Andrea Padilla quiere llevar su activismo por los animales al Congreso. Abogada y doctora en Derecho, forjó su carrera como docente y vocera de la organización internacional Anima Naturalis, pero en 2019 saltó al ruedo político, convirtiéndose en concejala de Bogotá por la Alianza Verde.
Ahora para las elecciones a Senado de 2022 Padilla aspira llevar ese animalismo hasta el legislativo, con un paquete de 14 proyectos que ya tiene listos para presentar en relación con los derechos de las especies. Estos van desde los animales domésticos, pasan por los que son maltratados en espectáculos como los toros y los que son explotados en la industria de los alimentos.
Esta fue la conversación de la candidata animalista con EL COLOMBIANO.
A usted la conocen en Bogotá, pero no en todo el país. ¿Por qué decide aspirar al Senado?
“Mucha gente ha visto lo que logramos en Bogotá, como desincentivar las corridas de toros y acabar con la venta de animales domésticos en plazas de mercado. La reivindicación de los derechos de los animales es una agenda política y decidimos que estábamos en un momento de oportunidad para aspirar al Senado por la sensibilidad creciente que está generando esta causa. Hay un urgencia en el resto del país para atender los escenarios de maltrato animal”.
¿Su meta como senadora sería prohibir las corridas de toros?
“Sí. Tenemos una agenda de 14 temas y uno de esos son los espectáculos crueles con animales (corridas de toros, corralejas, peleas de gallos, cabalgatas). Son temas que hay que enfrentar con una perspectiva prohibicionista porque quienes están en luego son seres que sienten. Para esto siempre pongo el ejemplo de los niños explotados comercialmente. Creo que hoy no aceptaríamos esa actividad regulada porque los niños tienen que estar estudiando. Es lo mismo. Hay actividades de crueldad a los animales que hay que acabar, no hacerlas más amables”.
Compara niños con animales y a usted la han criticado por eso...
“Los animales han sido histórica y sistemáticamente violentados, oprimidos, abusados y desatendidos por el Estado. Son causas que no riñen, no son excluyentes. Los mismos argumentos que se han utilizado para negarnos derechos a las mujeres se han aplicado para oprimir a los animales. Los Derechos Humanos ya son una conquista, podemos exigirlos ante los jueces, pero los animales no cuentan con un mecanismo de protección cultural y tienen escasa atención del Estado. Todos los esfuerzos para atender a ese sector de colombianos no humanos son valiosos e importantes”.
Usted ha tenido discusiones con José Félix Lafaurie por los barcos de la muerte y en el Congreso se encontraría con una bancada cercana a los ganaderos. ¿Qué metas tiene en ese ámbito?
“Sobre los animales explotados para consumo tenemos dos proyectos. El de barcos de la muerte ya está escrito y lo presentaremos el 20 de julio para buscar la prohibición con un periodo de transición, entendiendo los acuerdos comerciales que ya están. Es una industria que tendrá que hacer una adaptación para exportar carne congelada. El otro tema será más duro y es la eliminación progresiva del uso de jaulas en la crianza de animales como cerdas y gallinas ponedoras”.
Eso haría que la carne sea más costosa, lo que puede sentirse en el precio de la canasta familiar. ¿Cómo responder a eso?
“La exportación de animales vivos causa efectos negativos en la economía, porque son fiscales y parafiscales que se dejan de pagar en el país y se pierden empleos en el área de los frigoríficos. Es un negocio reducido a los grandes ganaderos de Fedegán, el ganadero campesino no se ve afectado. El tema de las jaulas no le gusta a los gremios porque aumentará el costo, implica manejos de sanidad y hacer adecuaciones porque hoy en un espacio mínimo se crían cientos de gallinas ponedoras. Esto implicará una reducción en el número de individuos explotados y los gastos deben ser asumidos por los productores y también por el consumidor. Hay mucha gente dispuesta a pagar un huevo más caro sabiendo que fue una gallina criada adecuadamente”.
Es muy probable que el productor trasmita ese costo al consumidor final y eso afecte la canasta familiar...
“Habría muy probablemente un incremento, pero al final la reflexión de fondo es que las personas están consumiendo productos que no son del todo sanos, son temas de salud pública, bienestar animal y cuidado ambiental que tienen que entrar en el debate. Hay una industria absolutamente irresponsable”.
¿Pensar en los derechos de los animales es humanizarlos?
“La reivindicación por los derechos de los animales es sensata, es reconocer que los animales vertebrados por el hecho de ser seres sintientes dotados de un sistema nervioso tienen intereses, capacidades, sufren; tienen emociones, una vida social y emocional compleja, incluso conductas morales. Son derechos propios y adecuados a su propia especie, a vivir en libertad, tener integridad corporal, emocional, vivir con sus congéneres, desarrollar sus capacidades. Tratar a los animales como cosas violenta las libertades que tienen a no sufrir hambre y sed, no padecer incomodidades físicas, no sufrir angustia o estrés”.
