Son 25 años los que lleva María Patricia Marín Arango trabajando en el Teatro Metropolitano, los últimos 10 en la dirección general. Habla de este recinto con pasión, siente la cultura desde las entrañas y el verbo trabajar lo ha conjugado en todos los tiempos posibles.
Para ella termina un año (y un periodo) muy incipiente para la cultura de la ciudad, y su voz siempre se ha hecho sentir con una postura crítica y contundente en defensa del arte para quienes habitan y pasan por Medellín.
Después de la tormenta, viene la calma, como reza el adagio popular, pero para María Patricia lo que debe venir es un trabajo muy intenso por recuperar lo perdido.
El Teatro Metropolitano es para la ciudad un escenario vivo que cada vez quiere ser más útil, estar más integrado, de puertas más abiertas, con una mayor diversidad.
Con ella hablamos en EL COLOMBIANO sobre esto, lo que viene para 2024 y cómo van los planes de expansión.
¿Cómo termina este 2023 para el Teatro Metropolitano?
“El teatro termina bien, después de un año bastante luchado, un año que nos impuso nuevos retos, todo lo que bien sabemos que ha ocurrido con el sector cultural los últimos años; sin embargo, empezamos a vislumbrar una genuina recuperación tras la pandemia porque las entidades culturales seguimos arrastrando esto —todavía muchos no alcanzan o no han alcanzado a recuperarse después de este tiempo tan difícil—, pero nos trazamos retos esperanzadores y nuevos proyectos que hemos cumplido a cabalidad”.
Usted siempre tuvo posturas críticas y contundentes sobre lo que pasaba en la ciudad, ¿cómo lo analiza ya al cierre de este 2023 y cómo seguir haciendo cultura con un entorno tan complejo?
“Terminamos un periodo que fue bastante incipiente, especialmente para las instituciones culturales y para muchos de nuestros artistas.
Por supuesto que siempre tuve una voz muy del lado, no solamente de la protección y del bienestar de esas instituciones, sino del trabajo de nuestros artistas, que ya es bastante duro y castigado en este medio. Nuestras instituciones culturales lograron avanzar gracias al respaldo determinante de la empresa privada.
Es una realidad, no me canso de decirlo, porque sin la empresa privada en Antioquia, nosotros no tendríamos ninguna de las grandes instituciones culturales, ni los museos, ni las orquestas, ni un teatro como este.
Este año también logramos subsistir, incluso después de la pandemia, gracias a que la empresa privada sigue dándonos la mano con un espaldarazo muy grande.
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Con el sector público tuvimos acercamientos para algunas convocatorias y concursos que finalmente tampoco alcanzan a ser un recurso importante, por lo menos para el Teatro Metropolitano, es un recurso necesario, siempre lo vamos a necesitar, por supuesto, siempre estuvimos atentos a concursar y obtener, ojalá, los mejores puntajes para que el teatro se beneficiara de programas que, a su vez, benefician a la comunidad.
Distinto sería que todos estos concursos o convenios fuesen para el mantenimiento del teatro, para la operación o para el edificio, pero finalmente, el grueso de estos programas, van destinados a beneficiar a la comunidad, a subsidiar el ingreso a una cantidad de eventos que consideramos que son un derecho única y exclusivamente para que las sillas del teatro metropolitano estén habitadas por todos los ciudadanos, los habitantes y los visitantes que quieran venir a presenciar el arte que estamos ofreciendo para ellos. Cierra este capítulo y, pues, recibimos con muchísima esperanza el 2024 para volver a aunar esa alianza público-privada que es la que ha hecho que el desarrollo en Medellín y en Antioquia sea una realidad, que se concreten proyectos genuinamente importantes para la región”.
En este 2023, gracias a ese trabajo que usted comenta con la empresa privada, hubo eventos propios de los que, creo, está usted muy orgullosa...
“Fue un año muy lindo y me gusta mucho que menciones los eventos propios.
El Teatro Metropolitano es un bien de la ciudad y hay una programación permanente que corresponde, una parte a personas, empresarios o instituciones que nos arriendan el teatro para hacer eventos y otra gran porción de la programación que es propia, curada, desarrollada y producida por Medellín Cultural, la gestora, fundadora y propietaria del Teatro Metropolitano, quien ha velado durante más de 45 años por liderar la actividad cultural.
Este año tuvimos unos tres primeros meses del año muy duros, esto hay que decirlo, durante los 25 años que llevo yo en el Teatro Metropolitano, creo que han sido los tres meses más complejos, una pausa muy fría que nos alertó, sin embargo, muy pronto teníamos ya dos títulos de ópera.
