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Esperaron el velorio más de una década por culpa de las Farc

Las Madres de la Candelaria dicen que aún faltan por encontrar 366 víctimas de las Farc en Antioquia, sin embargo revelan que en los próximos días podrían obtener nuevas ubicaciones.

  • Darío Sierra no descansó hasta saber qué fue lo que pasó con el secuestro de su papá. Ahora que logró recuperar los restos, espera que Medicina Legal dictamine cómo murió. FOTO Emanuel Zerbos
    Darío Sierra no descansó hasta saber qué fue lo que pasó con el secuestro de su papá. Ahora que logró recuperar los restos, espera que Medicina Legal dictamine cómo murió. FOTO Emanuel Zerbos
24 de julio de 2016
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Tuvieron que pasar 13 años, dos meses y un día para que los siete hijos de Joaquín Emilio Sierra pudieran recuperar los restos de su padre, quien murió en cautiverio luego de haber sido secuestrado por las Farc en Urabá.

El pasado 9 de julio a las tres de la tarde y cuando casi toda esperanza estaba perdida, llegaron unas coordenadas desde Cuba para poder ubicar el cuerpo del ganadero en lo más profundo de la selva del parque Nudo de Paramillo, donde había sido enterrado por los subversivos (ver mapa).

Corría la tarde del 8 de mayo de 2003, cuando Joaquín Emilio Sierra, de 83 años, llegaba a su casa ubicada en el sector conocido como Bejuquillos, del municipio de Mutatá, en compañía de su amigo Álex Cifuentes Urrego.

Al ingresar a su predio varios guerrilleros del quinto frente de las Farc, liderados por Danis Daniel Sierra Martínez, alias “Samir” (desmovilizado y ahora gestor de paz), lo estaban esperando. A partir de ahí, Joaquín y Álex fueron lagiados por ese grupo y llevados con rumbo desconocido.

Media hora después del secuestro, los guerrilleros decidieron dejar libre a Álex Cifuentes, sin embargo, el incierto camino del secuestro continuó para Joaquín, de quien su familia nunca volvió a recibir noticia alguna.

“Al principio fueron días enteros llenos de incertidumbre, luego empezaron a pasar los meses, repletos de desesperación, pero la esperanza de volverlo a ver vivo se fue apagando cuando pasaban los años”, dice Darío Sierra, uno de los siete hijos de Joaquín.

Lo que no se llegó a imaginar ningún ser querido, es que iba a pasar poco más de una década sin ni siquiera saber qué había pasado con Joaquín, a pesar de que sus hijos, como Darío, comenzaron a investigar por su cuenta lo que había ocurrido y el por qué.

“Empezamos a buscar con la fundación Caminos de Esperanza Madres de la Candelaria pistas de lo que había pasado con mi papá, logramos algunos avances cuando ingresamos a varios centros carcelarios para conversar con los que estuvieron implicados; también asistimos a algunas audiencias de Justicia y Paz para buscar respuestas”, recuerda Darío.

En esas diligencias, logró contacto con alias “Samir”, quien asumió la responsabilidad del plagio de su padre, “ahí volvieron las esperanzas, sin embargo nunca hubo avance, este señor, a pesar de que aceptó lo que hizo, nunca nos dijo dónde estaba enterrado mi papá, nunca hubo respuestas a pesar de su función como gestor de paz”, asegura Darío, quien junto a su familia continuaban resignados.

Volvieron las esperanzas

Se cumplían poco más de 12 años del secuestro de Joaquín Sierra, cuando el Gobierno y las Farc, en medio de las negociaciones de paz anunciaron el acuerdo sobre víctimas, desde ahí todo cambió para la familia Sierra.

“Nosotras estábamos perdiendo las esperanzas, veíamos a don Darío muy triste, ya le habíamos dicho que no había nada que hacer, pero las cosas cambiaron cuando logramos viajar a Cuba y decirles a los de las Farc que nos dijeran dónde están nuestros desaparecidos y fue el propio ‘Iván Márquez’ quien me dijo que se iban a comprometer con ese tema y pocos meses después nos dieron las coordenadas”, explica Teresita Gaviria, directora de la línea Fundación Caminos de Esperanza de las Madres de la Candelaria.

El pasado 25 de mayo, con coordenadas en mano, Darío Sierra, Álex Cifuentes y personal del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), partieron en helicóptero desde Medellín hacía el Nudo del Paramillo. Dice Darío que llegaron a un helipuerto “que estaba listo para nosotros y al aterrizar, las seis personas del CICR se encontraron con guerrilleros de las Farc, se metieron en la selva para encontrar el punto, cuando lo hicieron regresaron por nosotros”.

Desde el helipuerto, el camino era de más de una hora en medio de la selva, hasta llegar a un pequeño llano donde se cruzan los ríos Verde y Cicatero, ya en jurisdicción del departamento de Córdoba. “Estábamos en monte tras monte, pero logramos llegar al punto, de inmediato empezamos a cavar y a los pocos metros encontramos una camisa, nos embargó la emoción, pensábamos que hasta que por fin, sin embargo, seguimos cavando y al final no encontramos nada, volvíamos al principio, llenos de nostalgia”, describe Darío.

Todo el equipo regresó al helicóptero que partió a Medellín, allí no había espacio para la esperanza, menos para una de las funcionarias del CICR, quien después de ese procedimiento volvió a Cuba por más información y según dice Darío, “consiguió nuevas coordenadas”.

