Cuando se anunció, en medio de la cuarentena, a comienzos de mayo, que el primer libro de Harry Potter iba a ser leído por actores y personalidades, los fanáticos (y los no tan fanáticos) de la saga, agrupados en la cuenta de Twitter @wizardingworld mostraron su emoción.
Cerca de 2 millones y medio de visualizaciones tiene el video promocional de estas lecturas, 1.500 comentarios, 37.200 retuits y 73.200 me gusta.
El alboroto era por escuchar, en la voz de Daniel Radcliffe (el protagonista de las cintas de Harry Potter), Eddie Redmayne, Oliva Coldman y Whoopi Goldberg cada capítulo del libro que ya cumple 23 años de haber salido al mercado.
Escuchar el libro, ver y oír la lectura de otros es un plan que ha hecho parte de esta cuarentena. “El teletrabajo y el confinamiento nos liberó de un tiempo que antes ocupábamos por ejemplo en el transporte, en la vida pública, en los trayectos al trabajo o la universidad y además estamos más tiempo en nuestra propia casa, una estrategia para hacer un uso creativo del tiempo libre y ocio saludable es acceder a todos los contenidos y las formas contemporáneas en que los productos culturales son difundidos como los pódcast y audiolibros”, cuenta el psicólogo Jonny Orejuela Gómez, decano de psicología de la Universidad Eafit.
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Oír otra voz, distinta a la nuestra o a la de quienes nos rodean en casa, se ha vuelto una opción, confirma el psicólogo. Y además de tener más tiempo, “estamos buscando estrategias para usarlo creativamente y escuchar otras voces es una forma de volver a sentirse vinculados a un todo social más amplio que uno mismo, es decir, es una forma de combatir la soledad que ofrece el confinamiento”.
Los audiolibros como compañía
Valeria Mejía, responsable de cultura de Comfama, cuenta que con este formato de lectura se han dado varios momentos.
Uno primero es el de “la gente que con poco tiempo para leer empezó a usarlo mientras se desplazaba de un lugar a otro, y uno más es el de ahora, en este confinamiento”.
Mejía explica que la alternativa del audiolibro, desde hace unos cinco años para acá, ha tenido un crecimiento sostenido. “Por el tipo de prácticas de las personas, la gente lee más de otras formas y escuchar es otra forma de leer. Los formatos de audio logran algo muy bonito que la radio incluso hizo años atrás con ese gran proyecto de alfabetización de Radio Sutatenza, y en el mundo hay otros ejemplos como proyectos radiales estatales de la BBC, que logran un tema de conectar a través de la palabra”.
En medio del confinamiento, y en la alianza entre Comfama y Storytel (app para escuchar libros) se han adquirido 1.320 mensualidades, “ese es un comportamiento relativamente alto porque es un producto que la gente no tiene en su canasta habitual de consumo”, cuenta Mejía, quien detalla que lo que más se escucha en los audiolibros en Colombia es autoayuda, best seller y temas de negocios. “La gente también busca biografías y el 2 % de los libros que oyen son en inglés. La media de escucha en promedio es un libro por mes, de 7 a 10 horas”.
Los sonidos como compañía
Mejía precisa que esta cultura latinoamericana es ruidosa, “en el buen y mal sentido de la palabra, y en la que la narrativa oral sigue muy cercana a nosotros. La conversación dentro de unas culturas latinoamericanas está muy cercana y hacen parte de la vida. Escuchar audiolibros, pódcast, oír radio y tener el televisor prendido es compañía, por supuesto, uno está ahí con el eco y el pensamiento de otros acompañándolo todo el tiempo, expresándose en sonidos. Creo profundamente que los sonidos acompañan, la música acompaña, la palabra acompaña y le ayuda a uno a entender que a veces no está tan solo”.
El psicólogo Orejuela detalla que cuando dejamos el radio y el televisor prendido ni atención le prestamos, “estamos queriendo es que otro nos atestigüe con su voz, nos hacen sentir que existe un otro, que hay un otro, que no estamos solos y que ese otro me da cuenta de su presencia, pero a la vez ese audio, casi que dirigido a mí, me hace sentir importante”.
Si no ha aprovechado en esta cuarentena escuchar pódcast o audiolibros, por ejemplo, aún tiene tiempo, el confinamiento se ha extendido. Si es de los que deja el televisor y el radio encendido, para usted son compañía, que en esta época de aislamiento es necesaria. El sonido es una manera de entretenerse, cierre los ojos, déjese llevar por estas ondas sonoras que tanto ayudan.