La Fifa determinó, desde marzo del 2006, sancionar con castigos y multas severas los actos de racismo en el fútbol mundial. Por ello, algunos clubes han perdido puntos y también varios jugadores han sido suspendidos.
Pero a pesar de esto, las denuncias por actos racistas continúan. En Colombia el más reciente capítulo fue protagonizado, el lunes pasado, por Lucero Álvarez, arquero de Rionegro, y Johan Carbonero, jugador del Once Caldas, quien denunció la ofensa.
“No sé cuántas veces me dijo negro”, denunció el delantero oriundo de Santander de Quilichao, Cauca.
Algunos jugadores se escudan en la “calentura” del partido para justificar sus actos; sin embargo, la legislación de la Fifa es clara y castiga este tipo de ofensas verbales.
En noviembre del año pasado, el volante de la Selección Colombia Edwin Cardona realizó un gesto considerado racista al imitar, con sus dedos en los ojos, el tipo de rostro de sus rivales, durante un juego amistoso contra Corea del Sur y la Fifa lo sancionó con cinco fechas de suspensión.
“La Institución lamenta y reprocha las reiteradas humillaciones proferidas por el señor Lucero Álvarez contra Johan Carbonero por su color de piel, hecho que contradice los postulados de la Fifa y que se convierte en una violación al código único disciplinario de la Federación Colombiana de Fútbol”, reza el comunicado emitido ayer por Once Caldas.
Además el club deploró los insultos que el arquero lanzó contra el técnico Hubert Bodherh, situación que ocasionó la expulsión del jugador.
El club de Manizales espera el reporte del árbitro Nolberto Ararat y pidió a la Comisión aplicar el código con todo el rigor y adoptar sanciones.
Durante la rueda de prensa tras el encuentro, se presentó otro inconveniente, ya que Fernando Salazar, máximo accionista del club local, increpó (gritos) al técnico del Caldas, ante lo cual el entrenador respondió, solicitando respeto.