Es un chico genio, inteligente. Parece que nació para triunfar, que su destino es romper récords, brillar, escribir su nombre en el libro de los grandes futbolistas.
Solo tiene 20 años, pero ya se habla de él en todo el mundo. Su apellido es la sensación del momento. Muchos niños quieren ser como él e imitan su celebración –levantar las manos mirando hacia la tribuna, como diciendo aquí estoy yo, mírenme– cuando hacen un gol en un juego cualquiera. Las redes sociales están llenas de videos con el gesto.
Es una figura mediática, el rockstar del 2023, tanto por lo que hace dentro de la cancha, como por lo que genera fuera de ella. Jude Bellingham llegó al Real Madrid el pasado mes de junio. Los españoles pagaron 105 millones de euros por su ficha al Borussia Dortmund. Es el segundo fichaje más costoso de la historia del equipo madrileño (solo lo supera Hazard, que costó 160).
Su llegada fue bivalente. Por un lado la prensa se cuestionaba si tendría lugar en el equipo, si podría abrirse un espacio entre Luka Modric, Toni Kross y Federico Valverde. Por el otro, desató locura entre algunos hinchas: en los 10 días posteriores a su presentación se vendieron más de 100.000 camisetas con su apellido y el número cinco en la espalda.
El mejor joven del mundo
Apenas empezó a jugar las dudas se disiparon. Bellingham ha marcado 13 goles en la misma cantidad de partidos con el conjunto merengue. También dio tres asistencias. Se convirtió en el referente del plantel. El trofeo Kopa que le otorgó el lunes la revista France Football, que lo convirtió en el mejor jugador menor de 21 años del mundo, así lo ratifica.
El Real Madrid es el equipo más popular del mundo y Jude su nueva estrella. En los 4 meses que el joven inglés lleva en la capital española, su popularidad se disparó y se volvió atractivo para las marcas: firmó un contrato de patrocinio con Adidas, colabora con la creadora de videojuegos EA Sports, participa de las galas de casas de moda lujosas como Louis vuitton.
Por momentos parece que el mundo está a sus pies. Bellingham tiene todo lo que quiere el joven contemporáneo: éxito, una novia bonita (su pareja es la influencer británica Asantewa Chitty), un cuerpo atlético, dinero (gana entre 25 y 30 millones de euros al año con Real Madrid) y robarse siempre la atención.
Una estrella... diferente
Con tanta atención cualquiera podría perder la cabeza, pero Jude la tiene bien puesta. En gran medida gracias al acompañamiento constante de Denise, su madre, una mujer de origen africano que llegó a Inglaterra y conoció a Mark, su padre, en los primeros años de la década del 2000.
Ella siempre lo ha acompañado. Estuvo con él cuando, con 17 años y en medio de la pandemia por covid-19, se mudó de Inglaterra después de ser fichado por el Borussia Dortmund alemán. Incluso, según confesó el propio jugador durante el Mundial de Qatar 2022, aún le tiende la cama porque él no lo sabe hacer.
Pero Bellingham también vive “aterrizado” gracias a la exigencia de su padre. Mark es un exsargento de la policía inglesa que jugó fútbol amateur y tiene el récord de marcar más de 700 goles en los torneos del deporte aficionado.
Él les inculcó amor y disciplina por el deporte a Jude y a Jobe, su hermano menor de 18 años que también es futbolista profesional (juega en el Sunderland de Inglaterra). De allí nació la obsesión del mayor por tratar de tener un cuerpo perfecto. También por verse bien, pulido: por eso mantiene bien motilado y con los pelos de la barbilla marcados, que le hace tener cierto parecido con el reguetonero puertorriqeño Myke Towers.
Pero Jude, que estudió en buenos colegios de Stourbridge, ciudad donde nació y debutó con 16 años en el Birmingham, es una estrella diferente. Cuando va de civil no se pone cadenas, no le gustan las cosas que brillan. Por el contrario, parece estudiante de cualquier facultad de ciencias humanas. Y lo es: el niño genio del Madrid, el mejor futbolista joven del mundo, también es estudiante de sociología.
