Víctor Bautista es un testigo de la frontera entre Colombia y Venezuela, no solo por su cargo de secretario de Fronteras de Norte de Santander, sino por su historia como funcionario público.
Desde la administración del expresidente Juan Manuel Santos, Bautista ha gestionado las decisiones de la institucionalidad colombiana en la zona limítrofe de 2.219 kilómetros que este lunes se reabre.
El secretario asegura que la reapertura de la frontera no es un asunto simbólico, se muestra convencido de que esta determinación ayudará a la economía de los departamentos fronterizos y afirma que hay un proceso de construcción de confianza con el régimen de Nicolás Maduro para los asuntos bilaterales.
Esta fue su conversación con EL COLOMBIANO desde el Puente Internacional Simón Bolívar.
¿La reapertura de fronteras es o no es simbólica?
“No es simbólica porque empieza a funcionar una economía formal con camiones, empresas que matriculan sus productos y agentes aduaneros que revisan la mercancía. Ese solo hecho de que por los puentes pasen mercancías le quita fuerza a la economía de ilegalidad de las trochas y recupera puestos de trabajo del sector transporte y aduanas. Hay un impacto a las personas con esta decisión de abrir la frontera, es una cosa de fondo”.
Tanto desde el lado venezolano como desde el colombiano aún hay personas invitando a pasar por las trochas de manera irregular, así lo constatamos en nuestro recorrido. ¿Cómo harán para que ese tránsito se acabe?
“Le corresponde a la Policía y al Ejército hacer un trabajo fuerte en trochas. Lo están planificando, esperamos que el control se mejore y queremos que las personas tengan una cultura del ciudadano de frontera que es utilizar los pasos donde está la protección del Estado. En las trochas pasan muchas cosas, se pierden vidas, hay trata de personas y reclutamiento forzado”.
La frontera siempre ha quedado en medio de los vaivenes políticos de Bogotá y de Caracas. ¿Cómo hacer para que no sea así, considerando que hay una comunidad binacional de 12 millones de personas que dependen de que esté abierta?
“La lección de los últimos 12 años, sobre todo los últimos 7 que fueron más intensos, es que el Estado es uno que está por encima de los gobiernos, los planes se rediseñan, pero el funcionamiento de una frontera no debe ser un tema político, es de la cotidianidad. Las personas tienen un derecho universal a la libre movilidad y la economía tiene tratados de comercio internacionales que están claros. Queda muy mal que uno u otro presidente disponga sobre estos temas: la migración no debe ser impedida y Naciones Unidas debe hablar del derecho a la libre movilidad de las personas”.
¿Hay confianza en el régimen de Nicolás Maduro para que dé garantías a los migrantes que desean retornar?
“Hay disposición, que es importante, y la confianza es un valor que se construye día a día. Hubo una interrupción de relaciones de mucho tiempo y esa confianza es como una cuenta de ahorros donde uno va depositando y cada día trabajando. Esperamos que esa acumulación de confianza sea cada vez más grande para que tengamos amplios proyectos de cooperación entre los dos países. Vamos por buen camino”.
En el interior del país dicen que la migración se irá. Usted está en la frontera, ¿qué pasará con la movilidad humana?
“Hay personas que ya decidieron quedarse a vivir en Colombia. Pero también hay que decir que desde hace más de un año vemos un retorno importante hacia Venezuela, no por la reapertura, sino porque ha habido cosas que han estado cambiando en el país. Asimismo, hay otros que continúan saliendo. La movilidad humana va a continuar y pueden variar las cifras de manera trascedente. Lo importante sería que las personas no tengan que abandonar el país por dificultades. Y también esperamos que el presidente Gustavo Petro dé los lineamientos de su política migratoria, que hemos estado pendientes de recibir”.