El maestro Andrés Orozco-Estrada, un gran amigo del teatro y un gran amante de la ópera, nos propuso esa locura. Hicimos dos óperas y encontramos de paso dos grandes aliados, la compañía Estable y el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo. El primer semestre hubo dos producciones que ocuparon de lleno el tiempo, la energía, el alma y el corazón de cada una de las personas de este teatro y de los artistas que participaron en los dos títulos, en Las bodas de Fígaro y La Traviata.
Tuvimos además una programación diversa, eventos como la gira de despedida de Les Luthiers, la gira El amor después del amor de Fito Páez, que es la banda sonora de muchísimos de nosotros”.
Hubo muchos espectáculos para la audiencia más joven...
“Sí, con grandes aliados productores de Colombia como Páramo, los organizadores del Estéreo Picnic, hemos venido haciendo una serie de conciertos muy bonitos: Margarita Siempre Viva, Esteman, León Larregui, Two door cinema club. Tuvimos también una alianza con_Rockal, unos jóvenes empresarios para traer a esta ciudad eventos de indie y rock latinoamericano como la banda El mató a un policía motorizado. Estamos generando una dinámica desde el punto de vista de programación muy interesante que nos está abonando el terreno para lo que viene con nuestros próximos escenarios. Adicionalmente, tuvimos la temporada internacional de música clásica, una temporada de primer nivel con artistas vienen, nos ofrecen unos conciertos maravillosos y adicionalmente talleres, clases maestras y así también contribuimos un poco desde donde podemos al fortalecimiento de la academia y de quienes están entregados a la formación profesional musical. Tuvimos unas alianzas maravillosas en el cierre del año con nuestras agrupaciones, con Canto Alegre, con el Ballet Metropolitano, con la Orquesta Sinfónica Eafit, logramos sold out en todas estas funciones de cierre de año.
Valga la oportunidad para agradecerle al público porque nosotros, nuestra razón de ser son nuestras audiencias”.
Son los que llenan estas sillas...
“Exactamente. Creo profundamente que aquí estamos haciendo un ejercicio de conexión espiritual con lo divino. Estos son los lugares en donde logramos una conexión con nuestro ser, ahí es donde el arte hace lo suyo. Ese es el clic y el poder transformador del que tanto se habla del arte.
Cuando tú vienes a un concierto, lo disfrutas y elevas tu espíritu, tú no sales con ganas ni de discutir ni de insultar a nadie. Eso nos complace mucho ofrecerlo desde el teatro. Somos unos convencidos de que ahí está nuestro propósito, nuestra misión”.
Hubo de todo...
“Buscamos ser un teatro donde todos se identifiquen. Reactivamos la creación de nuestros artistas locales. Tuvimos una obra de estreno de nuestra compañía residente que fue Danza Concierto, que también tuvo la oportunidad de estrenar en Bogotá. Celebramos los 15 años de La Toma en un evento que nos inventamos con ellos y que vamos a instituir que se llama La Gran Fiesta Popular. Esto fue bellísimo, pasaron los Cumbia Star, pasó Fruko, Lucho Flores, Jorge Cotes, todos esos maestros a los que les debimos rendir también un tributo y un homenaje en vida porque han sido unos grandes precursores de nuestras músicas. Por fortuna fue un teatro poblado. También la temporada de Filarmed, muy variada y donde tuvieron unos experimentos llenos de estos elementos novedosos que la orquesta con su nuevo director quiere proponer para las audiencias de la ciudad. Por fortuna fue un teatro poblado.
Tuvimos más de 335 eventos entre públicos, privados. Más de 115.000 personas pasaron por esta sala justamente haciendo este ejercicio. Vamos full hasta el 18 de diciembre”.
Acaban de ser incluidos en el ranking de los 10 mejores teatros de Latinoamérica...
“Pollstar es una plataforma digital de datos del entretenimiento que tienen un ranking por estadios, arenas, teatros y también por artistas y hay unas variables que consideran como la venta de tickets e ingresos. De Tu Boleta, nuestro operador de boletería, me envían un mensaje en el celular donde nos felicitan y ahí me entero que estamos entre los 10 teatros de Latinoamérica que han presentado más funciones agotadas, que han vendido más tickets. Para nosotros fue muy bonito saber que estamos en ese radar.
