Daisy, una perra de raza french poodle mediana, tembló toda la noche en la que su dueña, Aída, tuvo un accidente de tránsito. No durmió. A la mañana siguiente llegó la noticia de su muerte y entre los sollozos de los familiares que quedaron en casa, la mascota se metió debajo de la cama de la mujer que vivía pendiente de su bienestar y que ya no volvería a ver.
Allí, escondida, pasó su duelo: no salió por unos 15 días. Los demás habitantes de la casa la llamaron con mimos y cariño y al ver que no respondía, le acercaron alimento y agua. Poco los probó. A las dos semanas salió y siguió su vida con normalidad.
Alejandra Mejía, veterinaria del CES y etóloga de la Universidad de Zaragoza en España, explica que este tema de los duelos y el manejo de las ausencias es muy común en las mascotas y que pueden controlarse si se les da el manejo adecuado. “Tanto perros y gatos pueden deprimirse y vivir un duelo por ausencias diarias: la muerte de otra mascota, cuando la familia se va de viaje o incluso cuando hay una mudanza”.
Hiperapego es el nombre que le da Andrés Mauricio Valencia, etólogo de la misma universidad y también zootecnista y adiestrador, a la causa de tantos perros y gatos deprimidos por ausencia. Aunque estos últimos son más independientes no falta el dueño que los viva abrazando y cargando todo el tiempo y genere dependencia, pero “en especial son los perros quienes más demuestran el dolor de la ausencia, dañan objetos, aúllan, ladran, hacen sus necesidades por toda la casa y en el peor de los casos, todo esto a la vez”.
Los especialistas consultados recomiendan no sobreproteger a las mascotas para no generar en ellos estos modelos de comportamiento que les hacen daño. Si ya su caso no tiene remedio y tanto el perro o el gato son los consentidos de la casa, atienda los siguientes consejos de acuerdo a cada situación.
No olvide que, en casos extremos, debe acudir al veterinario y a etólogos profesionales que puedan ayudarle a aminorar los problemas que generan las ausencias en sus mascotas.