Alrededor de 20 minutos tuvo que esperar el expresidente Álvaro Uribe Vélez y su bancada del Centro Democrático al presidente Gustavo Petro en Palacio para su crucial cara a cara, ideado para lanzarle un salvavidas a la controvertida reforma a la salud. Semejante precedente causó un dejo de molestia entre los asistentes, pero no malogró el ánimo de diálogo.
El célebre “tintico” que se prometieron Petro y Uribe terminó convertido en cena y en cónclave político con la plana mayor del uribismo y altos funcionarios del Gobierno. La reunión completó cerca de 4 horas y concluyó sobre las 9:30 de la noche.
Pese al largo tiempo no hubo acuerdos. “Fue un debate argumentativo de parte y parte. Mantenemos nuestras diferencias, que son insalvables. El Gobierno está abierto a seguir tomando café con nosotros, pero cada uno con sus tesis”, dijo a la salida el senador Carlos Meisel, dejando entrever que el asunto no se zanjará con un solo tinto. De hecho, confirmó que, pese a que insistieron, no hubo consenso y la reforma no será retirada.
Petro –secundado por sus ministros del Interior y Salud, Luis Fernando Velasco y Guillermo Jaramillo, respectivamente, así como por el director del Dapre, Carlos Ramón González–, arribó sobre las 5:45 de la tarde al Salón del Consejo de Ministros, donde saludó uno a uno a los asistentes.
Con Uribe, con quien no se encontraba desde febrero pasado, hubo espacio para un fuerte estrechón de manos seguido de una sonrisa. Un saludo amable y simpático de lado y lado que auguró un diálogo fluido. No obstante, con todo y que la reunión de alto nivel es un nada despreciable primer paso en la idea de salvar uno de los proyectos bandera del Gobierno, el camino no deja de lucir pantanoso para el mandatario.
“Fue una reunión que permite dar elementos. Ellos defendiendo el actual sistema. Nosotros planteando que hay elementos que se pueden rescatar (...) Ojalá este ejercicio de debate se permita en el Congreso”, declaró el representante Alfredo Mondragón, del Pacto Histórico, uno de los asistentes y quien es ponente de la reforma.
“Vamos a analizar sus argumentos y presentaremos un acuerdo técnico. Fue un diálogo ameno y debatieron todos”, declaró el ministro de Salud.
La reunión –a la que expresamente no se podían ingresar celulares– se dio pasadas 24 horas del encuentro que Petro sostuvo con los empresarios más poderosos del país –que terminó dándole réditos–. Sin embargo, de la cita se ausentó la directora de Prosperidad Social, Laura Sarabia –otrora jefe de gabinete–, considerada una de las artífices del encuentro con los cacaos y que ratifica que sigue siendo la mano derecha de Petro.
Durante el encuentro Petro escuchó atentamente los reparos del uribismo frente a la reforma, que estuvieron centrados en tres puntos: no desaparecer las EPS que funcionan bien; ampliar el plazo para la transición de los modelos de salud más allá de dos años, y asegurar que no haya desbordamiento del gasto para garantizar la sostenibilidad de los recursos de la salud.
La senadora Paloma Valencia fue más allá y, aunque reconoció el ánimo conciliador, ratificó que el Centro Democrático se sigue oponiendo a la reforma. “No venimos aquí a hacer acuerdos con el presidente, vinimos a explicarle cuáles son las razones por las cuales el Centro Democrático insiste y considera que la reforma presentada es inconveniente (...) No veo ningún punto medio, nosotros estamos en contra de toda la reforma”.
Del ala uribista, a la reunión arribaron los senadores Alirio Uribe y Honorio Miguel Henríquez, así como los representantes Andrés Forero y Juan Felipe Corzo, ambos de la Comisión Séptima, donde el proyecto tuvo su primer envión. Uribe y Henríquez también hacen parte de esa célula legislativa, pero en Senado, a donde llegaría el proyecto en tercer debate de ser aprobado por la plenaria de la Cámara.
Previo a la cita, Forero anunció que, de cara a la reunión, la reforma quedaba en el congelador, al menos por unos días. No obstante, fuentes que estuvieron presentes en el encuentro ratificaron que la reunión no implica retirar ni dejar en veremos la iniciativa. “No discutirla en la sesión del miércoles solo fue un gesto de buenas intenciones. Pero Petro sigue firme en la reforma”, explicaron.
Justamente, el presidente de la Cámara, el representante liberal Andrés Calle –uno de los asistentes del ala petrista–, ratificó que este jueves, a partir de las 10:00 de la mañana, se retomará la discusión: “Pedimos que sea decente, amigable y cordial. Los congresistas van a tener todas las garantías. El Congreso no puede detenerse”, aseguró.
En esa línea, el ministro Velasco –desde una postura más optimista–, manifestó: “Estamos hablando con personas que piensan distinto y desde el pensamiento distinto intentaremos hacer acuerdos”.
Aunque este primer encuentro es una muestra de que seguirán los diálogos, a juzgar por las conclusiones las partes están lejos de llegar a acuerdos. ¿Se salvará la reforma?
Descontento uribista por cita
El “tintico” entre Petro y Uribe no cayó bien en un sector del Centro Democrático que no deja de ver con recelo y desconfianza a Petro. Si bien la bancada respeta las determinaciones de Uribe y no pone en duda sus decisiones, así como el manejo que le da al partido, en voz baja hubo descontento. En esa orilla se ubican la senadora María Fernanda Cabal o el expresidente Iván Duque, para quienes el encuentro es una “lavada de cara” desde Palacio para hacer ver a Petro como conciliador. Incluso, hay quienes señalan que la reunión fortalece a partidos como Cambio Radical al seguir siendo visto como distante al Gobierno.