Al abrir Google Earth y hacer un recorrido por una ciudad como Barcelona, es muy fácil notar la simetría de sus calles. Las diagonales en las esquinas y las transversales para acortar distancias.
El ingeniero encargado de este diseño fue Ildefons Cerdà y su principal objetivo era el bienestar de los habitantes: mejorar la calidad de vida y reducir las tasas de mortalidad generadas por las epidemias que azotaron a la población en el siglo XIX.
Esta historia se repitió en ciudades como París y Londres, y en el diseño de los hogares. Detalles que hoy son la norma en una casa son resultado del trabajo realizado por especialistas de aquella época, que encontraron en el cambio de materiales la solución para evitar la propagación de enfermedades infecciosas.
Aunque todavía es muy pronto para sacar conclusiones o establecer normas de diseño relacionadas al coronavirus, desde ya se está percibiendo un cambio en la forma de habitar los espacios, especialmente las casas. “Estamos pasando mucho tiempo en nuestros hogares y esto hace que percibamos los espacios de otra forma”, explica María Luisa Girón, docente de la especialización en Arquitectura interior de la Universidad Pontificia Bolivariana y propietaria de Fiilin Design.
“Las circunstancias han generado nuevas necesidades. Por ejemplo, aquí la cultura de no entrar a la casa con la suciedad de la calle no la teníamos; ahora es una tendencia. La gente vio que necesitaba un lugar de llegada saludable”, agrega. El zaguán, tan común en las casas antioqueñas más tradicionales, podría contemplarse en los diseños de proyectos futuros. “Creo que ese espacio de llegada va a regresar y lo vamos a seguir implementando”, añade.
A esta tendencia se unen las plantas. Cuenta Girón que en los últimos meses incrementó la compra de plantas y la implementación de huertas caseras. “Tenemos una necesidad natural de conexión con la naturaleza, por eso muchos están llevando el verde a la casa. Esto, incluso, lo vimos muy fuerte iniciando este año con la contaminación de la ciudad, las personas querían plantas purificadoras de aire”.
Diseño funcional
La pandemia no va a generar cambios en los estilos de diseño, opina el docente de decoración de ambientes de la Academia Superior de Artes, Jaime Toro. Lo que sí podría cambiar son los materiales que se van a implementar en las futuras construcciones o en proyectos de reforma “como el tapizado hidrófugo, que repele el agua y es muy fácil de limpiar; o los pisos en resina epóxica”, explica.
A estos se unen otros elementos que han estado mucho tiempo en el mercado, pero que ahora adquieren un nuevo significado, como las pinturas antibacteriales y la implementación de sistemas inteligentes como Google Home o Alexa, de Amazon, que se pueden conectar a dispositivos con conexión a internet, como enchufes, cortinas, bombillos y llaves de agua con sensor. “Estas tecnologías evitan que tengamos contacto constante con las superficies. En el futuro la demanda podría ser mucho más alta”, complementa.
Una característica que muchas personas asumieron desde el inicio del confinamiento fue la disminución en los elementos de decoración. Toro enfatiza en que “ahora las personas buscan espacios muy minimalistas, sobre todo por la limpieza; ahora la prioridad es contar con diseños y elementos que de verdad sean útiles”.
En esto coincide Girón, quien afirma que “mucho tiempo tuvimos salas divinas, pero cero funcionales. Ya estamos tomando el diseño útil como prioridad. El tiempo en la casa nos enseñó que necesitamos espacios multifuncionales, que la sala no sea solo la sala, sino un espacio de entretenimiento, incluso de trabajo”.