A las nueve de la noche en punto, a la hora prometida, se apagaron las luces del estadio, se encendieron las de los teléfonos celulares y la algarabía del público sirvieron de antesala al reencuentro de RBD con el público local, que llenó el escenario deportivo.
Todo comenzó con la proyección de imágenes del sistema solar sobre las pantallas gigantes y un relato con voz en off que anunciaba una “descarga de energía después de 15 años de ausencia”. Justo en ese momento desde lo más alto del escenario, como si estuvieron sobre un globo, Anahí, Christian, Maite, Dulce María y Christopher comenzaron a cantar Tras de mí.
La tarima se llenó de luces rojas y el público explotó en gritos y aplausos de emoción, y de inmediato comenzó a sonar Un Poco de Tu Amor hasta que llegó el esperado momento por muchos: los saludos.
“Hola, Medellín, gracias por no olvidarnos”, dijo Maite, a lo que Anahí respondió con un sonoro “los amamos”.
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Christopher Uckermann, tal vez el más aplaudido de todos, tomó la vocería y recordó que hace 18 años hicieron historia en Medellín con su primer concierto internacional y que ahora se volvían a reencontrar en esta gira. Coincidencialmente, la capital antioqueña es la primera ciudad de América Latina que visitan en la gira, en el que recorren 26 de las ciudades más importantes de Estados Unidos, México y Brasil.
Christian se sumó con el saludo, simulando el acento paisa, “qué más, pues, parce”.
El show siguió con los temas Aún Hay Algo, Otro Día Que Va, Así Soy Yo y Cuando El Amor Se Acaba, Fuego, las mismas canciones y el mismo orden que han tenido en todos sus shows.
Contra todo pronóstico, la anunciada lluvia no apareció y solo después de la medianoche, cuando la gente abandonaba el estadio se soltó el aguacero.
“Un show 10.000 veces mejor que hace 15 años”, dijo una fan que lucía sombrero color rosa, el mismo que hace varios años popularizó Anahí .
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Tras otra tanta de canciones en el escenario solo quedaron las mujeres y tras cantar Otro día que va, Dulce María tomó la vocería y pidió un grito de las mujeres rebeldes de Medellín. “Las invito a abrazarse y echarse porras, porque esto no hace tribu”. Fue un momento en el que cada una de ellas agradeció haber compartido todos ese tiempo juntas y destacaron el poder femenino que aún vibra en RBD.
Los hombres
El turno en solitario en la tarima fue para Christopher Uckermann, que tocó el piano en medio de los gritos de “papacito, papacito”. Aprovechó el momento para pedir paz para todos los lugares del mundo que hoy la necesitan y cantó Inalcanzable, un tema que le dedicó a todos aquellos que aún no han podido cumplir sus sueños. En su ropa color negro resaltaban franjas de color amarillo, azul y rojo en homenaje a Colombia.
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Christian fue mucho más desinhibido, espontáneo y explosivo, cantó a capela con un micrófono decorado con los colores del arcoiris y agradeció estar en Medellín “Siendo lo que soy”, a la vez que arengó, con un “gonorrea” de por medio, a “´ponerte lo que te de la chingada gana”.
Con la canción Celestial se reencontraron todos los integrantes en el escenario, para luego cantar Bésame Sin Miedo, Ser O Parecer (uno de los himnos de la noche), Futuro exnovio y Que Fue Del Amor.
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Sobre las 11 de la noche terminó el primero de los cuatro conciertos programados en Medellín. Una noche rebelde que colmó todas las expectativas, que llenó el estadio y en la que el pop volvió a vibrar con fuerza en un escenario que en los últimos años ha sido territorio del reguetón y la música popular.
Para ver a Anahí, Christian, Maite, Dulce María y Christopher todavía hay boletería disponible, en especial para el show del lunes festivo.
