Batallando como guerreros, los jugadores del DIM cerraron en Bogotá, con empate 1-1, una campaña en la que pudieron obtener mejores réditos. Fueron subcampeones, pero se quedaron con las manos vacías al desperdiciar varias opciones de asegurar un cupo para un torneo internacional.
Solo queda como consuelo el Botín de Oro de Germán Cano que, con 16 goles, ratificó que fue el mejor del equipo.
Después de aguantar el chaparrón del Santa Fe en los primeros minutos, Medellín se acomodó en una cancha lisa y pesada, y terminó inquietando. Ese remate que estrelló Vladimir Marín en el horizontal hizo estremecer El Campín y reflejó la capacidad de los visitantes.
La expulsión del técnico Hernán Torres a los ocho minutos, al reclamar airadamente la actuación del árbitro Luis Sánchez (Valle), quien se notaba localista, de algo sirvió porque a partir de ahí fue más justo.
En ese primer período se destaca las constantes salidas de Carlos Valencia, quien les mostró el camino a sus compañeros que a veces fueron erráticos. Cuando Goma Hernández se atrevió a generar fútbol, complicó y se notó claro y sólido en el medio, a pesar de sus funciones de marca.
Atrás, Diego Herner aportó liderazgo y juego aéreo para que el DIM terminara un periodo inicial con ímpetus y ambición. Pero la concentración que había ganado se fue al piso en el arranque del complemento, aunque esta vez sí hubo reacción en el resto del encuentro.
No había transcurrido el minuto y el grito de gol sacudió El Campín. Precisamente Luis Carlos Arias, exjugador del DIM, sin dejar caer el balón lo puso en un rincón imposible para la reacción de Carlos Bejarano.
Cano, con su ganas y técnica, creó sustos cuando mejoró el terreno y le permitió al DIM hacer su fútbol, pero solo alcanzó para el subcampeonato..