Ponerle fin a la vida por medio de la eutanasia resulta ser intrigante y hasta místico para los seres humanos. Javier Acosta fue un joven de 36 años que decidió este viernes terminar con un sufrimiento que tuvo por cinco años. Su proceso lo hizo en una intervención voluntaria donde participaron expertos y un grupo de personas jurídicas.
En 2019, Javier salió de paseo a Melgar (Tolima) con varios de sus amigos, sin pensar que en la piscina contrajera un peligroso hongo llamado Cándida auris, que inició en los glúteos y avanzó a los huesos hasta provocarle un cáncer en la sangre.
Desde entonces, él empezó a sentir varias dolencias que afectaron su salud mental y física, y que lo llevaron a tomar una de las decisiones más importantes: terminar con la vida.
“Mi hija me dijo que prefiere verme con ‘papito Dios’ a que estuviera sufriendo en una cama. Imagínese la madurez de mi hija”, dijo Acosta al medio Los 40, antes de realizarse la eutanasia.
“El motivo más grande de elegir la eutanasia fue Valentina (su hija), porque yo no puedo permitir que por mi egoísmo y quedarme en esta vida sufriendo, hacer que mi hija pierda su niñez, su infancia y juventud por cuidar al papá que no se puede mover. Yo ya he vivido, viví al extremo. Valentina merece una vida bonita al lado de mi familia”, puntualizó.
¿Qué hay detrás de la eutanasia en términos de la psicología?
Santiago Herrera Díaz, psicólogo de la Universidad CES, dijo en una entrevista con EL COLOMBIANO que las personas asumen una emoción única sobre la eutanasia.
“Es normal que los amigos, la familia y allegados sientan el vacío de la muerte de Javier, aun cuando él haya tomado la decisión de una forma racional. Eso hace parte de un proceso. Cada uno tiene su forma de vivir el duelo”, añadió Herrera.
La religión y la moral son factores que influyen cuando una persona decide realizarse la eutanasia. Hay quienes por su creencia no ven como opción terminar con la vida de esta manera. Más bien, prefieren que sea una entidad superior, en este caso Dios, el que decida en qué momento hacerlo.
“El sufrimiento solo lo conoce quien lo carga, quien lo vive. Nosotros de una u otra forma somos seres sociales que por las creencias cristianas tenemos como referente el dejar pasar el sufrimiento sin tener como opción la muerte”, agregó el especialista hacienda referencia a una figura como Jesucristo.
¿Cómo se puede ver la eutanasia de una forma positiva sin mezclarla ni confundirla con el suicidio?
“La eutanasia es poner a disposición de una persona con sufrimiento irreversible e incurable las técnicas y cuidados de la medicina para eliminar un dolor que ya no se puede disminuir o quitar. La eutanasia se puede asemejar al suicidio en conceptos de terminar la vida, pero el suicidio es más una práctica que parte desde una decisión y la eutanasia es poner al servicio los mecanismos médicos que existen”, agregó Herrera.
¿Vale la pena recurrir a este tipo de intervenciones cuando se tiene una enfermedad que lo consume a uno en vida?
“Es una decisión individual y familiar que se debe tomar acompañada de especialistas que sepan del tema, porque es una forma de garantizar una calidad y dignidad en la muerte”, señaló.
Martha Sepúlveda fue una mujer colombiana que tuvo esclerosis lateral amiotrófica (ELA), y consiguió en 2022, a sus 51 años, tener una muerte por eutanasia, siendo la primera paciente con un diagnóstico no terminal.
“Si es desde el plano espiritual, pues yo estoy totalmente tranquila. Soy una persona católica, me considero muy creyente de Dios, pero él no me quiere ver sufrir”, afirmó Sepúlveda en una entrevista con Noticias Caracol.
“Yo sé que el dueño de la vida es Dios y nada se mueve sin su voluntad, pero yo creo que él está permitiendo esto... cobarde seré, pero no quiero sufrir más, estoy cansada de luchar, y ahora lucho por descansar”, puntualizó.
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