El dolor de perder un hijo en la guerra es un sentimiento que nunca sanará y que no diferencia si ese hijo muerto pertenecía a un bando o al otro. Ese mismo dolor unió ayer a madres de guerrilleros y soldados muertos en combate, quienes con un abrazo o un estrechón de manos, sellaron un perdón.
Fueron 20 madres de guerrilleros y militares las que se reunieron ayer en Bogotá para hablar de reconciliación, para expresar lo que por años guardaban en su corazón tras haber perdido a sus hijos, la mayoría en combates entre la guerrilla y la Fuerza Pública.
Flor Alba Castillo fue una de esas madres que perdió a su hijo, Raúl Ernesto Villarraga en un combate el 11 de noviembre de 2003. Él perteneció a las Farc y para ella perderlo en la guerra fue como si le hubieran arrancado un pedazo de su ser. Hoy, 16 años después de su muerte, conocer a otras mujeres que vivieron su misma pérdida y en circunstancias similares, le sirvió sanar su corazón y traer paz a su alma atribulada.
“Estábamos en un encuentro de madres de guerrilleros y soldados porque es muy importante para nosotras empezar a unirnos. Somos madres que tenemos el mismo dolor por nuestros muertos”, dijo.
Flor Alba agregó que tanto madres de guerrilleros como de soldados deben seguir unidas “para poner un granito de arena y consolidar la paz que tanto necesita este país”.
Junto a Flor Alba se encontraba Ana Aidé Forero, madre del soldado profesional David Sebastian Galvis Forero, quien perdió la vida el 24 de agosto de 2013 en un combate. En medio de los recuerdos que le embargaban el alma, la mujer expresó que se debe perdonar de corazón, aunque reconoce que no es fácil.
“La paz no se firma sin este paso que estamos dando, y es necesario, para que realmente nos podamos abrazar entre un lado y el otro. Aquí estamos, y las invito a que demos ese paso todas”, indicó Ana.
Al finalizar el encuentro, cada una de las madres recibieron unas plantas sembradas como símbolo de la esperanza que renace y el perdón que otorgaron, y se fueron con un mensaje para replicar: que Colombia no tenga “un hijo más para la guerra”.