Acercarse a la música desde un concepto estético como la belleza podría suponer un problema inicial, ¿cómo se define lo que es bello? En el siglo XVIII, se aludía a piezas que eran “claras, proporcionadas y en las que las melodías se escuchaban bien”, explica Antonio Miscenà, director del Festival Internacional de Música de Cartagena.
Se refiere a la época del clasicismo que está representado principalmente por tres compositores: Haydn, Mozart y Beethoven. Este período que empezó en el siglo XVIII será uno de los ejes que guiará la edición número 14 de ese festival, que se realizará del 4 al 12 de enero en la capital de Bolívar, con 36 conciertos.
El segundo de los puntos que guiará la programación será la transición entre ese clasicismo al romanticismo, que pasa de la perfección que suponía ese período clásico, a algo un poco más caótico: el romanticismo temprano.
Esta corriente tiene más contrastes, “está hecha con momentos tempestuosos y de calma”, destaca el director. Las piezas de esta corriente recibieron otro subtítulo que ya no fue “bello”, sino “sublime”. Algo excelso, abrumador, alto.
“Esa sensación es como entender la profundidad y la extensión del mar”, explica, es la mezcla entre miedo y asombro ante la posibilidad de algo que parece infinito. Es eso lo que se vio representado en sus notas.
En eso, Franz Schubert fue el más destacado y, de hecho, será la figura central de los conciertos del Festival Internacional de Música de Cartagena en 2020.
“Es un músico que escribe con contenidos y formas clásicas pero adepta a una manera suya de componer que es casi romántica”, explica. Es el artista que da el paso entre ambos momentos. En total, se abarcarán unos 60 años (de 1781 hasta 1830) que representan esa unión entre lo bello y lo sublime. 255 intérpretes darán vida a esta propuesta que incluirá obras como la Winterreise o la Sinfonía n.º 8 en Si menor, D. 759, “La inconclusa”.
Invitados de lujo
Desde Holanda llegará la Camerata Royal Concertgebouw Orchestra, especializada en repertorio de cámara y que además guiará varias clases maestras a las que asistirán aproximadamente 500 participantes seleccionados de conservatorios en Colombia.
El tenor Ian Bostridge, de Inglaterra, estará presente también. Es reconocido a nivel internacional como uno de las voces más destacadas de la Schubert, estará cantando y también dictará varias charlas.
Se reconocerá especialmente al violonchelista colombiano Santiago Cañón-Valencia, quien recibió la medalla de plata en la competencia internacional Tchaikovsky en junio de este año. “Este es el resultado más importante que un músico colombiano ha conseguido en ese concurso”, destaca Miscenà.
Un experimento arriesgado e interesante será la participación del compositor electrónico Julio Victoria, quien está haciendo una obra en la que mezclará su experiencia en la electrónica y la pondrá en escena con una orquesta de cámara de 20 integrantes.
Lo bello y lo sublime habitarán La Heroica durante más de una semana, para encantarla y habitar sus espacios nuevamente con música.