El técnico antioqueño Hernán Darío “El Arriero” Herrera tiene una gran capacidad para manejar grupos y sacarlos adelante. Ganó 2 veces la Primera B con el Real Cartagena. También obtuvo una Copa Colombia (2018) y la Liga del primer semestre de 2022 con Atlético Nacional, y hoy tiene posibilidades de llegar a una nueva final con el Once Caldas. EL COLOMBIANO dialogó con él sobre su gestión.
¿Cómo es su presente con el Once Caldas?
“En Manizales las cosas van muy bien después de que este semestre agarré el equipo. Ahora tengo un grupo humilde, trabajador, que gracias a Dios está dando resultados. Estamos a las puertas de un partido muy importante ante Santa Fe, en el que esperamos seguir mejorando. Hemos tenido dos encuentros duros que fueron ante La Equidad, y en Ibagué con Tolima. Ahora nos toca en casa y esperamos hacer una buena presentación y ganar”.
¿Sufrió mucho antes de la clasificación a los cuadrangulares?
“Veníamos muy fuertes y tuvimos una seguidilla de partidos ganados de manera consecutiva, pero al final nos preocupamos mucho por las marcas de Dayro y nos olvidamos que todavía no estábamos clasificados. Los 4 últimos juegos de la fase de todos contra todos fueron muy complicados, necesitábamos buscar un punto y no lo pudimos conseguir. No quería llegar al último duelo con América con el cupo embolatado, pero así se dio y finalmente el equipo volvió a levantar”.
¿Cuál es la clave que usted tiene para disputar instancias definitivas?
“Fui jugador por 20 años, he tenido mucha experiencia en divisiones menores y en equipos profesionales y entiendo a los futbolistas. Acá tengo a 30 con diferente personalidad y no a todos se les puede manejar igual, porque hay que manejar a Dayro (Moreno), a Arce (Billy), a Torres (Gustavo), que son diferentes a los más jóvenes. Uno debe tratar de llegar a una comunicación positiva con ellos y tenerlos bien. No es que acá nos mantengamos abrazados y dándonos besos. Hay un trabajo serio y a algunos jugadores les metimos en la cabeza que había que salir triunfando de acá, porque 5 años sin clasificar era duro, el ambiente era tenso. Pero nos fuimos comprometiendo, uniéndonos, nos empezamos a unir con la hinchada, con los periodistas, porque había unos que no entraban en el cuento de sacar a este equipo adelante. Recibimos muchas críticas, pero con trabajo les fuimos inculcando a los jugadores la idea de salir adelante, de dejar huella, que sus caras estén puestas en el bus del club como ganadores. Ellos entendieron eso y lo que hemos hecho hasta ahora es muy bueno, ojalá lo podamos terminar bien llegando a la final y ganándola”.
Con ese estilo quedó campeón con Nacional de la Liga...
“Yo me he preparado en muchos lados, pero lo que más aprendí fue en la cancha, no tanto en libros ni con las metodologías de ahora. Estuve 15 años en Nacional con una metodología nueva y aprendí muchas cosas, pero hay que entender que al jugador hay que darle mayor libertad, que él también piense y tome decisiones e improvise, no meterle tanta cosa en la cabeza. Yo armo un sistema para que el jugador se acomode a lo que uno quiere, ellos deben obedecer unas órdenes, armar una figura y se le dan unas indicaciones sencillas, ellos están libres de jugar. Nosotros recuperamos a Billy Arce que es un gran jugador, y uno se siente muy alegre de que Dayro sea el goleador histórico del fútbol colombiano. Hemos recuperado otros deportistas para que pongan alma y corazón en la cancha”.
¿Si es posible que Gio Moreno y Dorlan Pabón lleguen al Once Caldas?
“Me siento muy orgulloso de Gio, de Dorlan y de Jéfferson (Duque), creo que tuve una muy buena empatía con ellos en Nacional. Me dieron y me ayudaron mucho y uno debe estar agradecido. Donde uno esté quisiera tenerlos, pero en estos momentos nosotros estamos en unas finales y no hemos pensado en traer jugadores, apenas terminemos la Liga ya pensaremos en nombres. Sin embargo, en Colombia todo mundo quisiera tener a cualquiera de ellos. Por ahora , es solo la amistad y el agradecimiento que tengo con ellos”.
¿Cuál es el secreto para manejar a Dayro?
“A Dayro yo lo tuve también en Nacional y ya lo conocía. Es una persona que hay que llevarla con cariño y amor. Nosotros le hemos dado mucho respaldo. Sabemos que él maneja sus cosas en su tiempo libre, pero nunca me ha faltado a un entrenamiento, nunca ha salido por enfermedad o lesión, entonces a ese tipo de jugadores hay que apoyarlos. Uno es padre de familia, abuelo y tampoco se le puede castigar a los hijos por lo que hagan en su tiempo libre, hay que ayudarlos y sacarlos adelante. Él ha sido una persona importante para el grupo y para mí, todo el mundo lo quiere acá y no se le puede dar tanto garrote sino acompañarlo”.
¿Le da duro no ver a los equipos antioqueños fuera de estos cuadrangulares?
“Me duele lo de Antioquia, es mi tierra, y que de cuatro equipos ninguno esté en esta instancia es una gran pérdida económica para quienes viven del fútbol, quienes sufren y dejan de comer unos 3 meses porque en los pueblos uno ve los negocios llenos en finales. Tengo unos hermanos en Caldas (Antioquia) que cuando juegan Nacional o DIM tienen unas buenas entradas en sus negocios. Ahora Antioquia se ve triste sin sus equipos en esta instancia, desafortunadamente les tocó este semestre y ojalá les sirva para aprender ,que hay que luchar desde el principio porque estos es muy duro y ya todos los equipos se preparan para ganarles a los grandes”.
¿Cómo analiza la situación de Nacional después de los cambios administrativos?
“En Nacional estuve 20 años, en las menores y dirigiendo el equipo profesional, jugué 10 años también, y quién va dudar de lo que uno quiere al club. A uno le duele la situación, creo que los directivos toman las decisiones y hay que respetarlas. Es un equipo grande que debe tener jugadores grandes y mezclarlos con los jóvenes, porque posee una cantera muy buena. Dios quiera que le vaya bien y que quienes llegaron armen un buen equipo y lo saquen adelante porque esa gran hinchada se lo merece”.
¿Hay Arriero para rato como técnico en Colombia?
“Nunca he pensado en retirarme, todavía tengo energía y estoy fuerte. Analice el significado de la palabra ‘Arriero’, vengo del campo, mis padres eran de roble, porque les gustaba el campo, trabajar, y yo tengo ese legado. Me he cuidado mucho, vivo tranquilo, tengo mi familia y mis nietos bien y muchos amigos. No he pensado en retirarme ni cuando me pensione, quiero seguir trabajando y quiero morirme en una cancha, no por fuera. Si me da un infarto en un partido, la vida es así, pero estoy tranquilo. Llevo dirigiendo más de 30 años y el día que me vean quieto en la raya, preocúpense porque ahí sí me viene el infarto (risas)”.
¿Usted se asesora mucho del profe Montoya?
“Con Luis Fernando hablo todos los días, es casi un asistente para mí. Me llama antes de los partidos y me da consejos. Con él ha sido una amistad de hace muchos años y a él hay que recibirle las recomendaciones. Me gusta hablar con gente ganadora y él lo es”.