Faruk Saman, integrante de la delegación del CICR en Medellín, le explicó a EL COLOMBIANO que “las familias de las víctimas de desaparición reciben acompañamiento del comité y en lo posible participan en las operaciones de recuperación de los restos humanos, sin embargo, por lo acordado, no se pueden divulgar detalles como los lugares donde se hacen los procedimientos ni la cantidad de restos recuperados”.

13 años después

El pasado 9 de julio se cumplían 13 años, dos meses y un día del secuestro de Joaquín Sierra y ese día, desde temprano, Darío y el CICR volvían a intentar con las nuevas coordenadas.

“Volvimos las mismas personas, aterrizamos en el mismo sitio, por protocolo volvimos a esperar a que la gente del CICR fuera primero al sitio marcado por los guerrilleros, al rato llegaron por nosotros y otra vez a caminar por la selva”, narra el doliente, quien recuerda que en lo que había investigado del secuestro de su papá, le habían dicho que “al viejo lo habían llevado por todo ese sector cargado en hamaca, en bestia y en botes, era claro que él no resistía esto, tenía 83 años y no estaba muy bien de salud”.

Las nuevas coordenadas daban a menos de 15 metros de la primera exhumación, y esta vez, a los primeros palazos, hallaron los restos, “por fin habíamos encontrado a mi papá, tanto tiempo después, sentí un descanso enorme, don Joaquín por fin iba a descansar en paz”, expresó Darío.

La familia de Joaquín Sierra espera que Medicina Legal termine los exámenes pertinentes de los restos exhumados, que sean identificados plenamente y se pueda realizar cristiana sepultura después de más de una década de desaparecido, “aún falta saber cómo murió, de qué y hace cuánto”, concluye Darío Sierra.

La senadora Sofía Gaviria, quien integra la comisión de Derechos Humanos del Senado, celebró la entrega de los restos, y recuerda que este es el comienzo de lo que se busca con el proceso de paz. “Este es uno de los cuatro postulados que se han hablado tanto en este proceso: verdad, justicia, reparación y no repetición, y la primera que es la verdad, decir dónde están los cuerpos, es el inicio del verdadero proceso que pone a las víctimas en el centro”, aseveró.

La senadora es consciente de la paciencia que han tenido las víctimas en todos estos años, “han sido muy generosas, hasta el momento no han tenido el lugar que merecen, pero ojalá poco a poco, se den los resultados y que los actores armados den la información sobre desaparecidos de una manera más ágil”, agregó.

Sobre la demora que ha tenido la búsqueda de desaparecidos (ya pasaron más de 6 meses tras la firma del acuerdo), el CICR argumenta que la información que se requiere para realizar los operativos “debe ser muy detallada para facilitar el proceso de búsqueda, recuperación e identificación y por ello, recopilar todos esos detalles se ha convertido en una tarea que ha llevado tiempo, pero lo importante es que las partes como el CICR y otras instituciones involucradas, continúan trabajando sin parar”.

La tarea continúa

“Logramos que una familia recuperara los restos de su ser querido, pero nuestro trabajo continúa sin parar, faltan aún 366 víctimas de las Farc por aparecer, solo en Antioquia”, advierte Teresita Gaviria, quien reconoce la voluntad del grupo guerrillero para poder entregar la información sobre la mayoría de los casos, “nos dijeron que iban a cumplir y lo están haciendo, queremos encontrarlos a todos vivos, pero sabemos que en muchos casos es imposible”.

Desde esa fundación también reconocen que por los acercamientos que se han logrado en La Habana, las Farc dieron las coordenadas para encontrar los restos de un veterinario que, al igual que Joaquín Sierra, había sido secuestrado por el frente quinto en 2005. “Al doctor Norman Alzate también lo encontraron, sus restos fueron exhumados y entregados a su familia, poco a poco vamos avanzando y en los próximos días es muy probable que tengamos nuevas coordenadas para seguir buscando nuestros desaparecidos”, añade Teresita.

Acuerdos para la búsqueda

El acuerdo sobre víctimas entre el Gobierno y las Farc tiene varios componentes para la búsqueda de personas dadas por desaparecidas en el contexto del conflicto armado, y una de ellas es el denominado “Plan Cementerio”, que es liderado por la Fiscalía y el Instituto de Medicina Legal.

Otras de las medidas tomadas en el acuerdo de víctimas, como lo dice el comunicado oficial, fue la firma de medidas y protocolos para “adelantar los programas de limpieza y descontaminación de los territorios de minas antipersonal (MAP), artefactos explosivos improvisados (AEI) y municiones sin explotar (MUSE), o restos explosivos de guerra (REG)”.

En estos acuerdos la participación del CICR, según dice Faruk Saman, “forma parte de nuestra acción humanitaria en Colombia y se realiza en conformidad por lo firmado por las partes en La Habana el 18 de octubre de 2015, como organización humanitaria imparcial y neutral, al CICR no le corresponde atribuir responsabilidades de carácter judicial sobre esos hechos como la desaparición”.

366
víctimas de las Farc siguen desaparecidas, según las Madres de la Candelaria.
Infográfico
Esperaron el velorio más de una década por culpa de las Farc
158
meses duró la familia de Joaquín Sierra sin saber qué había pasado con su cuerpo.
1.175
víctimas de diferentes grupos armados son buscados por las Madres de la Candelaria.
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