En las novelas de Alvaro Mutis se enlazan la sed de aventuras y paisajes y la conciencia de que toda empresa humana está condenada al fracaso. Conocido en Latinoamérica por sus poemarios, Mutis escribió sus novelas en la edad madura y logró con ellas reconocimiento mediático. Quizá la más celebrada por la crítica sea La nieve del almirante. Y, sin duda, la más recordada por el público es Ilona llega con la lluvia, que fue protagonizada en la gran pantalla por Margarita Rosa de Francisco. EL COLOMBIANO conversó con Juan Esteban Constaín, prologuista de la edición recopilatoria de las novelas de Mutis, sobre la faceta de prosista del autor colombiano.
¿Qué tipo de escritor fue Álvaro Mutis?
“Creo que Mutis logró un prodigio que es muy escaso en la literatura y es el de concebir un arquetipo, concebir un personaje que cobra vida y que tiene una fuerza arrolladora. Ese es el caso de Maqroll el gaviero, que aparece desde sus primeros poemas. Uno lo que intuye en la poesía sobre Maqroll es que este es una refutación permanente en el mundo moderno, que es la razón por la cual Octavio Paz lo clasificó muy certeramente como un héroe romántico.
Son estas empresas y tribulaciones, que se insinuaban en los poemas, las que dieron el salto a la narrativa. Mutis logra con mucho éxito ese tránsito entre la poesía y la ficción, manteniendo siempre la intensidad de sus reflexiones, la cadencia y la belleza del lenguaje. Y ese Maqroll que aparece en las novelas es el mismo que se ha ido revelando en la poesía de Mutis. Ese universo épico y narrativo se complementa con personajes que terminan siendo tan encantadores como Maqroll. En mi caso tengo una devoción especialísima por Abdul Bashur. Entre otras, porque en la tipificación de Abdul Bashur, Mutis le hizo un homenaje a su mentor y a su amigo Ernesto Volkening”.
Existe un prejuicio sobre el poeta que se vuelve novelista... ¿cómo le fue a Mutis en ese tránsito?
“Mutis era un grandísimo lector. Tenía una formación literaria muy superior quizás a la de la mayoría de los novelistas de su generación. Era un gran lector de historia y era un gran lector de novelas y de ficciones. Leyó todo Balzac. Él tuvo las tablas y el adiestramiento para oficiar ese tránsito sin mayor problema. A mí, sin embargo, lo que me maravilla de ese salto entre la poesía y la ficción es que el personaje sigue siendo el mismo y el lenguaje también, de alguna manera, lo es.
La épica y la ética de Maqroll son siempre las mismas, ya sea en los poemarios o en las novelas. Y creo que sus novelas tienen unas audacias estilísticas y literarias que irán cobrando más valor con el tiempo. Por ejemplo, en La nieve del almirante, el recurso del diario está muy bien concebido. Esta fue una novela que le encantó a Javier Marías. Marías fue un crítico y un juez implacable, y creyó que Mutis era de los más grandes novelistas de nuestra lengua. Entonces yo creo que ese salto de la poesía a la ficción es muy exitoso y supongo que eso tiene que ver con la cultura literaria que tenía Mutis”.
¿Qué significado tiene Maqroll en el tiempo actual?
“Es una especie de reproche y también una impugnación a las miserias y a las trampas del mundo moderno. Maqroll fue un héroe romántico, que además tiene como una faceta conradiana muy bella, que no es la de la navegación y la del mar, como se cree siempre con tanta facilidad, sino la de la manera en que la vida se honra con ciertos rituales, con ciertas ceremonias y que no tienen nada que ver con el éxito, ni con la ambición, ni con el resultado”.
“Una obra no puede surgir solamente en fechas especiales”: Santiago Mutis Durán
Álvaro Mutis recibió los premios literarios más importantes de la lengua castellana: el Príncipe de Asturias, el Reina Sofía de Poesía y el Cervantes. Su enorme prestigio en América Latina se basó principalmente en sus poemas, todos ellos marcados por una visión fatalista y por un lenguaje exuberante. Su hijo Santiago Mutis ha sido uno de los más entusiastas difusores de su obra. Y también uno de los estudiosos más consagrados a los versos y a los renglones del autor nacido en Bogotá el 25 de agosto de 1923 y muerto en Ciudad de México el 22 de septiembre de 2013. EL COLOMBIANO conversó con Santiago sobre el legado de su padre.
¿Qué significado tiene este centenario para la obra de Álvaro Mutis?
“Los centenarios y los homenajes pueden ser buenos o bulliciosos. Un autor tiene que estar en verdad presente siempre y tiene que ser capaz de responder con su obra a todas las preguntas que las personas tienen. Una obra no puede surgir solamente en fechas especiales. Espero que de todos modos con tanta gente que ha escrito sobre él podamos abrir el baúl y hacer una lectura fecunda de sus libros”.
¿Cuáles fueron las preguntas principales en la obra de Mutis?
“Es difícil resumir tanto en un autor con catorce libros. Creo que las preguntas que tiene un autor, si es importante, son las preguntas que todos en el fondo tenemos. También en sus libros hay una pregunta recurrente por la soledad, esa soledad causada por una sociedad que no cuida mucho del ser humano, que lo arrincona y lo golpea. Hay una pregunta ahí por el dolor acumulado por una vida desatenta”.
¿Usted encuentra en Maqroll rasgos de Álvaro Mutis?
“Un personaje de una obra literaria, de cualquier obra literaria, no pertenece en exclusiva a la ficción. Este personaje contiene demasiados elementos de la interioridad y de las preocupaciones de mi padre. Maqroll es especial porque es un personaje que está presente en muchos años de escritura y, entonces, todo lo que le pasó a mi padre lo puso en él. Maqroll es el resultado de un diálogo íntimo que Mutis hizo consigo mismo. Y eso nos lleva a nosotros, los lectores, a enfrentarnos a la dura realidad egoísta que ha resuelto disolver a la persona humana”.
Hay otra particularidad en la obra de su padre y es que recibió aplausos por los poemas y las novelas, algo no muy recurrente...
“Si un libro es bueno los premios no le ponen nada ni le quitan nada. Los libros buenos de verdad son aquellos que siguen ofreciéndoles cosas a los lectores, así pasen las generaciones. En el caso de mi padre me parece importante es que han pasado varias generaciones que siguen pendientes de esa obra, que siguen preguntándole a esa obra, que sigue insistiendo en esa lectura. Hay una cosa que ha sobrepasado al tiempo”.
¿Prefiere al Mutis novelista o al Mutis poeta?
“Yo le quiero ir completo. No parto la obra ni en dos ni en tres, ni me privo de una parte por escoger otra parte. La quiero completa, quiero saber todo lo que dice, todo lo que piensa, todo lo que ha querido decirnos. Claro, la obra tiene cargas de profundidad distintas, pero yo las quiero todas.
Y en verdad en todos sus libros encuentro siempre cosas muy importantes, capaces de responder a cosas que a uno lo inquietan”.
¿Qué tipo de enseñanza puede recibir de la obra de Álvaro Mutis alguien que está iniciándose en el camino literario?
“Los escritores jóvenes son como los escritores viejos. Todos tienen que hacer lo mejor que puedan, y hacerlo lo más seriamente que puedan, lo más grave e íntegramente que puedan. Es decir, la lección que le deja Mutis a un escritor en ciernes o a un escritor ya hecho o a una persona cualquiera es que se debe tomar la vida en serio. Tenemos que ser responsables de la vida que tenemos”.