La carrera profesional de Linney Giraldo Hoyos consiste en hablar con los hombres de sexo. Para ser más precisos, ella se encarga de resolver las dudas que los hombres tenemos respecto a la vida erótica y la búsqueda del placer corporal. Con formación universitaria en psicología, Linney ha sido la terapeuta sexual de cientos de colombianos y extranjeros que la han buscado luego de que un encuentro sexual no haya salido como se esperaba ni haya terminado con los fuegos de artificio del orgasmo. EL COLOMBIANO la buscó para sostener una conversación sin tapujos sobre las mentiras y los prejuicios que se meten en las camas de los hombres y las mujeres.
La sexualidad carga muchos estigmas y prejuicios, ¿cómo se aborda el tema de manera profesional?
“La sexualidad es transversal a la vida. Es importante abordar este tema desde tempranas edades. Somos seres sexuados y sexuales, por eso es muy importante la educación, sobre todo ahora que enfrentamos tantas problemáticas y muchas de ellas son por falta de educación”.
¿Se acercan más a los consultorios las mujeres o los hombres?
“El mercado de sexólogos está dirigido a las mujeres. Y eso tiene una razón generacional: ahora las mujeres nos emancipamos, cuestionamos la vivencia de la sexualidad. Lo hacemos luego de vivir bajo la represión. Entonces, las mujeres consultamos un montón sobre los asuntos sexuales. También se evidencia un crecimiento en la información sobre las disfunciones sexuales femeninas. Entonces las mujeres hoy en día tenemos muchos expertos a la mano. Con eso nos damos cuenta de que hay unos vacíos, porque no hay mucha gente que hable con conocimiento de la sexualidad masculina”.
¿Y los hombres sí estamos dispuestos para hablar de estos temas con una mujer joven, como es su caso?
“Es un asunto muy complejo, pero es un proceso bonito. Mi experiencia en los últimos años ha sido una experiencia muy bonita y enriquecedora. Mis consultas son virtuales con pacientes de Colombia y del extranjero. Al principio, es común que ellos no activen la cámara o que traten de ser anónimos. Llegan también muy prevenidos a un espacio en el que están vulnerables y en el que tienen que hablar de cosas que afectan su masculinidad”.
Eso es curioso porque vivimos en una sociedad en la que los hombres aparentemente hablamos abiertamente de sexo...
“Exacto. También son muchas las mentiras que dicen los hombres sobre el sexo. Hay muchas mentiras sobre el tiempo de duración de una relación sexual. Los hombres están obsesionados con eso. Hay pacientes que me cuentan que sus amigos afirman que son capaces de durar cuarenta minutos sin parar. Esos pacientes comienzan a autodiagnosticarse por no durar ese tiempo, a decirse a sí mismos que no son buenos en el sexo. También se miente mucho sobre las erecciones, sobre los orgasmos sincrónicos”.
Hablemos del orgasmo sincrónico...
“Un orgasmo sincrónico es cuando una pareja en un encuentro erótico logra venirse al tiempo. Es algo muy excitante. Pero para eso se requiere un conocimiento mutuo, un autoconocimiento y también heteroconocimiento”.
¿Cuáles son los orígenes de los tabúes que tenemos los hombres sobre el sexo?
“En eso hablamos de un tema muy interesante y es el estereotipo del género. Definitivamente, en el tema de la sexualidad está la ausencia del tema del género. Me atrevo a decir que hablar de la sexualidad es hacerlo de los estereotipos de género. Entonces, por ejemplo, socialmente hay un formato de cómo deben ser hombres, de cómo se debe vivir la sexualidad masculina, hay un formato de la forma de tener sexo. El problema es que si estás por fuera de eso, pues estás mal. Por ejemplo, el tema de la virilidad. El hombre atribuye todo su bienestar en el sexo a una erección. Muchos creen que si no hay erección no hay sexo. Hay muchos casos de consultas de hombres porque no tuvieron una respuesta eréctil. Hoy en día cada vez tenemos pacientes mucho más jóvenes que consultan por estos temas”.
¿De alguna forma el empoderamiento feminista ayuda a esos miedos masculinos?
“A mí me encanta el empoderamiento de las mujeres. El feminismo nos ha hecho grandes aportes, muy valiosos. Ahora tenemos mujeres más emancipadas que usan su voz para reclamar su espacio en el campo de la sexualidad. Pero también estamos encontrando que a veces las cosas se dicen con mucha dureza. Tengo pacientes a los que las mujeres les han dicho que son muy malos polvos o que son mejores conversando que en la cama o cosas parecidas. Todo eso, por ejemplo, genera estrategias evitativas en los hombres. A veces los hombres evitan a las mujeres y se refugian en la pornografía”.
Hablemos de cuánto debería ser el tiempo de una relación sexual...
“La gente pregunta mucho eso. Nosotros, como profesionales, no podemos establecer un tiempo. Sí te puedo decir los tiempos mencionados en la literatura médica. Por ejemplo, se diagnostica una eyaculación precoz cuando el hombre la tiene en menos de tres minutos. Está el otro extremo, el del que dice que dura cuarenta minutos y eso tampoco garantiza la satisfacción de las mujeres. Creo que una relación sexual de quince a veinte minutos es lo esperable en muchos casos”.
Se cree que las mujeres se demoran más en estar listas para la penetración mientras los hombres casi siempre estamos listos para ella...
“Últimamente, he recibido muchísimos comentarios de pacientes que me dicen que están mamados de llegar a los encuentros sexuales en los que las mujeres creen que ya están listos para responder. Los hombres también necesitan que les hablen, que los toquen, que les den besos. También existe el caso de la mujer que está saliendo con un hombre que le encanta y que al ir a recogerlo a la casa ya está lubricada porque ha imaginado muchos escenarios con ese man. O sea, el juego previo lo hizo a partir de la imaginación. Entonces, los hombres sí necesitan juego previo y de hecho hoy en día lo reclaman mucho. El juego previo y el sentirse deseados los ayuda mucho”.
¿El tamaño importa?
“El tamaño importa de acuerdo a lo que para ti representa el tamaño. En el caso de las mujeres, nosotras sentimos placer en ese primer cuarto de la vagina. Por lo tanto, no se requiere de una penetración profunda para lograr el placer. Pero hay personas a las que sí les importa el tamaño”.
¿Hay medidas estándar del pene?
“El promedio de la población general en Colombia está entre los 12 y 15 centímetros. También ocurre que, como también se le ha atribuido tanta importancia al tamaño, muchos hombres que tienen un buen miembro no se esfuerzan en la cama, mientras otros que tienen micropenes se esfuerzan un montón y suelen ser buenos amantes”.