La misión que el Teatro Metropolitano tiene no es para sí mismo, es para esta ciudad, es para que estemos en el mapa. Son consecuencias del buen trabajo, eso no nos puede distraer, pero sí es un reconocimiento que recibimos con muchísimo beneplácito. El Teatro Metropolitano José Gutiérrez Gómez, con sus 1.634 sillas, está en un radar internacional, y eso nos debe alegrar a todos, sobre todo a la ciudad”.
¿Cómo va la ampliación del teatro?
“En el país no hay escenarios al aire libre como lo estamos concibiendo nosotros. Hicimos un concurso abierto que ganó un consorcio antioqueño, premiamos el concurso. Eso fue todo en el 2022 y en el 2023 empezamos a conformar el equipo técnico. Este año pensábamos que iba a ser mucho más difícil porque finalmente siempre hemos tenido como grandes aliados a la empresa privada y también al sector público en otros momentos y con esta relación que venía tan rota y no es un secreto, no sabíamos cómo íbamos a hacer todo el tema de las ingenierías. Es un equipo técnico de más de 12 oficinas trabajando durante todo un año en paisajismo, arquitectura, bioclimática, acústica, estructura, presupuesto. Contamos con esos angelitos —porque no tienen otra palabra— y logramos que estas empresas cercanas que han forjado el desarrollo nos apoyaran. Esta es una etapa de un proyecto en la que se le apuesta a ojos cerrados. Este año logramos cumplir con ese cronograma, tenemos absolutamente todos los trabajos de ingeniería desarrollados, ya en planeación, estamos a un paso de pasar a la curaduría para tener nuestra licencia de construcción.
Es un proyecto que nos va a exigir un reto muy grande. El Teatro Metropolitano no está construyendo esto para nosotros, se está escribiendo un segundo capítulo en un espacio que es nuestro, pero lo queremos compartir para el disfrute colectivo, es un acto de promoción de la cultura. Vamos a tener tres escenarios, una sala de cámara, queremos que esto esté permanentemente poblado de arte, que sepamos que en La escena del Bosque todos los martes vamos a tener poesía y cuentería, que en el Boulevard vamos a tener exposición fotográfica, que en el Paseo del Río vamos a tener eventualmente la transmisión de una película, y que en el Escenario al aire libre los promotores colombianos van a tener un escenario de entre 7.000 y 9.000 mil asistentes, un aforo bastante importante que nos va a permitir dinamizar mucho la oferta cultural que tiene la ciudad”.
¿Para cuándo estaría todo esto materializado?
“Lo primero que hay que hacer es conseguir 25.000 millones de pesos, que es lo que cuesta la construcción. Estamos planteando que ese dinero se va a dividir en tres etapas de construcción, y la primera va a ser nuestro escenario que también le va a permitir al teatro generar unos ingresos a otra escala para fortalecer su programación, su mantenimiento, para prever situaciones complejas como las que nos ha tocado atender los últimos años como un cierre obligado por mantenimiento inminente; una pandemia, porque puede volver a llegar otra pandemia y una administración que fue muy indiferente específicamente con una entidad como esta. Nos estamos preparando para que el teatro pueda estar un poco más protegido a futuro. Esperamos que en el 2025 ya empecemos a ver construcción”.
¿Cómo vislumbra el 2024?
“Va a ser nuestro año. Tendremos una programación que sigue creciendo con unos aliados maravillosos. Volvemos a tener una ópera increíble, Tosca, como celebración de aniversario y continuamos fortaleciendo mucho esta línea del homenaje a Colombia. Tenemos unos artistas tan grandes, tan maravillosos, con oportunidades tan escasas, que hemos venido tejiendo una alianza grande con Teatro Colón, de Bogotá, la Biblioteca Luis Ángel Arango, con Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, que va a garantizarle al público de la ciudad un circuito de programación colombiana muy bonita. Nuestra temporada sigue, estaremos anunciándola hacia el mes de febrero. Contarles también que vamos a tener un nuevo website, una nueva página mucho más dinámica, van a poder hacer compras por ahí, van a encontrar toda la información del evento, del artista, las fotos, los programas de mano, va a ser mucho más interactiva y mucho más cercana al público”.
¿Qué aprendió de este 2023?
“Cada año aprendo que lo único que importa en la vida es el valor del trabajo, es el poder de las acciones, es no distraerse, porque los tiempos buenos siempre van a estar y los tiempos malos también hay que saber trascenderlos.
Y sobre todo estos últimos años me enseñan que a pesar de las dificultades hay que elevar el pensamiento y seguir soñando en clave de esperanza. No nos podemos quedar en la queja. Ante la queja nos superamos con proyectos, con trabajo esperanzador”.