Brujas fue la primera revista feminista de Medellín. Circuló entre 1982 y 1987, pero cada uno de los artículos que contiene parece escrito ayer, porque sigue siendo tan urgente como hace más de 30 años.
La revista “permanece como fuente, faro y palabra para acompañar, ilustrar y estimular las sendas de aquellas mujeres y hombres que sienten como suya la necesidad de pensar para transformar, de debatir para crear, crear para vivir en un mundo trastocado y virulento que requiere nuevas voces y acciones para habitar en un mundo más amable con todos los seres vivientes”, escribió Flora María Uribe, una de las fundadoras de la revista, en un anexo que se incluyó en la reedición de Brujas.
La historia de la revista es la historia de Flora Uribe, pero también de Marta Cecilia Vélez Saldarriaga, Gloria Aristizábal Bernal, Luz Gloria López Gallón y María Cecilia Trujillo Pérez. Fueron ellas, influenciadas por los movimientos feministas de Europa y Estados Unidos, y motivadas por el primer encuentro feminista latinoamericano y del Caribe, que se hizo en Bogotá, quienes empezaron a reunirse para hablar, leer, debatir, acompañarse.
“Supimos de los grupos de autoconciencia que se estaban haciendo en distintas partes y empezamos a pensar en eso. Cogimos la consigna de lo personal es político, es decir, lo que me pasa en la casa, en la cama es una cosa política en el sentido que cruza todas las relaciones de la ciudad, y empezamos a pensar en las realidades políticas y sociales de las mujeres y en qué medida habíamos introyectado el patriarcado y se dieron un montón de conversaciones que eran muy informales pero también muy intensas. Después de un tiempo pensamos, esto hay que escribirlo”, recuerda Flora.
Así empezó la revista, un grupo de amigas que se sentaron a pensar en sí mismas y por sí mismas, para imaginar y proponer una sociedad distinta, con otro orden, otras formas, otras narrativas y otras lógicas. “Ese fue siempre el espíritu de la publicación, desafiar la cultura patriarca, sin nuevas imposiciones, libertarias siempre, gozosas, transgrediendo y reconstruyendo”, escribió Flora también en el anexo.
Y así como en los 80 volvió a empezar ahora. Ximena Escobar es artista. Cuando quiso hacer algo sobre la historia del feminismo en Medellín y empezó a investigar se encontró con la revista, que estaba toda digitalizada en el repositorio de la Universidad Nacional, la leyó, se entusiasmó y empezó a buscar a las fundadoras, pero en el camino se fue encontrando con otras mujeres y amigas que tenían esos mismos intereses y después de mucho buscar, encontró también a Flora.
“Yo iba a participar en una exposición colectiva y quería trabajar con la revista en una instalación que hice con un jardín que era un círculo y tenía un montón de plantas que tienen muchos beneficios para las mujeres. Yo quería activar ese círculo, como los círculos de autoconciencia que ellas hacían, entonces le dije a Flora que sí, hacíamos uno”, recuerda Ximena.
Hicieron uno, y luego otro, y empezaron a pensar en hacer una reedición de la revista y la hicieron como la primera vez, apunta de autogestión y preventa. Aunque antes hicieron un fanzine que distribuyeron en la feria del libro del año pasado, y que incluía algunos textos de la revista, pero también un QR que llevaba al repositorio de la Universidad Nacional, donde están todas las ediciones. Cuando anunciaron la preventa de la reedición fue un éxito total.
“Es muy bonito porque se repite la historia de cómo la revista misma se promueve sin necesidad de gestión. Además las revistas son tal cual, lo que hicimos fue limpiarlas, no tocamos nada de la diagramación, son exactamente como se publicaron”, dice Ximena.
Además de las siete revistas, la reedición incluye, un afiche elaborado por Ximena a partir de una fotografía de las fundadoras originales, un anexo colectivo, y una caja que lo contiene todo y que “circula con un aura de amuleto”. Este nuevo grupo de trabajo, está conformado , además de Flora, Gloria y María Cecilia, del grupo de fundadoras, por Ximena, Erika Patricia Chaparro, Lina María Parra Ochoa, María del Pilar Botero, María Paulina Álvarez y Maritza Sánchez.
“Ahí hay un material que es demasiado potente y que no ha tenido como la forma de salir a hacer todo lo que tiene que hacer, como dice Lina, son unos poderes que van a hacer muchas cosas y hay que dejar que fluyan más y que salgan y lleguen a más personas y despertar como esa autoconciencia que es demasiado importante”, dice Ximena. Ahí está la brujería.