El trámite de la reforma a la salud están en uno de sus peores momentos en el Congreso de la República. Además del escaso avance que tuvo en su aprobación durante las sesiones extraordinarias llevadas a cabo la semana pasada —en las que solo aprobaron siete artículos—, ahora se suma una disputa entre la mesa directiva de la Cámara de Representantes por la citación para seguir discutiéndola.
En contexto: Por falta de quórum reforma a la salud no pudo seguir votándose en sesiones extras.
En ese sentido, aún es incierto cuándo continúe su debate, pues está en duda qué día se pondrá en el orden del día, debido al enfrentamiento entre el presidente de esa corporación, Jaime Raúl Salamanca, y los vicepresidente de la misma, Jorge Tovar y Lina Garrida.
Al respecto, Salamanca asegura estar dispuesto a que se pueda convocar a la plenaria para seguir su debate, mientras que Tovar y Garrida se oponen a que esto se dé, al menos hasta que el ministro de Salud, Guillermo Jaramillo, cumpla con la orden de la Corte Constitucional sobre ajustar el valor de la unidad de pago por capitación —que es la plata que reciben las EPS para garantizar la atención de sus afiliados, conocida como UPC— del 2024 y sobre recalcularla para este año y los próximos.
Este martes, además la bancada del Pacto Histórico y de otros sectores cercanos al Gobierno, firmaron una carta en la cual le piden a Salamanca que agende el proyecto para que siga debatiéndose en segundo debate.
“Los vicepresidentes de la Cámara Lina Garrido y Jorge Tovar están actuando de manera antidemocrática y extralimitándose en sus funciones al no permitir agendar la reforma a la salud en plenaria. Están en su derecho de oponerse, pero como parte de la mesa directiva deben dar garantías y no engavetar el proyecto. Están usurpando el derecho de la plenaria de decidir la suerte del proyecto”, afirmaron los congresistas.
Así mismo, apuntaron a que si los vicepresidentes “¿hacen parte de la “banda” de saboteadores que lidera el senador Fincho Cepeda?”. Entre tanto, solicitaron al presidente de la Cámara y a la mesa directiva Wel agendamiento del proyecto de Reforma a la Salud. Las jugaditas no se pueden volver ley”.
Y mientras la reforma a la salud sigue embolatada en la Cámara, este martes en la plenaria del Senado el Gobierno recibió otro golpe en materia de seguridad social, que de paso deja signada la suerte de la reforma a la salud.
Esa instancia del Legislativo le negó al presidente Gustavo Petro las objeciones que había presentado a la ley mediante el cual se modifica el artículo 163 de la Ley 100 de 1993, que otorga beneficios a la población adulta que no tiene acceso a la seguridad social.
Sobre esto, el senador Miguel Ángel Pinto (Partido Liberal), quien lideró el hundimiento de esas objeciones, dijo que “la ley busca ampliar el grupo familiar del afiliado cotizante mediante la modificación del literal H del artículo 163 de la Ley 100, esto con el fin de que se puedan incluir a los padres y a los abuelos no pensionados y que dependen económicamente de los afiliados al sistema de seguridad social”.
Vale recordar que Pinto fue uno de los senadores que en abril de 2024 encabezó en la Comisión Séptima del Senado el hundimiento de la primera versión de esa reforma. De hecho, ese fue uno de sus argumentos cuando aseguró que Petro se contradice en sus postulados de querer dar acceso a la salud a todos los colombianos, en especial a los más necesitados. “Si no quiere permitir que con esta ley los hijos que pueden dar la seguridad sociales a sus padres o abuelos lo haga, como será con una reforma a la salud que cada vez es más incierta”, apuntó.
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