Hacía frío. Eran las nueve de la mañana. La cancha de entrenamientos de la sede del DIM en Llanogrande estaba mojada. La lluvia que cayó en las primeras horas del miércoles hizo lo suyo. Había pequeños charcos de los que se levantaba agua cada vez que los jugadores del equipo profesional pateaban el balón para pasarlo al compañero o se tiraban al suelo para intentar quitárselo.
La pelota corría rápido. Los movimientos de los futbolistas, que no hacía mucho tiempo se habían cambiado los tenis de correr o entrenar en el gimnasio, eran intensos, al igual que los gritos con los que el técnico uruguayo, Alfredo Arias, le indicaba a los jugadores lo que quería que hicieran.
-“Corré, corré, no te quedés parado reclamando. Tenés que seguir firme para recuperar la pelota”, le dijo Arias, con su marcado acento charrúa y mientras se golpeaba la palma de una mano con el puño de la otra, como quien pide que las cosas se hagan con más fuerza, al extremo Éver Valencia.
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No parecía, pero era la primera vez que el timonel charrúa y su preparador físico, Ignacio Berriel, dirigían un entrenamiento del DIM. La propiedad con la que Arias le hablaba a los futbolistas y la manera en la que ellos atendían sus llamados, le ponían atención y realizaban lo que les pedía o corregía, llevaban a pensar que el uruguayo estaba al frente del equipo hacía varios meses.
“Ahora la cosa sí empezó enserio”, dijo uno de los jugadores del Medellín, agitado, con sudor en la frente, mientras tomaba una bolsa de agua en el primer momento de hidratación que hubo en el entrenamiento, sobre las 9:30 de la mañana.
Eso fue después de que los deportistas hicieron los ejercicios de juego reducido, corto, rápido, intenso, que el cuerpo técnico –compuesto por Arias, Francisco Nájera (asistente técnico), Roberto Carlos Cortés (segundo AT), Ignacio Berriel (preparador físico 1), Nicolás Ramírez (segundo PF) y el entrenador de arqueros Jaime Bran Gómez– le puso a hacer a los futbolistas en la primera parte del entrenamiento.
Motivar a los jugadores
Un sol fuerte, picante, de esos que suelen hacer en tierra fría y ponen la piel colorada, reemplazó la inclemencia del clima que hizo al inicio de la práctica. Ya los arqueros Andrés Mosquera Marmolejo y Luis Erney Vásquez no estaban en una esquina de la cancha, haciendo trabajos específicos de su posición. Ahora, se habían integrado al grupo de futbolistas de campo, que estaban jugando al “bobito”, que consiste en hacer la mayor cantidad de pases posibles, tocando el balón solo una vez o máximo dos, para evitar que el rival lo recupere.
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Cada arquero se paró en uno de los dos cuadrados que habían hecho en la cancha y en los que estaban divididos los futbolistas. En el del fondo jugaban Daniel Torres, Andrés Cadavid, David Loaiza. En el más cercano al parqueadero de la sede Edwuin Cetré, Déinner Quiñones, Luciano Pons y Jaime Alvarado. Cada vez que alguno se equivocaba, Arias gritaba como si fuera un motivador personal: “recuerden la calidad que tienen, son buenos, hay que traer eso a sus mente. Téngalo presente”.
Una carrera contra el tiempo
El entrenamiento estaba cerca de terminar. Los jugadores del DIM se enfrentaban en tres equipos de nueve jugadores que armó el asistente técnico Francisco Nájera. Unos anotaban gol en el arco donde termina el predio. Los otros en la portería que pusieron en la mitad de la cancha.
Mientras hacían la última parte del entrenamiento, en el que también estuvo presente el extécnico interino Sebastián Botero, que ahora volverá a dirigir al equipo sub-20, pasaban aviones muy cerca de la cancha. El ruido que hacían era fuerte. El técnico Arias dijo, en tono burlón, que iba a pedir que cambiaran la ruta de aviación para que lo pudieran escuchar los jugadores.
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Al final de los cotejos los futbolistas estiraron. Después se fueron a bañar en un contenedor rojo que hay cerca de la cancha, que hace las veces de camerino. Se terminó el entrenamiento de la mañana, pero los jugadores tenían que volver en la tarde. El equipo está entrenando esta semana a doble jornada.
“Lo hacemos para ganar tiempo, para prepararnos bien para el gran reto que viene en el torneo internacional”, aseguro Arias en la rueda de prensa que hubo después. El Medellín enfrentará a San Lorenzo de Almagro el próximo miércoles 12 de julio en el Atanasio Girardor por los playoff de la Copa Sudamericana. Ese será el primer reto del nuevo cuerpo técnico del DIM.
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títulos ha conseguido Alfredo Arias en su carrera como entrenador de fútbol.