El presidente Gustavo Petro anunció este lunes el inicio de la construcción de la facultad de bellas artes en la Universidad Nacional. El evento, frente al público estudiantil y los periodistas que acompañaban a pocos metros al presidente, fue icónico, pues pocos presidentes han estado dentro de la Universidad por razones de seguridad. Allí, Petro atacó directamente a la prensa.
“El momento de privatización hizo que mucha gente se quedara sin estudio, que la sociedad colombiana fuera embrutecida a través de RCN y Caracol, que el único saber que se transmite a la mayoría de la ciudadanía sea el que llega a través de las ondas de esas emisoras”, dijo ante los vítores del público.
Este es el segundo mensaje contra medios de manera específica que lanza el mandatario en menos de una semana; el jueves pasado, desde San Pablo, Nariño, se refirió a Caracol en el contexto de las críticas a la pérdida de la historia en los colegios: “Tenemos que de devolver la historia hacia la justicia. No volvernos como el dueño de Caracol, que cada rato me está diciendo mentiras. No se trata de eso”.
El presidente continuó su discurso en la Nacional culpando a las dos principales cadenas radiales del país por tener supuestas consecuencias en la educación de la sociedad. “Cuando uno abre, y no quiero discutir sobre gustos musicales, no encuentra sino un embrutecedor que va adormilando a la sociedad colombiana y le va haciendo sentir que la muerte es normal, que el genocidio es normal, que la violación de derechos a las y los más humildes es normal y no reacciona”.
¿Cómo se leen los comentarios?
Es difícil. El presidente no ha tenido una buena relación con los principales medios de comunicación del país, que han sido críticos a su administración y han revelado escándalos como el de los carrotanques de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo, o en el caso concreto de la revista Semana, las denuncias de Day Vásquez y las conversaciones de Laura Sarabia y Armando Benedetti. Aún con eso, estos comentarios seguidos no habían sido directos y determinados por parte del jefe de Estado, no por lo menos en sus discursos públicos, porque en la red social X (antes Twitter) lo hace con asiduidad.
La pregunta es si esta declaración podría tener un efecto real en decisiones sobre la intervención del Estado en las dinámicas de los medios, que afectarían a la libertad de prensa. Hay que recordar que las ondas por las que se emiten las emisoras de los dos grupos citados por el presidente, le pertenecen al Estado.
Estas afirmaciones también podrían leerse entre líneas como la estrategia de Palacio para responder a las investigaciones y los cuestionamientos recientes, que no han sido pocos y pasan por el laberinto de la Cancillería y los pasaportes con Thomas Greg and Sons, los gastos excesivos de Presidencia, la pérdida de los Juegos Panamericanos, y los recientes nombramientos de políticos sin experiencia suficiente en cargos de tomadores de decisiones.
Pero la declaración tampoco puede apartarse del contrato de “Don Izquierdo”, o David Rozo en Radio y Televisión Nacional de Colombia (RTVC), la entidad que lidera Hollman Morris para la vertical de Televisión.
Rozo es un activista que se ha dedicado al matoneo especialmente de medios y periodistas, y también a reproducir trinos de campañas pagadas junto a otros perfiles muchas veces no identificados. El último trino cuestionable y repetido que parecía de una de estas campañas publicado por Rozo decía: “¿Ustedes imaginan la humillación y la vergüenza que debió pasar Estados Unidos al tener que liberar a Álex Saab? Si hubiesen tenido como incriminarlo, la historia sería distinta. ¿Cuál es el afán de los gringos en adueñarse de Venezuela?”, expuso la publicación idéntica que se repitió en otros perfiles con la misma imagen de portada.
Dos de los políticos que más duro hablan en sus tribunas de las redes sociales contra los medios masivos son Alfredo Mondragón, representante del Pacto Histórico y quien fue ponente de la reforma a la salud en la Cámara, y Gustavo Bolívar, quien fue designado director de Prosperidad Social con un presupuesto de más de 10 billones anuales y últimamente le ha bajado el tono a sus comentarios sobre periodistas.
El Gobierno no hace reuniones con directores de medios desde hace meses, algo que era usual por lo menos dos o tres veces durante administraciones anteriores y, aunque con la llegada de Laura Sarabia a la jefatura del Departamento Administrativo de Presidencia (DAPRE), las comunicaciones con los medios mejoraron los últimos días, es claro que el mandatario tiene una animadversión contra la prensa tradicional, lo que podría significar una estrategia de RTVC para hacer contrapeso. El problema es si ese contrapeso, como en el caso de “Don Izquierdo”, tendría en cuenta ataques personales y un ambiente cargado contra medios, periodistas y los conglomerados que los poseen, que pudiera trascender a hechos de violencia verbal o física directa.
En otro de sus mensajes, Petro dijo la semana pasada que los medios estaban acomodando las imágenes de las manifestaciones en su contra para hacer ver que era mucha gente, haciendo alusión a imágenes que tomaron congresistas de su partido cuando la gente en Bogotá ya había dejado la Plaza de Bolívar. La manifestación sí fue masiva, como quedó claro en decenas de fotografías y videos. Los próximos comentarios del presidente demostrarán cuál será su postura frente a los medios y si podría pasar de los discursos a los hechos.
Las declaraciones del presidente
· En Nariño aseguró que los medios mienten sobre su Gobierno y se refirió concretamente al “dueño de Caracol”.
· En la Universidad Nacional aseveró que “Caracol y RCN” embrutecen y que son responsables de la privatización que no permite la educación en Colombia.
· Habló de “la Milei” que no podía llegar a gobernar en 2026.
· Dijo que los medios mintieron sobre las protestas de la oposición por supuestamente acomodar las tomas para que la Plaza de Bolívar se viera llena, a pesar de que sí se llenó y así lo mostraron imágenes de drones.