En el reciente partido de los cuartos de final de la Copa Argentina entre Boca Juniors y Gimnasia de La Plata, se vivieron momentos de tensión cuando se desataron violentos incidentes en las tribunas.
El encuentro, disputado este miércoles en Rosario, en el Estadio Marcelo Bielsa de Newell's Old Boys, se interrumpió al inicio del segundo tiempo debido a enfrentamientos entre las hinchadas de ambos equipos.
La situación escaló cuando los hinchas de Boca comenzaron a lanzar butacas hacia la zona de los seguidores de Gimnasia, lo que provocó una reacción inmediata de la afición rival y la intervención de la policía con gases lacrimógenos y balas de goma.
El momento más destacado de la noche lo protagonizó Juan Román Riquelme, presidente de Boca Juniors, quien abandonó su palco y se dirigió a las tribunas para calmar a los seguidores del club. Con gritos y gestos, Riquelme se posicionó entre los hinchas y el cordón policial para intentar apaciguar los ánimos y evitar un enfrentamiento mayor.
El caos fue controlado tras varios minutos, permitiendo la reanudación del partido, que finalmente terminó 1-1 en tiempo reglamentario, y posterior clasificación del cuadro Xeneixe por penales, a la semifinal de la Copa, en la que enfrentará a Vélez Sarsfield.
En redes sociales, el club dueño del escenario donde se disputó el compromiso entre Boca y Gimnasia, se pronunció acerca de los daños en la silletería provocados por los hinchas.
En X (antes Twitter) la cuenta oficial de Newell's dio un parte de tranquilidad a los socios del equipo y el grueso de su afición, informando que la reparación de dichos daños serán asumidos en su totalidad por la organización de la Copa Argentina, después de las pesquisas pertinentes.