Desde su llegada como seleccionador nacional, el argentino Néstor Lorenzo recuperó la fe de los colombianos en la Tricolor, después de la profunda tristeza, decepción y desencanto por la no clasificación al Mundial de Qatar 2022. Desde que Lorenzo tomó las riendas, la Selección no conoce lo que es la derrota, con un invicto de 16 partidos (11 victorias y 5 empates).
Entre esos triunfos se destacan dos frente a campeones del mundo, como Alemania (le ganó 0-2 en el Veltins Arena de Gelsenkirchen el 20 de junio) y Brasil (selección a la que por primera vez se le ganó por Eliminatorias, 2-1, el 16 de noviembre). Además, este año Lorenzo logró que la Tricolor se ubicara en zona de clasificación directa para el Mundial y la llevó hasta el puesto número 14 del ranquin Fifa.
Su grupo de trabajo y los jugadores destacan de él la mentalidad ganadora que le ha inyectado a la Selección y el liderazgo que ejerce. Además, logró acercar a otros jugadores: Jorge Carrascal, volante creativo del Dinamo de Moscú; Jhon Córdoba, centrodelantero del Krasnodar ruso; Jhon Arias, extremo del Fluminense; o Déiver Machado, lateral del Lens, sólo por mencionar algunos nombres. También, recuperó el nivel de un referente como James Rodríguez, quien ha sido fundamental para la buena campaña de Colombia en las Eliminatorias.
Lorenzo posee una llamativa cábala y es utilizar el mismo vestuario en los partidos en los que dirige a la Selección: camisa vinotinto y traje negro, no importa si está en el calor de Barranquilla o en el frío de La Paz. Hasta acá ese agüero le ha funcionado.
Ahora, si continúa por ese camino en 2024, tiene con qué pelear el título de la Copa América, trofeo que Colombia sólo ha ganado en el 2001 pero, con el pupilo aventajado de Pekerman al frente, se vale soñar nuevamente.