Ojos rojos, picazón en la nariz, oídos, paladar o garganta, estos síntomas fácilmente pueden ser confundidos con una gripa, de esas que algunos llaman pasajera y que termina en pocos días, guardando reposo, aislados del espacio de trabajo habitual.
Sin embargo, ese último detalle puede dar indicios de que tal vez esos síntomas no son señales de baja defensa inmunológica sino de que usted, y probablemente algunos de sus compañeros de trabajo, sufren del síndrome del edificio enfermo, una condición que según la definió la Organización Mundial de la Salud, OMS, es la existencia simultánea de síntomas en un conjunto de personas (entre el 15 y el 20 por ciento) del mismo edificio con manifestaciones generales, en las membranas mucosas y en la piel.
Agrega el organismo de salud que el factor clave para determinar que un edificio está enfermo es la desaparición de esos síntomas cuando las personas no se encuentran en el lugar.
En la aparición de estas señales también se habla la influencia de factores psicosociales que pueden aumentar los niveles de estrés del personal, entre ellos la insatisfacción, el tiempo de trabajo, el contenido de la tarea, la comunicación y relación con el entorno laboral.
El origen
Para hablar de las causas del síndrome, la OMS advierte que esta condición es originada o estimulada por la contaminación del aire interior en espacios cerrados, fundamentalmente oficinas. Y entre las señales más representativas se refiere a escozor o enrojecimiento, lagrimeo, congestión y picazón nasal, estornudos, sequedad de garganta, enrojecimiento y sequedad cutánea, sensación de ahogo, tos seca, dolor de cabeza, somnolencia, letargo, dificultad de concentración, irritabilidad y mareos.
“Esta es una reacción individual, no quiere decir que por estar en ese ambiente se va a presentar, sin excepción, en todas las personas. Los seres humanos somos contaminantes por naturaleza, al respirar todos eliminamos CO2 entonces en los espacios cerrados se acumula sobre todo, cuando hay mucha gente, razón por la que se pueden presentar diferentes reacciones”, explica el internista Jorge Mario Villa.
Ausentismo laboral
Esa fue una de las conclusiones a las que llegó el estudio realizado por el Observatorio DKV Salud y Medio Ambiente 2015 en el que explica que hasta un 30 por ciento de los edificios de oficinas pueden tener problemas importantes en este sentido.
Algunos estudios estiman que entre el 10 y el 30 por ciento de los ocupantes de edificios sufre efectos sobre su salud que están, o se perciben, relacionados con una calidad del aire interior deficiente. “Otros estiman que el Síndrome del Edificio Enfermo puede disminuir el rendimiento de las personas en torno a un 25 por ciento y reducir un 10 por ciento la productividad anual. En estos edificios los síntomas son más frecuentes por las tardes que por la mañanas, el personal de oficina es más propenso que el directivo a sufrir molestias, es más frecuente en el sector público que en el privado y las quejas son más frecuentes cuanto menos control tiene el personal sobre su entorno. Aunque en la mayoría de los casos los síntomas son, en general, leves, pueden causar molestias a un número elevado de personas empleadas en esos edificios e influir de forma apreciable en los índices de ausentismo laboral”.
Con esto claro, es posible que usted identifique si las últimas gripas que ha tenido son asunto de sus defensas o si, simplemente, el edificio en el que trabaja es responsable de sus síntomas. Reconocer las señales y verificar que el espacio en el que trabaja es óptimo no es solo obligación de sus jefes sino una idea que usted debe analizar por su salud y la de sus compañeros .