En Estados Unidos no es tradición que inviten a tantos jefes de Estado del mundo a la posesión presidencial. Incluso, según la prensa norteamericana, los organizadores de esos eventos priorizan la invitación a los embajadores, quienes ya están en Washington D.C.
Sin embargo, los mandatarios que asisten, como en el caso de la posesión de Donald J. Trump este lunes, tienen un guiño político que puede tener varias interpretaciones. Así sucedió con el republicano que invitó a los presidentes Javier Milei (Argentina) y Nayib Bukele (El Salvador). Los primeros ministros de la derecha radical de Italia, Giorgia Meloni, y de Hungría, Viktor Orban, también fueron invitados.
De América Latina, aunque era previsible que la mayoría de mandatarios no fueran invitados pero sí sus embajadores, no fue invitado el presidente Gustavo Petro, quien está en las antípodas ideológicas con el republicano y lo ha criticado ferozmente en el pasado. En cambio, dos congresistas colombianos María Fernanda Cabal y Miguel Uribe Turbay sí recibieron invitación.
“Los invitados son relevantes porque envían dos mensajes. Primero, cuáles son las afinidades ideológicas de la nueva administración y segundo, esencialmente, con qué países es posible que estreche lazos”, le dijo a EL COLOMBIANO el internacionalista y profesor de la Universidad Javeriana, Manuel Camilo González.
“Ahora bien, una parte importante de los invitados no son jefes de Estado. Son políticos y esto envía la señal de promover sus candidaturas a futuro o sencillamente un guiño. En el caso de Colombia, el equipo de Trump ve en la derecha, particularmente del Centro Democrático, un sector cercano en uno de sus socios regionales más importantes”, agrega el experto.
El encargo a la nueva canciller Laura Sarabia
Este día de posesión también estuvo marcado, a nivel local, por la noticia del “enroque” en el Gobierno Nacional tras la salida de Laura Sarabia como directora del Departamento Administrativo de la Presidencia, Dapre, quién llegará a la Cancillería para reemplazar a Luis Gilberto Murillo. A su vez, el actual vicecanciller, Jorge Rojas, ocupará el puesto de Sarabia.
Este diario conoció que una de las primeras tareas de Sarabia será gestionar un encuentro entre Trump y Petro, lo que parece complejo pues el mandatario recién posesionado tiene otras prioridades en política exterior que priorizan a sus aliados y el jefe de Estado colombiano está a año y medio de terminar su mandato.
