En medio de la pandemia del Covid-19, doce mujeres de las comunidades indígena y afrodescendiente del municipio de Bojayá, Chocó, le apuestan a la agricultura mediante la producción de plátano y procesamiento de la cúrcuma. Ambas acciones representan un símbolo de confianza y reconciliación con el pasado y el territorio.
Juana y Genoveva, líderes de esta iniciativa, son dos mujeres que a través de la confianza y el empoderamiento han reunido a sus comunidades sumando así esfuerzos para fortalecer este encadenamiento productivo que actualmente representa su sustento.
Estas familias recibieron hace algunos años, parcelas que cuentan con 24 hectáreas para plantación, las cuales les permitieron no solo cultivar plátanos, sino también confianza y reconciliación a través del trabajo en equipo.
La reconstrucción del tejido social ha sido clave en su labor, reuniendo a las comunidades que se habían desintegrado tras un contexto de violencia y conflicto armado, pero que en conjunto y trabajando por un mismo objetivo, supieron desde la resiliencia redefinirse como comunidad, con actividades productivas que más allá de sus beneficios económicos les ha permitido fortalecer las relaciones entre la comunidad, convirtiendo a Bojayá en un territorio símbolo de la reconciliación del país.
Puede leer: El San Raffaele volvió a zarpar para salvar vidas en el Pacífico
Por otro lado la cúrcuma, fue la excusa para que dos comunidades de Bojayá que no convivían entre sí Asovivu y Asoprosanjosé, se integrarán por un mismo propósito: un proyecto productivo que impulsaría nuevas oportunidades para su beneficio. Cuando conocieron las propiedades de esta planta y sus usos en la gastronomía, reconocieron su gran potencial y dejando de lado los prejuicios del pasado, sacaron adelante un proyecto que hoy da trabajo a más de 200 familias.
“Es increíble ver la movilización, la propuesta y el impacto que tuvo en la comunidad, especialmente tratándose de acciones que integran el proceso de producción agrícola y fortalecimiento de género. Estas acciones han confirmado que el empoderamiento económico con enfoque de género ayudan a disminuir tensiones familiares y contribuye a la disminución de la violencia’’, aseguró Niza Uribe, directora del Programa de Alianzas para la Reconciliación de USAID y ACDI/VOCA regional Chocó.