El método de trabajo de Andrés Oppenheimer es sencillo y efectivo. El periodista argentino, que escribe sus artículos de opinión en inglés, primero identifica en la atmósfera intelectual y política del momento un gran tema y, luego, viaja por el mundo para conocer las experiencias y opiniones de los expertos en el asunto. Así ha escrito sus libros, en los que ha abordado los debates respecto a la educación, la instrumentalización de la historia y el futuro de las profesiones. ¡Cómo salir del pozo!, su más reciente reportaje de largo aliento, es el resultado de esta forma de hacer periodismo. Invitado a la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín, Oppenheimer conversó con EL COLOMBIANO.
El crecimiento económico no necesariamente coincide con la felicidad de los pueblos, ¿puede explicarlo?
“Bueno, esta es justamente la tesis del libro ¡Cómo salir del pozo! Como casi todos los periodistas, economistas, politólogos, yo siempre decía que Chile era el modelo económico a seguir en América Latina. Lo pensaba porque era el país que más crecía, el que más ha reducido la pobreza, cosa que es cierta, pero en 2018 y 2019 se produjo el estallido social en Chile, y me pregunté: caramba, ¿qué pasó? ¿Me falló la teoría? Y después cuando pasó lo mismo en Colombia, la economía más estable de América Latina, y en Perú también, me empecé a preguntar qué está pasando”.
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¿A qué conclusión llegó después de recorrer el mundo investigando sobre el crecimiento económico y la felicidad?
“La conclusión que saqué es que el crecimiento económico es indispensable, pero no es suficiente para la felicidad. O sea, tú no puedes hacer al pueblo feliz si viven en la pobreza. Quien diga lo contrario está vendiendo humo, pero tenemos que empezar a pensar en acoplar el crecimiento económico con políticas que hagan a la gente más feliz, porque de nada nos va a servir ganar unos pesos de más y tener vidas peores.
Lo que hice fue recorrer el mundo a ver qué es lo que están haciendo los países más exitosos en lograr una mayor satisfacción de vida, y otros que, como los nuestros, no son los más felices del mundo, pero que están haciendo cosas muy interesantes”.
El libro es el resultado de una reportería de largo aliento...
“Mira, yo soy un tipo muy curioso y, a pesar de ser argentino, creo que no necesariamente quienes vivimos en América Latina tenemos todas las respuestas (risas). Hay gente tan inteligente como nosotros en todas partes del mundo o más, y creo que hay que mirar lo que hacen y adaptar las cosas que nos funcionen a nosotros. Y adaptarlas a nuestra realidad”.