Una voz grave con acento costeño anunció que iba a sonar el himno de Venezuela en el diamante de béisbol Luis Alberto Villegas de Medellín.
En ese momento se escucharon gritos y aplausos de emoción en las tribunas, que estaban llenas por una alta cantidad de ciudadanos venezolanos. La mayoría eran padres de familia, que estaban acompañando a sus hijos en la clínica de ese deporte que se realizó el viernes en la ciudad por iniciativa de la Fundación Project Béisbol.
Muchos de los jóvenes deportistas que estaban dentro de la cancha, con pantalones largos, camisetas anchas cómodas y guantes de cuero para encajar la bola en las manos, se quitaron sus gorras y empezaron a corear, casi gritando, “Gloria al bravo pueblo que el yugo lanzó, la ley respetando, la virtud y honor”, que son las primeras estrofas del himno nacional de Venezuela.
Mientras cantaban, algunos saltaban de la emoción, tal vez porque recordaban cuando vivieron en su país, y dejaron de momento sentirse en tierra ajena. Cuando se acabó el canto patrio se escuchó un fuerte aplauso.
“La mayoría de los deportistas entre los 10 y 16 años que hay en este evento son venezolanos. Ellos ven esta práctica como una salida a los problemas con los que se enfrentan en este proceso de migración que viven desde hace varios años. Es su manera de pasar el tiempo”, dijo William Puche, miembro del comité ejecutivo de la Liga de Béisbol de Antioquia.
La “pelota caliente” es el deporte nacional de Venezuela, y desde 2018, cuando empezó la llegada masiva de migrantes venezolanos a Medellín, su práctica en la ciudad se ha incrementado, al igual que el nivel del mismo.
“El béisbol se ha masificado en Medellín en el sentido de que en este momento se hacen muchos más juegos. Antes se hacía uno o dos a la semana, ahora son cinco o seis. Esto indica que Antioquia está a la par de los departamentos en los que esta práctica es predominante en el país como Bolívar, Córdoba, Atlántico”, agregó Puche.