cafetero, luego de colgarse en su cuello 10 medallas: 9 de oro y una de plata.
En su casa le dicen Tiffy y su historia está marcada por los triunfos, que se han acentuado desde que sus padres decidieron radicarse en Antioquia, cuando tenía 11 años.
La deportista empezó a compenetrarse con la natación desde muy pequeña y luego de incursionar en el alto rendimiento comprobó que este era su lugar en el mundo. Su mamá, Ana María Jinete, nacida en Venezuela, recuerda que ella llevaba a sus dos hijas prematuras a la playa para hacerle terapia a Rishell, melliza de Tiffany. “Gracias a eso Tiffy se volvió campeona”, dice la mujer.
La hermana había adquirido una bacteria en el hospital, de la que pocos pacientes se salvan, y por eso la llaman la “Campeona de la Vida”. La joven, que no podía caminar, ahora practica natación en el Inder de Envigado, a lo que le suma atletismo y ecuestre.
Tiffany entrena desde los cuatro años y a los seis ya había establecido nueve récord infantiles en Arabia, a donde sus padres llegaron porque Raúl Enrique Murillo, ingeniero de petróleos caleño, se fue a trabajar en una empresa del medio oriente. “Vivimos muy chévere allí”, comenta la mamá. Por leyes de ese país, aunque hayan nacido allá, las hijas no adquieren esa nacionalidad y les dan la del padre que en este caso es colombiano. “Nos encanta Medellín, toda Antioquia es preciosa”, expresa Ana María, de familia barranquillera por parte de su mamá y venezolana del progenitor.
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Tiffany es juvenil, pero ya ha competido en la categoría abierta con resultados sorprendentes, como sucedió el año pasado en los Juegos Nacionales también en suelo cafetero. Inclusive, fue nominada por el Comité Olímpico Colombiano al Premio Altius como revelación.
Dice que tiene mucha resistencia para el fondo y es lo que más le gusta hacer, de ahí que se haya enfocado en los 800 y 1.500 metros como sus favoritas. Las marcas que logró en la categoría abierta en los 200 y 400 metros libres le dieron el cupo para integrar la Selección Colombia que estará en el Mundial de Piscina Corta en Budapest, del 5 al 10 de diciembre próximo.
Así que la sirena que brilló en las piscinas del Eje Cafetero, que en su infancia practicó ballet, pero lo tuvo que abandonar después de una operación del talón de Aquiles, no tendrá mucho tiempo para descansar.
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Esa será otra experiencia en su camino deportivo, al que le apunta a participar por Colombia en los Juegos Olímpicos de los Ángeles 2028. Una nadadora que cursa el bachillerato de manera virtual, que domina a la perfección el idioma inglés y a la que varias universidades de EE. UU. ya tienen en la mira para ofrecerle becas de estudio (le gusta Marketing Internacional).
“Cada año le va mejor, la noto enfocada, disciplinada, más madura, ha mejorado sus tiempos luego de una temporada con altibajos”, reconoce Ana María, al resaltar el aporte del entrenador cubano Julio Yoandy Pérez, adscrito a la Liga de Antioquia, con quien tiene tanta empatía que mientras ella está compitiendo en el agua sabe identificar sus silbidos para saber si debe acelerar o regularse. El experto la ve como una esperanza de medalla olímpica para Colombia.
“Siento que cada medalla vale, es el fruto del esfuerzo en los entrenamientos. Es un orgullo lograrlas y más por Antioquia. Cada prueba hay que hacerla con el corazón y con muchas ganas”, expresa la multicampeona, feliz de haber compartido con los juveniles y aportar para el título de la región.