Una serie de inconsistencias sobre quiénes ordenaron la prueba de polígrafo y cómo se enteraron del robo los implicados volvieron a revolcar el caso por presunto abuso de poder de la exjefa de gabinete del presidente, Laura Sarabia.
Tras escuchar declaraciones de dos de las piezas claves del caso, la Procuraduría General de la Nación identificó por lo menos 4 puntos en los que ambos implicados dijeron versiones diferentes de los hechos.
Se trata del coronel Carlos Feria, jefe de seguridad de Presidencia, y de la teniente Sandy Alvernia, quien para ese entonces era jefa del esquema de seguridad de Laura Sarabia.
Justo en medio de estas nuevas revelaciones, Feria confirmó lo que ya se había especulado en varias ocasiones: Mesa no pasó la prueba del polígrafo y quedó como la principal sospechosa de haber robado una bolsa con dinero en efectivo de la casa de Sarabia.
Pero, ¿cuáles fueron las inconsistencias de ambos oficiales de la Policía?
Tal como reveló Blu Radio tras escuchar las declaraciones de ambos, la primera inconsistencia tuvo que ver con cómo se enteró la jefa del esquema de seguridad sobre el robo de dinero.
Según la versión de Feria, Sandy Alvernia se enteró del robo de dinero “a través del esposo de la señora Laura”.
Sin embargo, la teniente dio otra versión de los hechos. Según le dijo ella a la Procuraduría, quien le informó sobre el incidente fue directamente Sarabia, quien primero le habría enviado un par de mensajes cuestionándola por ese paquete y después la habría llamado para explicarle que el dinero no aparecía en la casa.
¿A quién le encargó el coronel Feria el caso?
El segundo tema en el que las declaraciones no concordaron tiene que ver con a quién llamó Carlos Feria para que se encargara de la investigación junto a la teniente Alvernia.
Según él, Sarabia no le dio ningún tipo de indicación para asumir el caso. Pero él llamó a la jefa de seguridad de su esquema y le dijo que el teniente coronel Óscar Dávila la contactaría.
Dicho nombre es clave porque para ese entonces Dávila era jefe de avanzadas de Presidencia y terminó por suicidarse tras múltiples tensiones del caso y la posibilidad de ser investigado penal y disciplinariamente.
Pero la versión de la teniente es distinta. Tal como ella lo recuerda, Feria nunca le habló de Dávila, sino que encargó del caso al mayor Duván Andrés Muñoz Hernández.
En ese punto, la Procuraduría aún debe establecer si Feria sí llamó a Dávila y fue este el que encargó a Muñóz. Esa es una posibilidad que podría disolver las dudas de inconsistencias en este punto.
¿Cómo se produjo el relevo de la jefa de seguridad y quién ordenó usar el polígrafo?
La tercera y cuarta inconsistencia tienen que ver con cómo salió la teniente Sandy Alvernia de la dirección del esquema de seguridad de Sarabia y con quién ordenó usar el polígrafo con Marelbys Mesa y otras personas.
Sobre el relevo de la teniente, Feria dijo que a ella la citaron el lunes 30 de enero y que ese día Dávila decidiría si la sometería a polígrafo o no. En contraste, Alvernia aseguró que recibió una llamada desde el domingo 29 en la que la apartaban de su puesto con Sarabia y le ordenaban “presentar el polígrafo el día lunes”.
Por último, y sobre esa decisión de realizar la prueba de polígrafo, Alvernia dijo que ese lunes “llegó el señor capitán Elkin Augusto Gómez”, quien en ese momento era jefe de poligrafía de Presidencia, “y me indica que yo, por ser la jefe del esquema, debía pasar de primera al polígrafo, efectivamente pasé a presentar el polígrafo”, dijo.
En ese punto, el funcionario de la Procuraduría le preguntó si antes de la prueba había hablado con Feria o Dávil, a lo que ella respondió que “no, con ninguno de los dos”.
Sobre ese punto, Feria prácticamente responsabilizó de todo al fallecido Dávila, pues aseguró que Sarabia nunca le pidió practicarle pruebas a nadie y que era él, el teniente coronel Óscar Dávila, el encargado de decidir a quiénes se debía someter a polígrafo.
Por ahora, Sarabia ha logrado salir en limpio en medio de las declaraciones. Justo por eso, ella misma confirmó que existe la posibilidad de que vuelva a su puesto en la Casa de Nariño, en donde Petro le había dado mucho poder porque confiaba plenamente en ella.