El feminicidio entró a la legislación colombiana en 2015, con la sanción de la ley Rosa Elvira Cely que lo creó como un delito autónomo del homicidio, un delito que afecta discriminatoriamente a las mujeres por su condición de mujeres y el rol que la sociedad les impone.
En su artículo 2, la ley define unas circunstancias que delimitan aún más el feminicidio. Entre ellas menciona que el presunto victimario tenga alguna relación familiar, íntima o de convivencia con la víctima; o que haya ejercido sobre el cuerpo y la vida de la mujer “actos de instrumentalización de género o sexual”.
¿Cómo llegó el Estado a la conclusión de que bajo estas circunstancias (y otras) el asesinato de una mujer no es solo un homicidio? Que en Colombia asesinan a hombres y a mujeres es una realidad dolorosa y evidente en las cifras de Medicina Legal. En 2017 (los datos con un consolidado más profundamente desglosado) más de 11 mil personas perdieron la vida de esa forma en el país. De ellas, el 91,1% fueron hombres.
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El Estado ha avanzado en determinar cómo son asesinados los hombres en Colombia. La gran mayoría, según revelan año tras año los informes de Fiscalía y Medicina Legal, son asesinados por desconocidos, en la vía pública, a través de armas de fuego y en circunstancias de violencia interpersonal. Saber eso permite tomar medidas preventivas y de castigo.
Conocer el patrón del delito permite comprender qué hay detrás de ese asesinato. En ese mismo propósito, el análisis consolidó un patrón distinto en el asesinato de mujeres. A ellas las matan en condiciones diferentes.
En 2017, por ejemplo, el 74.67% de los presuntos asesinos de los hombres fueron personas desconocidas para las víctimas. En las mujeres ese porcentaje se redujó al 47,64%. Es decir, un mayor porcentaje de los presuntos victimarios de las mujeres, las conocían. De hecho, en 2017 el 30.94% de los presuntos asesinos de mujeres fueron su pareja o su ex pareja. Esa cifra en el caso de las víctimas hombres fue de 0.89%.
Las diferencias entre el patrón de homicidio de mujeres y hombres se siguen al revisar en qué lugar se cometieron esos delitos. Mientras casi el 40% de las mujeres asesinadas murieron en su vivienda, el porcentaje de homicidio de hombres en ese lugar fue del 13.17%. La información reveló grandes diferencias en más indicadores sobre los patrones de asesinato de hombres y mujeres.