Este viernes será una noche de fiesta y conmemoración en el teatro Metropolitano. Con el concierto Nuevo Mundo se celebrará el lanzamiento de la temporada que conmemora los 15 años de la orquesta Filarmónica Joven de Colombia de la Fundación Bolívar Davivienda, y el legado del empresario antioqueño Germán Jaramillo Olano.
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Por supuesto, el concierto estará a cargo de la orquesta Filarmónica Joven de Colombia, bajo la dirección del maestro Andrés Orozco-Estrada. Juntos interpretarán una de las sinfonías más importantes y aclamadas de la historia de la música: la Sinfonía n. 9 de Antonín Dvorak. El concierto también incluirá una obra comisionada al maestro Gustavo Yepes con ocasión de la celebración titulada Fanfarria por los derechos del humano común y el Concierto para dos violines de J.S. Bach.
La obra y el concierto comparten el mismo propósito: celebrar legados para construir un Nuevo Mundo, pues el compositor checo escribió esta sinfonía, que se ha llamado también, sinfonía Desde el nuevo mundo, durante su estancia en Estados Unidos.
“Es una sinfonía donde el plasma aires cercanos a la cultura norteamericana, y es muy importante en la historia del repertorio de lo que se conoce como música académica porque pinta con la orquesta muchos colores y ese ambiente que el descubrió cuando vino a América”, explica Gonzalo Ospina, violinista solista, cuyo legado también celebra el concierto.
“La elección de esa sinfonía y del concierto para dos violines que vamos a tocar con el maestro Gonzalo, resalta la conexión entre las antiguas generaciones y las que vienen a tomar ese lugar y a cambiar un poco las cosas. Yo siento que ese nuevo mundo tiene que ser un mundo de más empatía, donde haya más compañerismo y la competencia sea sana. Siento que lo de nuevo mundo viene de ahí, de crear este nuevo ambiente”, dice Mario Pinto, violinista de la orquesta Filarmónica Joven y uno de los músicos más destacados de su generación.
Ambos violinistas coinciden en el buen momento que vive la música académica colombiana, el gran nivel y la presencia de destacadas figuras como el maestro Andrés Orozco-Estrada. Dicen que hay más apoyo, más y mejores maestros, más talento, mucha disciplina y cada vez más posibilidades para los músicos. Pinta bien el panorama, por eso también se celebra, es el principio del nuevo mundo que empieza a dejarse ver.
“Yo siento que no celebramos solo 15 años de la Filarmónica Joven de Colombia, celebramos 15 años del esfuerzo que ha hecho el país por desarrollar la música sinfónica y sobre todo los proyectos de vida de los jovenes en esta música. Esta orquesta es el reflejo de todo un país porque ellos vienen de muchos procesos y muchas regiones. Son el resultado de un trabajo colectivo de todo el país”, dice Juan Andrés Rojas Castillo, Gerente de Talento Joven de la Fundación Bolívar Davivienda y Director Ejecutivo de la Filarmónica Joven de Colombia.
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En estos años han pasado por la orquesta más de 700 músicos entre los 16 y los 24 años de edad, que cada año han debido renovar su audición para mantener su lugar.
Renovación. Esa es una de las palabras claves de la orquesta, pero no solo por los músicos que entran y salen, sino porque es la apuesta de la orquesta desde su dirección, renovarlo todo, la forma de sentir y entender la música, el ecosistema cultural, el futuro.
Por eso, más allá de la excelencia, la orquesta, desde la dirección ha apostado por mejorar todo lo que hay detrás de la música. Tienen programas de formación, de salud física y mental, educación financiera, talleres, mentorías, pasantías, voluntariados de todo tipo. Actividades en pro de la creatividad, el pensamiento crítico y asunto relacionados con temas de ciudadanía activa para entender su lugar en el mundo, responsabilizarse, aportar en su beneficio.
“La excelencia musical es fundamental pero no nos podemos quedar ahí, nuestro objetivo es desarrollar capacidades que les permitan hacer un verdadero proyecto de vida”, dice Rojas.