Nieve no es la fanática número uno del veterinario, como puede suceder con la mayoría de los perros, pero cada cuatro meses se encuentra con la doctora Dálida García o alguien de su equipo para donar sangre. “Por los exámenes que le hacen periódicamente, nos dimos cuenta de que tenía problemas en los riñones antes de que fuera algo más grave”, cuenta su dueña, Adriana Restrepo.
Los animales solo pueden donar sangre cada cuatro meses –una frecuencia mayor a las visitas regulares al veterinario–, y cuando lo hacen es necesario hacer un hemoleucograma completo para descartar inflamaciones, infecciones o anemia, y otro examen específico para desestimar la presencia de parásitos.
Este monitoreo regular es una de las ventajas de ser donante en Hemovital, uno de los primeros bancos de sangre para animales de Colombia.
En busca de donante
Los animales domésticos también tienen tipos de sangre, explica la doctora García. Los perros tienen menos anticuerpos y cuando se les hace la primera transfusión no tienen problema en recibir la de cualquier donante, de ahí en adelante tendrán el mismo tipo de sangre de su donante y es importante que sepa con qué tipo de sangre quedó. Estos no se clasifican por el RH sino por el DEA (por sus siglas en inglés, Dog Erythrocyte Antigen) y hay alrededor de 15 reportados hasta el momento.
El caso de los gatos es más cercano al de los humanos y solo pueden recibir su mismo tipo de sangre. Tienen tres grupos, A, B y AB, siendo el A el universal y el AB, el grupo menos común. Pero este no es un dato que suelan saber los dueños y las pruebas de laboratorio, en caso de emergencia, pueden tardarse demasiado si no se cuenta con un laboratorio de atención rápida.
Las transfusiones no se puede recibir de cualquier donante, es decir que pedir ayuda en las redes sociales no es la salida más segura. Además de la necesidad de tener un tipo de sangre compatible, son indispensables las pruebas de laboratorio, porque tanto perros como gatos tienen enfermedades que son transmisibles.
Por otro lado, no todas las clínicas 24 horas de la ciudad están preparadas para hacer estos exámenes en poco tiempo, otra ventaja de ser donante es tener esta información y si se encuentra activo en el sistema de Hemovital, recibirá una bolsa de sangre sin costo.
Para ser donante, se exige que el animal tenga entre 1 y 8 años, los perros deben pesar mínimo 25 kilos y los gatos, mínimo 5. Deben tener el esquema de vacunación y desparasitación al día, no deben tener sobrepeso ni condiciones como ehrlichia canis (bacteria), hipotiroidismo, hepatitis, enfermedades cardiovasculares ni haber presentado alguna vez convulsiones. Las hembras donantes felinas no deben haber tenido partos y, en general, deben ser gatos que permanecen todo el tiempo en casa y no tienen contacto con animales de afuera. Las mascotas tampoco deben haber recibido transfusiones sanguíneas antes.
Renovación periódica
Los caninos son mayores donantes que los felinos, pues tienen mejor disposición y son más grandes, por lo que el procedimiento se facilita, pero es igual de importante la donación en ambas especies, ya que la población de animales domésticos en los municipios del Valle de Aburrá sigue en crecimiento. Según el Área Metropolitana, se estima que en 2020 había 740.739 caninos y 310.051 felinos.
El procedimiento no requiere sedación, solo un relajante muscular que se aplica según el comportamiento del animal, y se hace a domicilio. Los médicos veterinarios se desplazan hasta la casa con todos los implementos necesarios. No toma más de 20 minutos y casi de inmediato vuelven a la normalidad.
Quedan un poco adormilados por el efecto del relajante, pero se les puede administrar otro medicamento para despertarlos, si es necesario. También les queda un parche sin pelo, que se les afeita para hacer el procedimiento. La única precaución es que no pueden ingerir mucha comida hasta dos horas después de donar, pero sí reciben premios y un desparasitante antes de terminar la consulta.
La necesidad de un banco
La idea surgió mientras la doctora García hacía la práctica profesional y vio la urgencia de tener disponible para el tratamiento de enfermedades, las cirugías y la atención de emergencia, un banco de sangre para animales domésticos. En ese momento, hace once años, no había ninguno en Colombia. Tardó cuatro años en perfeccionar el proyecto hasta convertirlo en un emprendimiento.
Cuando empezó a investigar había pocos referentes en América Latina, hoy, ya hay más bancos de sangre en el país, específicamente en Cali y Bucaramanga. El cubrimiento nacional no es total, entonces a través de aliados en otras ciudades se hacen envíos a diferentes regiones de concentrado de eritrocitos, plasma fresco congelado, plasma rico en plaquetas y sangre entera (ver Informe).
Según la doctora García, estos subproductos permiten un máximo aprovechamiento de la unidad de sangre para poder atender a varios pacientes y poder realizar transfusiones más enfocadas a la necesidad de cada uno.
Al igual que a los seres humanos, la donación de sangre permite la renovación del tejido sanguíneo y la revisión veterinaria periódica no está demás, sin embargo, lo que puede llegar a ser más satisfactorio es la idea de estar ayudando en una situación difícil