Por 40 años trabajó con Codiscos, de donde también catapultó carreras como las de Kaleth Morales y Maelo Ruiz.
Tras las historias de éxito de artistas como Kaleth Morales, Maelo Ruiz, Alberto Style, J Álvarez y el mismo Nicky Jam, entre otros músicos, está el nombre del ocañero Álvaro Picón.
Picón, que sus inicios fueron en la radio como locutor de emisoras musicales (su afinado y sonoro tono de voz lo delatan), estuvo durante 40 años en la disquera Codiscos, donde fue desde promotor de artistas, reclutador y gerente A.R. (director Artistas y Repertorios).
Sus inicios fueron en Bucaramanga donde le tocaba visitar emisoras y periódicos, con LP y cassettes en la mano, para promocionar las canciones de los cantantes de la compañía. Luego llegó a Barranquilla como gerente regional.
Una de sus tareas era conseguir nuevos talentos para la empresa y fue cuando conoció al fallecido Kaleth Morales, justo cuando este era estudiante medicina. Esa fue su primera gran apuesta y sí que le resultó.
De su mano salieron grandes temas como El Guante que fue incluida en el álbum Nuestro vallenato. “Luego vino ese hit que fue Vivo en el limbo, que hizo parte del trabajo discográfico Vallenatos de bronces, que fue el gran boom de Kaleth”, recuerda Picón, que cuenta que tras ese impacto las multinacionales se fijaron en el artista, hijo de Miguel Morales, y finalmente firmó con Sony Music.
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La crisis
Ya radicado en Medellín, desde 1998, como Gerente A.R., de Codiscos, Picón trabajó de la mano del Binomio de oro, Los Diablitos, Galé, Niche y El Combo de las estrellas, sin duda los artistas que más LP y CD vendían en Colombia en la década de los 90.
Con la llegada del nuevo siglo la industria discográfica, por la piratería y la falta de regulación de las plataformas de streaming, entró en una gran crisis que casi la acaba. Del mercado desaparecieron casi todos los sellos discográficos y en el caso de Codiscos le tocó editar “catálogos”, se grababan nuevos artistas, para seguir operando.
Pese a esa crisis, Picón decidió —contra toda recomendación— grabar un homenaje a Niche, en los 20 años de la agrupación, y logró reunir a artistas como Andy Montañez, Luisito Carrión, Mariano Cívico y David Pabón, que de paso le recomendó a Maelo Ruiz.
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“Le ofrecimos cantar un par de canciones del álbum, pero él nos pidió fue grabar un álbum completo, en ese entonces Maelo estaba retirado y en Colombia se sabía poco de él”, anota Álvaro Picón, que reconoce que por instinto aceptó la oferta “y fue el renacer de Maelo a nivel mundial”.
De ese experimento salieron temas como Te va a doler, Por favor, señora y Me lo estas poniendo difícil “en uno de los álbumes más vendidos de la compañía”.
La crisis había pasado y las disqueras sobrevivientes vieron la necesidad de volver a grabar y firmar artistas. Codiscos era reconocido por su trabajo en el mundo vallenato y de la música popular, pero Picón decidió mirar hacia el reguetón, dominado por las estrellas boricuas como Don Omar y Daddy Yankee.
“Contacté a DJ Semáforo, que era una figura de la radio local y le conté la idea de hacer un producto con talento local y fue así que grabamos el primer álbum con reguetoneros colombianos en la historia del país. Ahí estaban Reykon, Golpe a Golpe y Rico con dos canciones cada uno, pero el disco no pegó mucho, pero si abrió el camino para comenzar a grabar reguetón”, recuerda.
J Alvarez y Nicky Jam
Tras ese intento fallido decidió grabar con artistas puertorriqueños y fue el mismo Semáforo el que la habló de J Alvarez, que “cada semana estaba en Medellín cantando en fiestas de 15 años”.
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Con ese único dato se fue a buscarlo por varios hoteles de El Poblado “porque los boricuas son pinchados y les gusta lo bueno”. Así llegó hasta el hotel Dann Carlton y en la recepción preguntó por J Álvarez y se presentó como el gerente de su disquera en Colombia.
“La señorita de la recepción me dijo que el señor Javi Álvarez (no sabía que se llamaba así) me estaba esperando en la habitación. Cuando subí salió un muchachito descalzo y lo saludé como si lo conociera toda la vida, le ofrecí a Codiscos para impulsar su carrera en Colombia y a los meses ya habíamos firmado contrato”.
De ahí nacieron éxitos como Sexo, pudor y lágrimas, tal vez la canción más famosa de Álvarez, y Hasta amanecer y La pregunta. Hoy, Picón y Javi son grandes amigos.
Con esa carta de presentación firmó con el panameño Alberto Stylee y detrás de él llegó Nicky Jam , que recién había llegado a Medellín con la idea de rehacer su vida personal y privada.
“Juan Diego Medina, (el “Ciego”) que manejaba a Alberto Stylee me habló de él y al otro día lo cite a la oficina. Era una persona muy obesa y muy tímida, no quiso entrar a la oficina, sino que se quedó en la recepción, mientras hablaba con Juan Diego y ese mismo día redactamos el contrato, que el firmó de inmediato, sin leerlo y sin preguntar nada”.
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La primera canción de esa nueva apuesta fue Curiosidad, luego apareció Piensas en mí y el hit Voy a beber, con el que se presentó en uno premios TV y Novelas. Era el año 2014 y en la música urbana se volvía a hablar de Nicky Jam como una gran figura.
Con el tema Travesuras el éxito se multiplicó y Codiscos contrató disqueras satélites en Argentina, España, Italia y México para mover su música.
Cuando ya las multinacionales se volvieron a interesar en su música, Nicky Jam fue directamente a la oficina de Picón a agradecer lo que había hecho por su él y en agradecimiento entregó a la compañía los derechos de varias de sus canciones.
Álvaro Picón trabajó hasta poco más de un mes en su oficina de Codiscos, dice que es un ciclo cumplido y que es el momento de disfrutar un poco más de la vida, eso sí, sin dejar la música de lado, quiere seguir asesorando artistas y compañías, con la idea de encontrar nuevos Nicky Jam, J Álvarez, Maelos o Kaleth Morales.
