Su celebración fue mesurada. Nada de movimientos fuertes con los brazos, ni qué pensar de alguna burla al turco Kenan Yildiz por haberle atajado un penalti importante en la tanda que definía a Juventus o Empoli como semifinalistas de la Copa Italia.
Pudo, incluso, voltear a mirar a los aficionados del equipo negro y blanco que, pocos segundos atrás, le gritaban cosas para ponerlo nervioso en el estadio de la Juventus. Pero no lo hizo. El arquero barranquillero Devis Vásquez, de 26 años, sonrió, se levantó y se paró en la línea del fondo para ver el cobro de su compañero, que a la postre anotó.
Vásquez, de 26 años y 1,94 metros de estatura, es un hombre tranquilo, introvertido, que no se deja apabullar de nada. En una entrevista que le hicieron en octubre de 2024 en las redes del medio italiano La Gazzetta dello Sport, cuando llegó al Empoli, manifestó que no le tiene miedo a ninguna cosa.
También que no tiene ídolos y que su sueño más grande es jugar en el Real Madrid, al que considera el mejor equipo del mundo. Sin embargo, pertenece, desde enero del 2023, al Milan de Italia, que lo cedió a Empoli esta temporada para que sumara minutos.
¿Cómo empezó en el fútbol?
Era una tarde cualquiera de sol en el barrio La Magdalena, al sur de la capital del Atlántico. Luis David Angarita, padre de uno de los integrantes del equipo Gremio de Barranquilla, dirigido por Adolfo Cortes y Ana Argüello, llegó con un niño alto, delgado, tímido, al entrenamiento de los niños de la categoría 98.
Según le contó Ana a Rafael Castillo, de El Heraldo, ella le había dicho a Angarita que necesitaban, con urgencia, un guardameta nacido en ese año. Él le dijo que conocía a un muchacho del barrio, que no había jugado en equipos de fútbol, ni tenía mucha técnica, pero era muy alto.
El muchacho era Devis, hijo de Elina Llach, una costurera que trabajaba en un local del mercado La Magola, en el centro de la capital del Atlántico y Jorge Vásquez Barrera, un antioqueño gigantón (1,94 metros de estatura), que estaba radicado en Medellín, tierra en la que nació.
En medio de las dificultades económicas de su madre, empezó a jugar. Al principio le costó. Uno de los problemas que tienen las escuelas de fútbol del Atlántico es que no tienen preparadores de arqueros. Por eso, de esa zona del país salen mayor cantidad de delanteros, volantes, que de hombres que se metan bajo los tres palos.
Devis, autodidacta por naturaleza, empezó a pulir su técnica a punta de trabajo personalizado. Se destacó. Lo convocaron, en 2011, cuando tenía 13 años, a la Selección Atlántico que quedó campeona del torneo nacional infantil que organiza Difútbol.
¿Qué relación tiene Devis Vásquez con Medellín?
Vásquez no fue titular, pero estuvo en la plantilla. Continuó en procesos de selecciones departamentales. Vino a Bello a disputar un torneo con su equipo. Gustó en Antioquia. El Club Talentos Junior, de Medellín, le ofreció quedarse.
Junto a su familia aceptó. En la capital de la Montaña, ya con preparador de arqueros, se pulió como guardameta. Después lo pidió un equipo de Boyacá, que fue el puente para que llegara a las divisiones menores de Patriotas, elenco al que llegó en 2016, pero con el que no jugó un solo partido.
Sí lo prestó a Cortuluá para disputar un torneo internacional juvenil en Italia en 2017. Ahí empezó su amor por ese país. Cuando regresó a Tunja, empezó a estudiar, de manera autodidacta, italiano. En Patriotas no tuvo chance. Lo prestaron a Equidad para la Copa Libertadores sub-20 de 2018.
Después viajó al Guaraní de Paraguay. Con ese club jugó desde 2020, hasta 2022. Después lo compró el Milan. Le vieron potencial para ser titular del equipo en el futuro. Mientras llega la oportunidad, lo cedieron al Sheffliedl de Inglaterra, así como Ascoli y Empoli de Italia. Ahora, a pesar de ser figura, sigue siendo tímido, reservado y pide pista en la Selección Colombia, en la que estuvo en los amistosos de marzo de 2023.