Empezó a hacer música en la sala de su casa y la subió a las plataformas de streaming, se hizo reconocida y su carrera despegó hasta México, donde se estableció. Este año regresa a los escenarios, primero abriéndole a Zoé en sus fechas colombianas, luego con dos conciertos en junio en Bogotá, que ya se vendieron por completo, como parte de la gira de su nuevo disco.
Aunque esa lista de hechos suene natural, en realidad son pequeños milagros que se le siguen dando.
En este disco explora la música tropical, el urbano, ¿por qué tomó esa decisión?
“Más allá de exploración, lo que hago es divertirme. No me quiero aburrir haciendo mi música, entonces, si quiero hacer algo urbano, lo hago; si quiero hacer una bachata, la hago. La diferencia con mi trabajo anterior es que esta vez lo hice agresivamente, es decir, no es una bachata alternativa ni un urbano alternativo. Es lo que es”.
¿Piensas en tu público a la hora de componer?
“El público lo que hace es inspirarme a no hacer cualquier bobada, es decir, si alguien va a escuchar esto más vale que no se sienta que es algo hecho con facilismo o como cualquier cosa, que no tiene ningún propósito, entonces el público me hace darle propósito, pero realmente pienso que a alguien le va a gustar si lo hago justamente con esta intención y así ha funcionado. Es impresionante cómo puede ser una bachata o una canción ochentera o una balada, y da igual, porque creo que mi género va más allá de los géneros, es como esa intención que le pongo a lo que hago”.
¿Ya no son estrictos los géneros musicales?
“Lo siento desde que comencé a hacer música, creo que todo ya se ha hecho tan pop, que ya se destruyó eso, pero sí recuerdo que cuando comencé hace como ocho años, no entendían, preguntaban mucho por el género, entonces que bueno, que ya sea así”.
¿Hay ritmos más apropiados para ciertas emociones?
“Yo lo baso en mis emociones y cómo las emociones las compartimos los humanos, confío que eso alguien más lo siente. A pesar de que sea muy mío, lo hago de otras personas”.
¿No es muy curioso que mucha gente se identifique?
“Sí, pero a mí me inspiró el que otros artistas generarán eso en mí, es decir, otros artistas eran los que hablaban de cómo me sentía en mi adolescencia, de cómo quería a alguien, de cómo me sentía cuando me rompían el corazón, y un poco esa es mi inspiración, quisiera hacer eso para alguien y eso me motiva. Me da una sensación de mucho poder y de conexión con las otras personas, siempre es importante. Es decir, sí hay una línea muy grande entre Elsa música y el ser humano, que no se pasa, entonces luego me resulta difícil de creer que sí lo logré”.
Mantienes una comunidad activa en redes sociales, ¿cómo es esa interacción?
“Ser humana, asumiendo esta posición en la que estoy, que haya un número de personas en una comunidad, escuchando mi música y se crea esto. Asumiéndolo, lo alimento, es difícil de creerlo, pero si lo piensas, puede ser una comunidad de diez personas, de mil, de un millón, de lo que sea, y da igual. Lo que tú tienes que hacer es simplemente alimentar esa comunidad y es muy lindo saber que a raíz de algo que uno hace, creas puentes en común entre personas. Veo como en los shows se juntan, todo a raíz de un gusto en común, y eso, cuando lo pienso, porque no lo pienso mucho, es muy lindo”.
¿Como es volver a los espectáculos en vivo?
“Me causa mucha dicha, en dos años de pandemia nos desconectamos, entonces es muy impactante ver que sí hubo crecimiento, que la gente estaba escuchando la música y están listos para ir a los conciertos. Es impresionante saber que vendimos dos conciertos en dos días en Bogotá”.
¿Cuál es la historia que va a contar en su nuevo álbum?
“El álbum comienza con una ruptura de una relación, pero no se trata sobre la otra persona, sino sobre mí. Yo atravesando esa ruptura. La producción y las canciones demuestran también un proceso personal, de cómo me volví a sentir capaz de asumir mi música, mi proyecto, todo, porque esta era una persona con quien trabajaba y con quien tomaba las decisiones creativas. Fue como una ruptura del proyecto, a pesar de que soy solista. La verdad, me fui lejos y la única manera de atravesarlo fue aceptando cómo me sentía y mis inseguridades, de eso se trata. Se trata de una ruptura romántica, pero sobre uno atravesando esa ruptura, no sobre la otra persona”.
¿Es extraño volver a ver esas canciones, revisitar esos sentimientos?
“Es extraño, porque, en mi música pasada, cuando yo cedía a cualquier decisión creativa y no estaba de acuerdo, me siento escuchando algo de lo cual me arrepiento de alguna manera, pero justamente ese fue el aprendizaje en este disco, dije: ‘No me voy a conformar con nada y no me voy a guardar nada’. Esa relación ha cambiado muchísimo con la nueva música, porque cuando la escucho no recuerdo cosas que dejé de hacer, sino veo lo que hice.
¿Cómo es su relación con los medios digitales?
“Creo que el streaming democratiza un poco la música, porque ya tu puedes grabarla en tu casa y sacarla. Y esa es mi historia, yo la grabé en la sala de la casa y la saque, aprendí y poco a poco fui trabajando. No necesité una disquera ni de un manager ni nada para empezar, solo necesité de la música y de las ganas, y ya ha agarrado mucha fuerza. Yo lo hice cuando apenas empezaba Spotify y creo que son dos mundos, el digital y el show en vivo, ambos son muy interesantes. Y ya Tik Tok es otra forma de arte, porque no solo te exige hacer música, sacarla y promocionar para que le vaya bien, sino que te exige ser el vendedor de tu música. A muchos artistas de antes nos causaba conflicto, porque, cómo es posible que además de músico, tengas que ser actor, editor, vendedor, artista de doblaje, absolutamente todo, y creo que el reto es encontrar el nicho y decidir sin rechazar hasta dónde queremos ir en eso”.
¿Cómo ha sido ese periodo en México?
“Es hermoso, ya tengo una casita en México y una casita en Colombia, porque desde en el 2020, me puse a pensar ‘si el mundo se acaba, dónde quiero estar’ y dije, ‘quiero estar en Bucaramanga, Colombia, con mi familia’. Entonces, desde ahí se convirtió como en un híbrido de estar en México y en Colombia la mitad del año. A México le debo mi carrera musical, sin duda alguna, y a Colombia le digo mi estabilidad emocional, entonces se complementan”.
¿Llegaste a pensar cómo en esa reflexión del fin del mundo, qué pasaría si no pudieras ser músico profesional?
“Me dedicaría buscar un pedazo de tierra, crecer comida y no preocuparme”.