El golpe de autoridad que acaba de dar Alexander Gil en la Vuelta a Antioquia es a la vez un aviso para sus demás rivales de cara a la Vuelta a Colombia y el Clásico RCN que se disputarán en noviembre próximo.
“Por la motivación y el deseo de ganar alguna de esas dos carreras grandes del país es que no he parado de entrenar este año”, afirmó, con una energía contagiosa, el corredor que nació hace 28 años en el municipio de San Vicente Ferrer, Oriente paisa, y quien hasta en pruebas virtuales se inscribía, en medio del confinamiento debido a la pandemia, para no perder el nivel y la forma física.
Gil, quien desde la reanudación del calendario la semana pasada en la Vuelta a Tolima empezó a destacarse al ganar etapa, sorprendió aún más en el giro antioqueño tras imponerse en las tres fracciones en disputa y salir vencedor.
De esta manera cobró revancha de la edición pasada, en la que terminó tercero.
Su poderío volvió a quedar reflejado ayer luego de vencer en la jornada final, una cronoescalada de 21 kilómetros en el municipio de Jericó.
El rutero del EPM-Scott impuso un tiempo de 58.54 minutos, superando por 18 segundos a Sebastián Castaño y por 1.28 a Danny Osorio, ambos del Orgullo Paisa.
En la general, Alexander aventajó a Osorio por 2.35 y a Fredy Montaña (EPM) por 3.48.
Además, Gil lideró la tabla por puntos y la de montaña.
“Estoy muy agradecido con Dios porque realmente Él todo lo puede. Le doy un saludo a mis patrocinadores, a los entrenadores Raúl y Gabby Mesa. Le dedico este triunfo a los integrantes de mi equipo, hicieron todo el trabajo”.
El campepon agregó que “es un resultado bastante satisfactorio, que, en realidad, ni lo esperaba. Me encontré demasiado bien, hice el esfuerzo final con todo y se vieron los frutos. No me desesperé en ese ascenso final y tuve con qué sacar buena ventaja. Sin duda este fue un gran test para la Vuelta a Colombia”.