Antes de que los títulos comenzaran a llover a granel en 2013, Christian Vargas recuerda la amargura de Alexis Henríquez al mirar hacia la tribuna e intuir que, nuevamente, su familia había tenido un nuevo altercado con los hinchas que cuestionaban su desempeño en cancha.
Es difícil imaginar que ese hombre que se ganó casi que al unísono el repudio de la afición, en algún momento, hoy sea el mismo que, junto a Franco Armani, compartan el honor de ser los más ganadores en la historia de Nacional.
Títulos que, además, están acompañados de un respeto y cariño por parte de la hinchada verde que solo un puñado de futbolistas se han dado el lujo de disfrutar.
“Él pasó por momentos difíciles. Quizás su estilo de juego no fue muy comprendido cuando llegó a Nacional. Me imagino que en parte porque la situación del club era compleja y había mucha impaciencia”, recuerda Vargas.
No hubo algo propiamente como un punto de quiebre para revertir su imagen de cara a la afición. Pero la acumulación de situaciones, partidos y hechos, tanto de cara al público como del fuero interno del grupo, lo erigieron paulatinamente, más que en un zaguero vehemente, cumplidor y con personalidad para diversas circunstancias en un líder.
“Yo recuerdo mucho una jugada de Henríquez, en Copa Libertadores (2014) ante Mineiro de visitante. Un delantero rival tomó a Nacional mal parado y se fue solo a convertir desde el mediocampo. Si marcaba era el fin. Entonces Henríquez corrió tras él y lo tomó de la camiseta hasta derribarlo”, recuerda el joven Carlos Cuesta.
Y prosigue: “Muchos dicen que si esas jugadas toca hacerlas, pues se hacen. Pero no es tan fácil, estás en Brasil, ante el campeón vigente y el momento te exige una decisión rápida, inteligente y valiente. No todos pueden hacerlo”.
El joven zaguero, quien no duda en calificar al samario de 35 años como un ejemplo a seguir profesionalmente, recuerda otra anécdota, más reciente. Tras la desastrosa actuación en la final de Liga ante Cali, el año pasado, en la que cayó 2-0 y Henríquez salió expulsado, Cuesta evoca que el capitán verdolaga, apenado por haber dejado al equipo con diez, se tomó su momento para respirar y luego dirigió una arenga tan emotiva que desde ese mismo instante el grupo supo que sería capaz de revertir la situación.
Ayer, el hombre que llegó en enero de 2012, sumó 13 títulos con la camiseta verde y 16 como profesional (3 con el Caldas). Y así se convierte en el defensor colombiano más exitoso junto a Iván Ramiro Córdoba. ¿Tendrá tiempo de ampliar su legado en Nacional?.