A propósito de las amenazas Peso Pluma que terminaron en la cancelación de su concierto, los cantantes asesinados por narcos en México
Los reconocidos cantantes de música regional mexicana Valentín Elizalde y Chalino Sánchez fueron asesinados, al parecer, por orden de narcotraficantes.
Ante las amenazas, Peso Pluma contrató un grupo de escoltas y apoyo táctico denominado Los 12 Apóstoles. No es la primera vez que grupos narcotraficantes amenazan de muerte a artistas de música popular en México. Foto Getty.
El cantante y compositor mexicano Hassan Emilio Kabande Laija, más conocido como Peso Pluma, fue amenazado de muerte. Cuatro letreros aparecieron en diferentes puntos de la ciudad de Tijuana, donde el cantante tiene programado un concierto el próximo 14 de octubre.
“Abstente de presentarte el día 14 de octubre porque será tu última presentación por irrespetuoso y lengua suelta, te presentas y te vamos a partir tu madre”, decía el letrero firmado por el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Ante las amenazas, la alcaldesa de Tijuana, Monserrat Caballero, confirmó que el concierto fue cancelado por el mismo artista, que comunicó la decisión a través de una historia de Instagram en el perfil de su sello discográfico, Double P Records. “Nuestro objetivo es proteger a los fans y al equipo. Por la seguridad de todos los involucrados cancelaremos nuestro show en Tijuana”, dice el comunicado.
Medidas de seguridad
El artista de los corridos tumbados parece haber contratado un grupo especializado que lo acompaña a todas partes y que ha sido denominado “Los 12 apóstoles”. El cantante, además, se moviliza en vehículos blindados y porta un chaleco antibalas avaluado en 70 mil pesos mexicanos (más de 15 millones de pesos colombianos).
Ninguna amenaza es menor ni ninguna medida parece ser suficiente, pues no es la primera vez que en México, narcotraficantes amenazan y cumplen, asesinando reconocidos artistas de esta música popular. Los casos más recordados son los de Valentín Elizalde y Chalino Sánchez.
Los casos de Chalino y Valentín
Rosalino Sánchez Félix, más conocido como Chalino Sánchez, el Rey de los corridos, fue asesinado el 16 de mayo de 1992. Su cuerpo, que tenía dos disparos en la nunca, los ojos vendados y las muñecas y los tobillos amarrados, fue encontrado por campesinos en un canal de agua cerca de la ciudad de Culiacán, Sinaloa. Tenía 31 años.
Un día antes, el 15 de mayo, Chalino cantó en Sinaloa, y al parecer, en medio de la presentación, recibió una nota donde lo amenazaban de muerte. A pesar de eso, Chalino terminó el concierto. A la salida del lugar fue interceptado por un convoy de camionetas con personas armadas que se hicieron pasar como policías y pidieron a Chalino acompañarlos para hablar con un comandante. Él aceptó y no se volvió a saber nada de él hasta el otro día, cuando los campesinos encontraron su cuerpo.
Valentín Elizalde, también conocido como el Gallo de Oro, fue asesinado en Reynosa el 25 de noviembre de 2006. Su muerte está rodeada de misterio, pero se sabe que fue acribillado al salir del concierto que dio en la Expo-Feria en Reynosa, Tamaulipas. Tenía 27 años.
Entre los rumores, se dice que su muerte tuvo que ver con la primera canción que cantó esa madrugada: “A mis enemigos”. Del tema, que además era uno de los favoritos de sus seguidores, se dice que esconde entre sus versos un mensaje de Joaquín “El Chapo” Guzmán hacia sus contrincantes, Los Zetas.
“Siguen ladrando los perros/Señal que voy avanzando/Así lo dice el refrán/Para aquellos que andan hablando/De la gente que trabaja/Y que no andan vacilando/Al que no le vino el saco/Pídalo a su medida/Conmigo no andan jugando/¿Pa qué se arriesgan la vida?”, dice la canción.
Al bajarse de la tarima, y después de tomarse fotos y repartir autógrafos entre sus fanáticos, Elizalde abordó una camioneta negra. Lo acompañaban su representante Mario Mendoza Grajeda, el chofer Reynaldo Ballesteros y su primo Fausto “Tano” Elizalde.
Apenas comenzaban a avanzar fueron interceptados por dos vehículos que les cerraron el paso y de los cuales se bajaron un grupo de hombres armados que, sin decir nada, descargaron dos rifles de asalto y una pistola sobre los ocupantes de la camioneta. Alrededor de 60 balazos impactaron la camioneta y el cuerpo de Valentín Elizalde, que recibió tiros en las extremidades, el torso y la cabeza. En la escena se encontraron casquillos de AK-47, AR-15 y .38 súper. El único sobreviviente fue su primo Fausto, a quien ha acusado de participar en el atentado.