Confusión y no caos fue lo que generó la presencia de más de 200 personas de la comunidad afro en las instalaciones de la Universidad Nacional en Bogotá. Con carpas, bolsas, maletas, ollas y cobijas, fueron llegando directo al edificio de Geociencias, aulas de Ciencias Humanas y la concha acústica, donde montaron campamentos y estuvieron por dos días.
Su masiva presencia, los buses que no paraban de llegar y grandes trasteos despertaron el interés y sobre todo la incertidumbre de la comunidad universitaria y vecinos del Alma Máter.
Inicialmente, algunos pensaron que se trataba de una toma de la universidad o de una protesta en respuesta al llamado del presidente Gustavo Petro de salir a las calles por el supuesto “golpe de Estado”. Sin embargo, esas no eran las razones de su estancia en Bogotá.
Provenientes del Pacífico, la Orinoquia, el Caribe y la región insular, entre otras zonas del país, estas comunidades habían llegado a la capital para participar en el Primer Encuentro Nacional del Pueblo Negro, Afrocolombiano, Raizal y Palenquero.
Su presencia en el campus había sido autorizada meses atrás, previendo que muchos de los asistentes arribarían un día antes de la concentración que se llevó a cabo este miércoles en la Plaza Bolívar de Bogotá.
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“El permiso para acampar y pernoctar fue solicitado por el Consejo Nacional de Paz Afrocolombiano (Conpa), la Juntanza Nacional Afrocolombiana, y el Colectivo de Estudiantes Afrodescendientes, Raizales y Palenqueros de la Universidad Nacional de Colombia (AfroUN), y aprobado el 29 de agosto del presente año”, informó la Vicerrectoría de la Sede Bogotá en un comunicado enviado ayer a toda la comunidad universitaria.
La Universidad acogió a estas personas que viajaron durante horas desde lugares remotos de Colombia para reclamar al Gobierno el cumplimiento de promesas, recordando las demandas históricas del pueblo negro. Entre estas, destacan la implementación efectiva del Capítulo Étnico del Acuerdo Final de Paz y la Ley 70 de 1993, que reconoce el derecho a la propiedad colectiva de las tierras ocupadas por comunidades negras en el país.
“Estamos aquí para que visibilicen al pueblo afrocolombiano, raizal y palenquero de Colombia, y en mi caso, que visibilicen a los Llanos, al Casanare, ya que dicen que allí no hay negros”, contó Mayerly Fory, presidenta de la Asociación Fory Vive, de Villanueva (Casanare).
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El pasado martes, cuando en la madrugada aparecieron los primeros buses con un centenar de ciudadanos, en redes sociales estallaron versiones inexactas sobre posibles disturbios y ocupación ilegal de la Institución.
“Petro no había terminado su perorata sobre el falso golpe de Estado y ya venían en camino buses con primeras líneas para ocupar la Universidad Nacional. Al mismo tiempo, radicaban un proyecto de modificación a la justicia con más beneficios para criminales”, comentó un usuario de la red social X.
Ante esto, la Fuerza Pública se desplazó hasta el lugar, pero su intervención no fue necesaria, toda vez que al instante se constató que se trataba de una actividad pacífica, autorizada con antelación.
“El préstamo de espacios se enmarca en los esfuerzos de la Universidad por facilitar y promover espacios de diálogo social. La interacción con la sociedad y el diálogo constituyen una parte fundamental de las funciones misionales de la Universidad”, añadieron las directivas.
Una vez finalizada la jornada de movilización nacional, la mayoría de los campamentos fueron desmontados y los manifestantes retornaron a sus lugares de origen, según lo acordado. Sin embargo, en la zona sigue un pequeño número de personas que afirma que permanecerá allí hasta el próximo domingo 13 de octubre a la espera de una respuesta del Gobierno a sus peticiones y reclamos.
Disturbios a las afueras de la U
Paralelo a la movilización de las comunidades negras, encapuchados protagonizaron disturbios en las inmediaciones de la Universidad Nacional, sobre la avenida NQS con calle 45, Bogotá.
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Los encapuchados sostuvieron los enfrentamientos hasta altas horas de la noche del miércoles. En imágenes de video difundidas por redes sociales se ve el momento en el que los vándalos arrojaron un artefacto en llamas a un miembro de la Unidad de Diálogo y Mantenimiento del Orden (Undmo), quien terminó envuelto en la candela y tuvo que ser auxiliado rápidamente.
Debido a la gravedad de la situación, la tanqueta de la Policía tuvo que intervenir para disuadir a los manifestantes; para ello, fueron activados los chorros de agua. Sobre el uniformado atacado, se conoció que sus compañeros tuvieron que trasladarlo a un centro de salud donde le prestaron atención médica por las lesiones que sufrió en una de sus piernas.
