La española Paloma San Basilio, a sus 72 años de edad, es uno de los grandes referentes de la música hispana.
Sus canciones han permeado diferentes generaciones, gracias a que, como ella misma dice, cuentan historias con las que todo el mundo se identifica.
La interprete de temas como Juntos, Luna de miel, Por qué me abandonaste, Beso a beso y Nadie como tu, entre muchas otras, cierra en Colombia, precisamente en Medellín, en el Teatro de la U. de M. la gira Te lo digo con música, un recorrido por su amplia trayectoria.
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Paloma habló con EL COLOMBIANO de este regreso a los escenarios, tras la para de más de tres años a causa de la pandemia de covid-19, de lo que el público verá en escena y de sus recuerdos de la ciudad.
¿Qué sensaciones le deja este tour?
“Todo esto nace de ese parón obligatorio por la pandemia, después de más de dos años o más sin poder viajar y hacer lo que me gusta hacer, así que decidí volver a estas tierras que amo muchísimo y empecé el año una gira que termino precisamente en Colombia, quise volver a los lugares que han sido importantes en mi vida”.
¿Por qué el nombre de Te lo digo con música para este tour?
“La verdad es que la música es un lenguaje maravilloso, universal, que no necesitas entender lo que cantan para que te llegue más allá del oído, para que te llegue al alma.
Mi idea es decirle a la gente con música, como siempre nos hemos comunicado, que muchas gracias, que este es un concierto de celebración, de disfrute de la vida, después de pasar todo lo que ocurrió y de perder tanta gente. Acá la música es la absoluta protagonista, la invitación es a que canten conmigo”.
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¿A qué se debe la vigencia de sus canciones, en especial ahora que todo es tan efímero?
“He tenido la suerte de pertenecer a una generación y a una época en la que había paciencia y había tiempo para todo, no había prisa, sacabas un disco y con 10 temas sonabas todo el año y al año siguiente, la gente hacía suyos por lo menos cuatro temas, que permanecían en el tiempo por la melodía y la letra, contábamos historias con las que cualquiera se identificaba, porque quién no ha tenido un desamor o ha vivido la soledad, son emociones inherentes al ser humano como colectividad.
Ahora todo es muy efímero por el crecimiento exponencial de los medios, es como una gran boca que todo el tiempo hay que echarle cosas, que es imposible de llenar. No somos capaces de digerir tantas cosas, entonces la mitad se quedan en el camino, algunas de ellas estupendas, porque solo tienes tres minutos para impactar.
Estamos en la época de la velocidad, me pregunto qué música va a quedar de la que oímos ahora y no lo digo desde un punto de vista despectivo. Somos el resultado de nuestro tiempo y es lo que ahora mismo manda. Hay incapacidad de recordar”.
¿Tiene canciones preferidas en su amplio repertorio?
“Son muchos discos, tengo más de 30, y algunas canciones que me parecían tan bonitas, verdaderas joyas, que son las que más anónimamente han pasado, incluso, yo misma las olvido, como me pasó con Oriente Express, que fue un seguidor el que me la hizo recordar. Trato siempre cantar desde el cariño y el respeto a la gente que elige mis canciones”.
¿Que van a escuchar los asistentes al concierto?
“Voy con una banda nueva, que formé el año pasado, son muy jóvenes, entre ellos el baterista que es colombiano. A ellos les planteé un repertorio muy abierto. Es un reencuentro con una selección muy ecléctica, transversal en mi carrera, basada en la libertad de ejecución para jugar con la voz”.
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¿Le gustan más los conciertos en los teatros?
“En esta etapa de mi vida, y en general, con lo que más disfruto es con el teatro, por mi formación en las tablas con Evita y El Hombre de la mancha. El teatro tiene algo único. Comprendo que esos conciertos masivos son muy emocionales, hay mucha adrenalina y contagio, pero yo prefiero el bordado, la filigrana, disfruto los silencios, que me pueda sentar, pensar en voz alta, me gusta crear atmósferas que solo el teatro te depara, allí no hay prisa”.
¿Guarda algún recuerdo particular de Medellín?
“He ido mucho, he cantado mucho allí, recuerdo una vez que pusieron una bomba y las autoridades me invitaron al sitio donde hubo la explosión, en un parque, y allá estuvimos con mucha gente, con un grupo tocando vallenato y me puse a cantar La gota fría. Tengo recuerdos muy bonitos de Medellín, la conozco mucho, me encanta la gente paisa, es una ciudad con un acervo cultural muy importante”.