Desde el boom y impacto que tuvo la cinta Rosario Tijeras (2005) Flora Martínez no había vuelto a participar en un proyecto en el cine, al que ahora vuelve, 18 años después, como directora y protagonista.
Lo hace con Itzia, Tango & Cacao, un filme que marca su debut como realizadora y que le impuso uno de los mayores desafíos en sus 30 años como actriz: personificar a una mujer sorda.
Escrita y musicalizada por su esposo, el uruguayo José Reinoso, la cinta que fue rodada en San Vicente de Chucurí, Santander, lleva a la pantalla una historia llena de realismo mágico.
“Es un filme que toca fibras, que aborda temas bonitos, que muestra una Colombia bonita, diferente”, expresa la actriz, que tras este proyecto grabará un álbum de jazz y llevará al teatro una obra que ella misma escribió.
En el raparto figuran Patricia Ércole, Carmiña Martínez, José Acosta Soto, Hermes Camelo, Julián Díaz y el actor argentino Gerardo Romano. Se estrena en cines este jueves 26 de octubre.
Flora habló con EL COLOMBIANO acerca de Itzia, música, teatro, cine y sus 30 años como actriz.
Imagen de la cinta Itzia, Tango y Cacao, protagonizada por Flora Martínez y Julián Díaz. FOTO Cortesía
¿Cómo llega a este proyecto, que se convierte en su ópera prima como directora y de la que es la protagonista?
“Estoy muy feliz, tú sabes que siempre en las películas me dejo la piel, me meto profundamente en el personaje y desde hace tiempo sentí la necesidad que las historias dejaran un mensaje, que las personas se lo llevaran a casa.
Casi siempre quedaba con una frustración, con un sentimiento de no de florecer y con esta película me doy el gusto de contar una historia sobre temas que considero súper importantes, que me llegan al alma. Es un filme que toca fibras, que aborda temas bonitos, que muestra una Colombia bonita, diferente”.
¿Qué tan complejo fue asumir doble rol?
“Fácil...(risas) eso es como jugar un partido y ser director técnico al tiempo, fácil...(risas)... La vida me empujó a hacerlo, casi que me tiraron al agua y fue justo y necesario para atreverme a hacer algo que tenía que hacer, es algo que no planeé, creo que si lo hubiera planeado no me habría salido tan bien”.
¿Cómo fue el proceso, comenzó como actriz o como directora?
“Empecé a preparar el personaje de Itzia un año atrás con una primera versión que me había llegado de la película y empecé a tener muchos conflictos con esa historia, como por ejemplo que el hombre afro de la trama había violado a una mujer blanca, de la que surge un hijo y yo paré en seco, porque hoy en día nosotros no podemos seguir haciendo historias donde el hombre afro sea el violador, sea el malo... Tenemos que comenzar a reinventar las historias, y ni siquiera reinventarlas sino de recontarnos a nosotros mismos estos prejuicios que nos han creado en las mismas películas”.
¿Qué pasó entonces...?
“Tras un año de a preparar itzia la película se cayó y el director abandonó y José (Reinoso), mi esposo, comenzó a reescribir el guion y surgió esta historia de realismo mágico con este personaje que yo ya tenía preparado con el mundo de la discapacidad auditiva.
Entre los dos fuimos construyendo a Itzia y fue a partir de un libro bellísimo, El grito de la gaviota, escrito por una mujer sorda francesa que empecé a entender ese mundo de la discapacidad auditiva.
Así la historia fue tomando vuelo, ahí todavía yo no la iba a dirigir, buscamos un director y nos dijo que hay que meterle un poco de acción, nosotros dijimos que no, que queríamos contar una Colombia hermosa, el país y la magia que somos y surgió la idea de que yo la dirigiera y dije que sí.
A veces la vida conspira y lo arrincona a uno hasta tal punto que los sueños se tienen que realizar”.
¿Cuáles fueron los grandes retos como actriz que trajo Itzia?
“Fue bellísimo, José, mi esposito, que ya ha visto todo mi trabajo dice que es mi mejor trabajo y eso me pone muy contenta.
Hace poco tuve un screening para la comunidad sorda, para los que quise organizar una función especial para ver si la película funcionaba y si funcionaba para ellos y la respuesta fue muy bonita.
Fue algo demasiado lindo, se apagó la luz al final y no se escuchaba nada y yo decía: ‘¿No les gustó?’ y cuando encienden la luz, todos estaban aplaudiendo en la lengua de señas y con lágrimas en los ojos, sintieron que se hizo una película de ellos y para ellos, que los refleja donde se sienten representados.
Me preguntan por qué hacer un personaje de una mujer sorda hoy en día y respondo porque siento que cada vez el mundo es más ruidoso”.
¿Con Itzia se abre otra puerta en tu carrera para seguir dirigiendo?
“Sí, me fascinó. Fíjate que con Frida, en el teatro, tuve ese primer acercamiento y me dio mucha satisfacción, Frida me llenó el alma porque pude hablar de temas pertinentes a mí. Creo que lo lindo de la dirección es que te abre ese espacio.
Yo admiro mucho a mi esposo, porque entre todas sus virtudes tiene una autocrítica y una crítica de país muy bella, entonces es una voz a la cual yo quiero darle ese megáfono y representarla desde la dirección es fascinante”.
¿Flora, la música qué pasa con ese proyecto que hace parte de su vida?
“Hicimos un trato con José, que apenas terminamos la película, en la que estuvimos trabajando como dos años, él me va a producir un disco de jazz completo, así que a mis vacaciones van a ser sumergidas en el mundo musical para grabar otro disco, porque extraño muchísimo la música.
Además, ya estoy escribiendo otra obra, que también añoro mucho, del escenario extraño el público, las emociones, así que tengo que volver al teatro y a la música un ratico como para volver a revitalizar”.
Está celebrando 30 años de carrera en la actuación...
“A mí siempre me costó mucho mirar para adelante, yo soy muy del presente, que me invade y me absorbe. Con Itzia sentí como si estuviera volviendo a empezar, como si estuviera nuevamente en el colegio, y eso es lindo porque es una sensación refrescante.
Ahora me estoy volviendo a divertir, no siento que hubieran pasado 30 años, siento que acabo de salir de la escuela, de actuación y que queda todo por delante. Ahora quiero seguir apostándoles al realismo mágico, la realidad así plana, llana y dura me aburre un montón siento que nos plaga todo el tiempo”.