La ruptura de las relaciones diplomáticas entre Colombia e Israel, confirmada por el Gobierno Nacional este jueves, genera incertidumbre en materia de seguridad, pues la nación del Medio Oriente es una de las principales proveedoras de armamento y sistemas de defensa para nuestro país.
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La relación comenzó a tambalear el pasado 29 de febrero, cuando el presidente Gustavo Petro ordenó suspender la compra de armas a Israel, en respuesta a la masacre de decenas de palestinos durante una entrega de alimentos en la Franja de Gaza.
El jefe de Estado publicó la noticia en su perfil de la red social X: “Pidiendo comida, más de 100 palestinos fueron asesinados por Netanyahu. Esto se llama genocidio y recuerda el Holocausto, así a los poderes mundiales no les guste reconocerlo. El mundo debe bloquear a Netanyahu. Colombia suspende toda compra de armas a Israel (sic)”.
La masacre a la cual se refirió el Primer Mandatario ocurrió en una calle de la Ciudad de Gaza, ocupada por tropas de Israel. Un convoy con ayudas humanitarias llegó para abastecer a la población. El cargamento era vigilado por soldados israelitas y cuando la comunidad llegó por los alimentos, se produjo un choque entre ambos bandos.
Los militares abrieron fuego y el saldo inicial fue de 104 palestinos muertos, unos abaleados y otros aplastados por la estampida humana.
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Frente a la ruptura de las relaciones diplomáticas, hay que recordar que Colombia e Israel son socios armamentistas desde hace más de cuatro décadas. La nación hebrea provee a nuestro país de distintas clases de arsenales, software, aviones, telecomunicaciones, repuestos y capacitación para la Armada, el Ejército, la Fuerza Aeroespacial y la Policía.
De hecho, el escuadrón de superioridad aérea con el que cuenta Colombia, los famosos aviones Kfir, fue comprado de segunda a Israel en dos lotes, a finales de los 80 y a principios del siglo XXI (23 aviones de combate). Y en 2022 se suscribió un contrato de 6 millones de dólares para que los israelitas suministraran el mantenimiento y los repuestos de esas aeronaves hasta finales de 2024.
El experto en seguridad y defensa Erich Saumeth, en conversación con EL COLOMBIANO, recordó que Colombia ya le hizo una importante compra a Israel el 30 de diciembre de 2022.
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La inversión fue de 327 millones de dólares para la actualización del Sistema Integral de Defensa Nacional (Siden), con el que Colombia busca modernizar sus capacidades mínimas disuasivas frente a las amenazas internas y externas.
Según Saumeth, en esa compra va incluido un sistema de guerra electrónica de 92 millones de dólares para la Fuerza Aeroespacial, y un sistema de defensa antiaérea para esa misma entidad y el Ejército, por US$ 130 millones, que trae radares y misiles aire - aire, aire - tierra (antitanques) y tierra - aire.
“Ese contrato se ha venido pagando y se espera que todos los equipos sean entregados a Colombia en 2026”, indicó el experto.
Además de esto, las compañías israelitas tienen contratos en nuestro país para fabricar las torretas de 55 vehículos blindados 8x8 comprados a Canadá; y para proveer las licencias y los cañones para los fusiles Galil ACE que fabrica Indumil para las FF.MM. y la Policía.
Por si esto fuera poco, el sistema de comunicaciones del Ejército se sustenta en los radios Tádiran que suministra Israel, recalcó Saumeth.
Los israelitas también proveen software de ciberseguridad y ciberdefensa, que incluye no solo las licencias informáticas, sino también la capacitación para los agentes colombianos.
Tras la decisión del presidente Petro, todos estos procesos quedan en vilo, pues aún se desconoce si la Casa de Nariño ya tenía un plan para reemplazar a los israelitas como proveedores.
Colombia también tiene acuerdos de seguridad y defensa con EE. UU., Países Bajos y Canadá, entre otros, y tal vez acuda a ellos para reemplazar los servicios israelitas, aunque esta clase de convenios no son inmediatos.
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