Los jóvenes cada día encuentran menos barreras para cumplir sus sueños de ser escritores. En 2017 el Hay Festival divulgó por segunda vez la lista Bogotá39 que escogía a 39 escritores latinoamericanos menores de 40 años cuyas letras prometieran ser originales y creativas.
La primera vez que el ejercicio se publicó, en 2007, Andrés Neuman, Juan Gabriel Vásquez, Pilar Quintana y Ricardo Silva Romero estuvieron entre los elegidos, aquellos que prometían y el pronóstico no falló. Entre la segunda camada, en 2017, fueron Leila Guerriero, Carmen Bullosa y Darío Jaramillo los jurados que seleccionaron a Liliana Colanzi, Giuseppe Caputo, Samanta Schweblin, Emiliano Monge y Juan Esteban Constaín.
Un escritor joven puede ser alguien de 39 o de 17 años, pero para llegar allá hay que ir construyendo y empezar por algo básico: escribir. Juanita Balcázar Sánchez y Águeda Villa son ejemplos claros de cómo un par de jóvenes no solo logran publicar, sino ganar premios importantes
Juanita, quien todavía está cursando el último año en el colegio Vermont de Bogotá, encontró el camino para publicar su primera novela con la Editorial Planeta, La Promesa de la Semilla. Se inscribió a la tercera edición del concurso Premio de Novela Jóvenes Talentos 2019 y lo ganó con 17 años, solo menores de 19 podían inscribirse.
Para ella, una lectora ávida desde pequeña, fue un proceso de mucha disciplina para construir una historia que giraba en torno a “lo que significa la familia con respecto a la vida y la muerte. La memoria y el papel del arte y las historias en la construcción de identidad también es muy importante y recurrente en la narración”, cuenta ella.
Su libro ya salió publicado y ella, sin haber empezado a estudiar su carrera universitaria, recibió el premio de haber sido publicada y 20 millones de pesos.
Otra manera
Para otros jóvenes autores, como Águeda Villa, quien recién acaba de graduarse como comunicadora social y periodista en Eafit, el mecanismo que encontró para dar a conocer sus letras fue primero a través de un blog, luego escribiendo para el periódico Nexos y luego mandando su manuscrito a la editorial independiente Fallidos Editores.
Su texto se titula It’s a Match, sobre esas experiencias cotidianas que se puede encontrar una persona al entrar en una aplicación de citas como Tinder. Empezó siendo un artículo periodístico y de allí se topó con unas cuantas historias que conocidos le compartieron.
Lo que logró fue una historia en primera persona que reúne las anécdotas como si todas le hubieran sucedido a una sola mujer. Villa, de 29 años, señala que fue una casualidad toparse con la editorial local que la apoyó, la encontró un día en Instagram, pero que ha sido un descubrimiento para ella ver cuántas editoriales independientes hay en este momento. En esta búsqueda de autogestión se ha dado cuenta de algo que cree que le sucede más a las mujeres jóvenes que se lanzan a la escritura: “No sé si sea cuestión de género, pero según lo que he hablado con otras mujeres, entra un susto y una inseguridad grande”, cuenta.
Dos historias de nuevas plumas jóvenes que van buscando caminos para sus letras.