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Si el presidente falta al trabajo, ¿quién lo controla?

Al presidente nada lo obliga a cumplir horarios, a pesar de las polémicas por sus desplantes y ‘desapariciones’.

  • En el poco más de un año que lleva en el poder, Gustavo Petro ha incumplido en 82 ocasiones su agenda pública. FOTO CORTESÍA
    En el poco más de un año que lleva en el poder, Gustavo Petro ha incumplido en 82 ocasiones su agenda pública. FOTO CORTESÍA
24 de agosto de 2023
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Al presidente Gustavo Petro se le volvieron costumbre los desplantes en eventos a los que se había comprometido a asistir y las ‘desapariciones’ de la agenda pública, como ocurrió en sus recientes viajes a Francia y Brasil. Este ausentismo además de provocar críticas, abrió un debate sobre las obligaciones y responsabilidades laborales a las que está sujeto Petro como el jefe del Estado.

Lea también: Petro publicó pruebas del aplazamiento de su regreso de Brasil, pero no explicó su “desaparición”

Aunque en campaña dijo que trabajaría “12 horas al día”, lo cierto es que ni siquiera la Constitución obliga a Petro a hacer realidad esa promesa, ya que la ley señala que no tiene que cumplir horarios como la mayoría de trabajadores del país. Esa especie de flexibilidad legal deja en el aire el hecho de que en un año el mandatario haya incumplido 82 veces su agenda, según un informe de La Silla Vacía.

Dictamen sobre su salud

Este reiterativo ausentismo del mandatario ha generado incertidumbre al punto de impulsar a nueve congresistas, del Centro Democrático y Cambio Radical, a solicitarle al Senado que conforme una comisión de tres médicos especialistas que se encargue de evaluar y dictaminar cuál es el estado de salud de Petro.

“Sus cada vez más frecuentes desapariciones del escenario público hacen plantear la hipótesis de que las condiciones de su salud no son las más óptimas y que a su vez estas no le están permitiendo el adecuado ejercicio de jefatura de Estado y Gobierno”, argumentaron los parlamentarios.

Por su parte, Petro dejó claro que no está dispuesto a practicarse exámenes médicos como se lo solicitan. “Ahora quieren confundir el que no vaya a un evento a que tengo supuestas enfermedades”, dijo. Además, el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, aseguró que Petro “no está loco” y defendió que está enfrentando a las principales bandas criminales del país.

El abogado constitucionalista Edier Esteban Manco Pineda aseguró que Petro no está en la obligación de practicarse esos exámenes y aclaró que la Constitución no especifica que el presidente esté sujeto a una jornada laboral ni a un horario específico para desarrollar sus funciones, lo que le da espacio para incumplir su agenda como está ocurriendo.

“Algo similar sucedió con Juan Manuel Santos y su incontinencia urinaria. En el Congreso querían que se practicara exámenes, pero esa iniciativa no prosperó (aunque el expresidente sí informó al país de su enfermedad). Las ausencias de Petro no implican que se salte la ley, pues no tiene que cumplir horarios y ante una ausencia temporal o absoluta lo reemplazaría la vicepresidenta”, dijo el jurista.

Un asunto de responsabilidad

El exdirector del Departamento Administrativo de Presidencia (Dapre), Víctor Muñoz, le planteó a este diario que aunque el presidente no está obligado por ley a cumplir horarios, en la práctica sí debería cumplir con la responsabilidad social que implica llevar las riendas de la Nación.

“Al jefe de Estado no le pasa nada si no aparece ante la opinión pública o si decide cancelar su asistencia a eventos, pero esto es una discusión ética de cara a los ciudadanos. Además, cada salida del presidente implica una serie de actividades logísticas complejas que conllevan gastos como por ejemplo el desplazamiento de las avanzadas de seguridad”, explicó Muñoz.

Así las cosas, aunque al mandatario nada ni nadie lo obliga a cumplir con su agenda, está claro que sus más de 80 desplantes le representaron costos al país.

Además, no es la primera vez que Petro está en el ojo del huracán por evadir actividades que debía cumplir como servidor público. Siendo congresista, en febrero de 2019, lo cuestionaron porque se negó a acudir a una cita prevista en la Corte Suprema presentando una excusa psiquiátrica, pero sí asistió a una de las sesiones en la Comisión Primera del Senado.

Ahora como jefe de Estado el Congreso no tiene la potestad para hacerle control a este ausentismo. “El Congreso realiza control político al Gobierno, pero esa relación tiene unos límites. Estamos hablando de control a las políticas del Gobierno, a sus decisiones, iniciativas legislativas, ejecución. Los temas personales están por fuera de esas competencias que tenemos”, planteó el senador Carlos Fernando Motoa, de Cambio Radical.

El presidente Gustavo Petro no tiene que justificar por qué se ausenta, pero esta polémica situación le puede pasar factura ante la opinión pública, como quedó claro con la molestia que expresaron miles de ciudadanos que se quedaron esperándolo para el diálogo social en Bucaramanga y Cartagena, el 21 de julio y 18 de agosto.

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