El día necesitaba color. A pesar del intenso sol de la mañana de domingo en Medellín, el tono en la tarde lo pusieron algunas nubes grises y una tenue llovizna. Faltaba el colorido arcoíris.
En un día tan importante y ya tradicional para la comunidad LGBTIQ+, eso no sería problema, el color llegó con la gente, las miles de personas que con sus banderas, pintas, pelucas, pancartas y sombrillas estaban listas en el punto de salida, en la avenida Las Vegas, para la Marcha del Orgullo.
Desde temprano se instaló un mercadillo para apoyar los emprendimientos locales y pasadas las 3:00 de la tarde comenzó el desfile por las calles de la ciudad. Era una marea de colores, las banderas ondeaban y la música sonaba a todo volúmen.
Sergio Chacón, consejero Distrital de la Juventud y codirector de la Alianza LGBTIQ+ en Antioquia, le contó a EL COLOMBIANO —en uno de los puntos intermedios— que la llegada de público fue masiva, “nunca habíamos tenido tantas carrozas, esta vez fueron 33 y a eso sumamos 7 chivas autorizadas. También batucadas de organizaciones sociales se hicieron presentes”.
Este año el lema fue“#TodxsPorLaVida ¡Nos queremos vivxs, primero la vida!”, como una apuesta por priorizar, ante todo, el bienestar y calidad de vida y como un rechazo a los homicidios y crímenes de odio en contra de dicha población.
Y por el orgullo marcharon no solo personas LGBTIQ+ sino sus amigos y familiares. “Me anima salir a apoyar, tengo muchos amigos de los que he sido testigo de lucha y los amo y por eso salgo con ellos”, dijo Juliana Botero Mejía.
Es que es una manifestación no solo de diversidades sexuales, sino también en la que confluyen “las ideas libertarias del cuerpo, de la sexualidad, del consumo de sustancias, es un espacio importante de libertad cada vez más plural. Hay una concentración muy masiva y cada vez hay nuevos contenidos políticos”, explicó Guillermo Correa, profesor de la Universidad de Antioquia.
Esta marcha se realizó en otras ciudades del país como Bogotá y Barranquilla (ver recuadro) y en otros países como Inglaterra y España. A Medellín llegaron personas de otras ciudades, como Janer Araque quien vino desde Cartagena: “Aquí están la gran parte de mis amigos y a diferencia de otras ciudades de la costa, aquí se dedican mucho a organizar bien la marchas”, precisó.
Un recorrido con historia
Este año se cumplen 40 años del primer desfile del Orgullo en Colombia y 25 años del de Medellín.
Correa detalla que esa primera marcha en la ciudad fue en 1998, “y desde ese momento se han hecho continúas. Inicialmente marchábamos entre 100 y 300 personas. Siempre han sido muy festivas, un carácter un poco distinto a Bogotá, por ejemplo, donde se cruzó primero con unas consignas políticas muy importantes. En Medellín siempre ha sido como una rumba política por nombrarlo de algún modo”.
Por otro lado, Hernando Muñoz, activista y profesor de la Universidad de Antioquia, contó que “la marcha ha servido para poner en el escenario público que existimos, decir que existen unas personas que aunque se vean diferentes son iguales en derechos y dignidad. Tiene las dos caras de la moneda, una que está reivindicando todos los derechos y la otra que se continúa perpetuando estereotipos”.
Y eso mismo se siente en la calle al conversar con quienes desfilan. Adrián Pino, por ejemplo, dijo que camina en este espacio por que “me gusta estar rodeado de personas que me entienden mejor, en el día a día”.
Una marcha por la diversidad sexual y de género que, como detalló el profesor Muñoz, tiene a muchos más jóvenes saliendo y sintiéndose tranquilos con que existen para reivindicar sus derechos “y eso se ve reflejado en el número de personas que salen. Hay unos asuntos muy claros en cuanto a la visualización de nuestras luchas, en eso se ha transformado”.
Chacón reiteró que la marcha sigue dando mensajes claros: “Esto no es un capricho de dos o tres personas, no somos una minoría, es un montón de gente que hoy defiende que amar es posible en todas sus formas, colores y expresiones”.
#LeyTransYa
Uno de los puntos en común de estas manifestaciones en Colombia tienen que ver con la Ley Integral Trans.
“Este es un proyecto que nace de procesos o colectivxs de base comunitaria, de activistas independientes, prestadorxs de servicios de salud, integrantes de la academia, centros de investigación, familias y redes de apoyo de personas trans, travestis y no binaries”, explicó la Plataforma Ley Integral Trans Ya en un comunicado de prensa.
Añadieron que se realizó un proceso de consulta popular que alcanzó a llegar a más del 75% de los departamentos colombianos con la participación de 1.355 personas trans, travestis y no binaries.
Tras una primera socialización en Bogotá, con más de 100 personas de la población, colectivos y organizaciones se decidió trabajar por construir una Ley Integral Trans en Colombia “que garantice nuestros derechos como identidad, salud, trabajo, educación, vivienda digna, familia, entre otras. En ese sentido llamamos la atención a las obligaciones del Estado colombiano, a las Agencias de Cooperación Internacional, a las Agencias de Naciones Unidas, representaciones diplomáticas en Colombia, organizaciones e individuos aliadxs, y además, a que se unan al esfuerzo”. Esta Ley Integral Trans es una herramienta de exigibilidad de derechos para vivir una vida en condiciones dignas y garantizar estos mismos derechos para las nuevas generaciones.
De ese proyecto se habló en la tarima principal en el Parque de las luces en la que terminó la jornada con otra muestra de amor: uno de los organizadores de la marcha, Sebastián Arenas, le pidió la mano a su pareja quien le dio el sí, sin dudar, tras 12 años de relación.
Medellín se iluminó con los tonos del arcoíris, cerca de 97.000 personas caminaron los 4,3 kilómetros, con orgullo, por seguir reivindicando sus derechos.
4,3
kilómetros de recorrido tuvo la marcha en Medellín que se realizó en la tarde del domingo.
33
carrozas y 7 chivas hicieron parte del desfile que congregó a cerca de 97.000 personas.