Con las semifinales de Liga Betplay-2 en plena marcha, la División Mayor del Fútbol Colombiano ya centra su atención en el 2025. El próximo año promete un calendario menos congestionado en comparación con este 2024, marcado por la necesidad de posponer numerosos encuentros debido a las competiciones FIFA. Este panorama abre la puerta para una reflexión sobre el formato de los torneos de primera y segunda división, un tema que será crucial en la asamblea del próximo 12 de diciembre, donde se definirán los lineamientos del año 2025.
El debate surge en medio de un contexto donde algunos equipos colombianos enfrentan un calendario que los lleva a disputar más de 70 partidos en el año. Para ponerlo en perspectiva, el Manchester City cerrará el 2024 con 64 encuentros, y hasta Josep Guardiola ha manifestado su descontento por la cantidad de juegos. Esta situación ha generado preocupación en el entorno colombiano, donde la falta de descanso y el apretado cronograma afectan el rendimiento de los futbolistas.
Hay una advertencia
El Ministerio del Trabajo ya ha advertido a la Dimayor y a la Federación Colombiana de Fútbol sobre las denuncias de Acolfutpro (sindicato de jugadores) respecto a la sobrecarga de partidos y la insuficiencia de tiempo de recuperación para los jugadores. Esta problemática exige soluciones urgentes que prioricen tanto el bienestar de los deportistas como la sostenibilidad del espectáculo.
Tres propuestas en la mesa
En la actualidad, la Dimayor evalúa tres alternativas para el sistema de campeonato del próximo año, con la decisión de conservar los dos torneos anuales como punto de partida. Una es mantener el formato actual, dos torneos cortos al año, con cuadrangulares semifinales y una final
La otra es realizar un formato de todos contra todos en el que los equipos jugarían dos torneos al año, y el líder al final de cada torneo sería proclamado campeón.
Una última propuesta son los playoffs más cortos, un mata a mata, sistema que incluiría eliminación directa desde cuartos de final, con semifinales y final.
Cada propuesta tiene defensores y detractores. Los clubes más pequeños ven en los torneos cortos una oportunidad de competir por el título, como lo expresó Fernando Salazar, máximo accionista de Águilas Doradas: “Los dos torneos cortos en el año permiten más posibilidades de aspirar a cosas importantes. Los largos solo favorecen a los equipos grandes”.
Por otro lado, desde el gremio de futbolistas, liderado por Carlos González Puche, se promueve un torneo anual similar al modelo europeo y argentino. Según González Puche, esto permitiría que todos los equipos compitieran de manera uniforme durante el año y que la Copa Colombia se jugara a partido único para reducir la carga de encuentros.
TV y contratos comerciales
Otro actor clave en esta discusión es la televisión, que ha encontrado en los dos torneos semestrales un modelo rentable. Según el expresidente de Win Sports, Juan Carlos Peña, “una final como la de junio, con sus cuadrangulares, no solo trae más ingresos, sino más fans al fútbol”. Cambiar a un formato de torneo anual representaría la pérdida de uno de los dos momentos clave de audiencia y comercialización del año, lo que podría afectar los contratos actuales con patrocinadores y la cadena de transmisión.
La decisión que se tome tendrá implicaciones profundas para el fútbol colombiano. Más allá de las preferencias de equipos, jugadores o medios, el debate debe centrarse en un equilibrio entre lo deportivo, lo económico y el bienestar de los protagonistas. Así lo expresó el técnico del Deportivo Pereira, Luis Fernando Suárez, quien abogó por un modelo que respete los tiempos de preparación, y recupere el nivel competitivo de los clubes en torneos internacionales.
“Creo que en términos generales debería ser un torneo donde hubiese una mirada al futbolista de una manera distinta. Esa es la exigencia para el jugador, es muy duro jugar partidos casi sin preparación y eso podría dar que al final se pueda conseguir un mejor torneo. Incluso hasta los torneos internacionales les podría dar una mirada distinta, porque hay veces en que uno está entre el torneo local y el internacional, y en ninguno de los dos funciona bien”, aseguró el estratega.
Encontrar un punto común
Sin embargo, cualquier cambio deberá superar obstáculos significativos, como los intereses económicos de los equipos grandes, la resistencia de los clubes pequeños y los compromisos contractuales existentes.
Además, el reto de mantener la atención del público durante todo el año, especialmente en un mercado donde la mayor parte de la audiencia televisiva se concentra en tres equipos (Atlético Nacional, América de Cali y Millonarios), será un factor decisivo.
El futuro del fútbol colombiano está en juego. ¿Será posible encontrar un sistema que garantice un calendario más equilibrado, beneficie a todos los actores involucrados y mantenga el interés del hincha? La respuesta, en gran medida, se definirá en la asamblea de la Dimayor, una cita que promete marcar un antes y un después en el balompié nacional para el 2025.
Los futbolistas tienen voz y voto
Hay que recordar que en abril de este año se firmó un acuerdo en el que medió el Ministerio del Trabajo, entre la Dimayor, la Federación Colombiana de Fútbol y la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales para determinar las condiciones laborales de estos deportistas. Este trato debe ser refrendado en la asamblea y les otorga voz y voto en temas como el calendario de competencias con sus periodos de descanso y recuperación, el estatuto del jugador en la FCF, el código disciplinario, la minuta del contrato del jugador, el fútbol profesional femenino, las pólizas en salud, los horarios y tiempo de descanso entre partidos, derechos de TV, reuniones anuales, entre otros.