Darío Gómez, el Rey del Despecho, fue la inspiración de Wendy Jiménez (interpretada por Adriana Bottina), una cantante popular que luchaba por demostrarle al mundo que su talento estaba por encima de las adversidades. Esa era la sinopsis de Nadie es eterno en el mundo, novela que Caracol Televisión lanzó en 2007 y cuya columna vertebral eran las canciones del artista de música popular.
La producción consiguió tres nominaciones a los premios India Catalina de 2008 y ganó uno, el de su protagonista Adriana Bottina como Mejor actriz protagónica de novela.
Le puede interesar: Ni borrachos ni trago, las medidas para asistir al homenaje póstumo a Darío Gómez en Medellín
“Darío Gómez llegó al set de grabación y todos quedamos en silencio”, le contó Adriana Bottina, protagonista de Nadie es eterno en el mundo, a EL COLOMBIANO.
La actriz y cantante añadió que había una gran emoción en todos porque “se hizo una novela inspirada en las letras del maestro Darío Gómez, las canciones hilaban toda la historia de amor que estaba dentro de la novela, entonces entra don Darío Gómez y nos quedamos en silencio al ver a esta gran persona que había inspirado toda una historia y el respeto y autoridad de emanaba, saber que por él se estaba creando todo eso”.
Bottina recuerda su emoción: “Yo estaba muy emocionada porque yo lo que más quería era que él grabara, pero don Darío no era un personaje de la novela sino sus canciones. Siempre que aparecía don Darío en la novela era como una ensoñación, siempre parecía así. No había muchas escenas con él directamente, siempre era él solo, cantando, como el espíritu de las canciones representadas en él”.
Eso no fue problema para que el Rey del Despecho conversara con todos, “yo hablé con él un rato —cuenta Bottina— le pregunté de todo, cómo había comenzado, tenía muchas curiosidades por su carrera musical”.
Puede leer: Sobreviviré y Camas vacías, las versiones de Darío Gómez de éxitos internacionales
Darío Gómez, con la amabilidad de siempre, le respondió todas las inquietudes a Bottina, le habló de su carrera en la música popular, de cómo había llegado a la gente y cómo lo que más le gustaba era interactuar con la gente e ir a los pueblos, “y me acuerdo que dijo una frase que cobró después mucho sentido, ‘el artista se debe a su público, al contacto con el público’, en realidad uno vive para el público y él lo hacía y no dejó de hacerlo jamás y cumplió esa premisa que tenía para su vida.
Darío Gómez también era muy abierto con la historia de sus canciones, hablaba de la historia de Daniela -que le compuso a su nieta-, “las contaba él muy desparpajadamente, muy confiado, abría su corazón como compositor”.
Su elegancia también encantaba en el set de la novela, sus trajes de telas brillantes, “era bastante pulido, sencillo al hablar, pausado, usaba palabras sencillas, pero tenía a la vez una forma de hablar muy elegante”, cuenta la artista.
Puede leer: Mató a su padre por accidente y su hija murió por una bala perdida: las tragedias de Darío Gómez
Su contacto con él continuó años después de que terminara la novela en algún espectáculo, y “justo este año, cuando fui a Medellín con Chavela por siempre Vargas lo invité”, pero lastimosamente Darío Gómez no pudo ir. “Me dijo: ‘mijita, no puedo, tengo un show, pero me gustaría verte Adrianita’, me perdí esa visita”, dice Bottina, me hubiera parecido fabuloso que hubiera visto este espectáculo.
Para la cantante y actriz hay un duelo colectivo, sobre todo en Antioquia, “cuando se le va un coterráneo con tanta importancia y tanto legado duele el corazón”, ella precisa que ha estado muy triste desde que supo la noticia, “porque finalmente para mí fue un padrino en la música popular y lamento mucho esta pérdida”, concluyó.